39: Echar en falta.

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El vaso que sostenía entre los dedos estaba ridículamente decorado, la base de un tono anaranjado -¿o era rojo?- que crecía en un degradé hasta ser transparente en los bordes y llevaba la típica sombrilla alegre colgando por el costado. Dio un trago y arrugó la nariz. No sabía a más que una mezcla de vodka barato con algún jugo artificial, y el vaso olía a plástico. Además, estaba seguro de que no duraría más que un par de sorbos; dos tercios del recipiente había sido llenado con cubos de hielo.

Sehun tomó la simpática sombrilla y la presionó dentro de la palma hasta destruirla. A su lado, un supuesto conocido -de la escuela... ¿quizá?- le hablaba en tono ebrio, y él fingía entender lo que decía por sobre lo que sea que estuviera sonando en los parlantes.

Inclinó la cabeza hacia un lado hasta alcanzar un crack en su cuello, liberando un poco la tensión de su cuerpo, y volvió a tomar de la horripilante y costosa mezcla.  A unos metros, Jongin, Chanyeol y Minseok bailaban, o lo intentaban. Chanyeol lo buscó con la mirada y lo invitó a unirse con una seña, Sehun negó con la cabeza e hizo un gesto hacia su vaso. 

Si ninguno de ellos vomitaba o hacía el ridículo en los próximos treinta minutos, daría la noche por perdida.

Jodeeeeer, odiaba ese antro. No podía concebir el hecho de que hubo un momento en su vida en el que fue por voluntad propia y disfrutó de un lugar como ese. La única conclusión con sentido a la que llegaba era que lo atractivo no había sido el club, sino romper las reglas. La otra conclusión, era que estaba poniéndose viejo. Y ni siquiera tenía veinte años aún. 

No había manera de que la gente genuinamente disfrutara ese lugar. El dj continuaba poniendo las mismas canciones con diferentes mezclas mediocres, el ambiente era irrespirable, la gente le gritaba en el oído y lo habían chocado y pisoteado más de diez veces en menos de una hora. Y el alcohol no estaba haciéndole ningún efecto. Quizá debería pedir vodka puro, o haber aceptado los shots de tequila que le ofreció Chanyeol. Pero el tequila siempre lo hacía vomitar, y el plan no era ridiculizarse a sí mismo, sino que lo hicieran quienes le habían obligado a ir a ese pozo miserable. 

Terminó el trago y buscó por su móvil en su bolsillo. Revisarlo solo logró empeorar su humor y tuvo muchas ganas de tener un berrinche justo en medio de toda esa multitud. Luhan no le había respondido. Ni siquiera había abierto el chat y...

Bloqueó el celular y se regañó a sí mismo mentalmente. No iba a enfurruñarse como un niño cada vez que Luhan tardase en contestar. Había un límite para ser un hijo de puta desesperado por atención y sentía que estaba rozándolo demasiado.

El chico a su lado siguió hablando y hablando hasta que encontró a alguien más a quien torturar y se marchó. Sehun suspiró y se volvió hacia la barra a pedir alguna otra cosa, y después de terminarse la bebida en unos pocos tragos, decidió que era momento de escapar, pues sus amigos estaban distraídos ligando con un par de chicas; menos Minseok que en su lugar decidió comenzar a hacer un estilo de twerk ebrio que Sehun soportó ver solo unos minutos.

Toska «hunhan»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora