Cuando empezó a sonar Thunderstruck de AC/DC me asusté. Por suerte para mí el volumen era bajo y se oía más la vibración que la canción. Extendí el brazo y empecé a tocarlo todo hasta que di con el móvil, ni siquiera me molesté en abrir los ojos y ver quién me llamaba.
-¿Huum, sí? -dije con voz ronca, aún con los ojos cerrados y tapada hasta la cabeza con la manta.
-Tienes una voz horrible -me dijo la persona que me había llamado.
-¿Quién eres? -bostecé.
-Woo Ji Ho -me contestó.
Estuve un rato pensando en quién tenía ese nombre.
-¿Quién? -le pregunté, realmente no sabía quién era.
-Zico -me contestó.
-Ah.
Abrí los ojos de golpe y saqué la cabeza de debajo de la manta.
-¿Qué quieres? ¿Cómo se te ocurre llamarme a esta hora? ¿Cómo has conseguido mi número?
-Haces demasiadas preguntas, cállate. Para empezar, te llamo para disculparme; te llamo ahora porque... hum... no tenía nada mejor que hacer; y he conseguido tu número cogiendo el móvil de Taeil sin que se diera cuenta y buscándolo.
-Oh Dios... -suspiré- ¿eres un acosador o algo así? Puedo llamar a la policía.
-Cállate, no llames a nadie. Lo que acabo de hacer está bien, deberías agradecérmelo.
-A ver, a ver... ¿me estás diciendo que te agradezca que me despiertes a las cuatro de la mañana para poder disculparte conmigo, cosa que ya habías hecho?
Tardó en contestar.
-Claro, dicho así suena estúpido.
-¡Claro que suena estúpido! Oye, que sí, que gracias por disculparte, adiós.
Colgué y volví a dejar el móvil en la mesilla de noche. A los pocos segundos, volvió a sonar.
-¿Sí?
-Oye, ¿por qué me has colgado?
-Joder, ¿esto es de verdad? ¿Me estás haciendo una broma o algo? Déjame dormir.
Volví a colgar. Volvió a llamar.
-Voy a apagar el móvil, te lo juro.
-Es que me aburro y están todos durmiendo.
-¿Y qué me importa que te aburras? Oye, ve al baño a hacerte feliz o algo así.
-¿Y si te doy algo a cambio de que te quedes hablando conmigo?
-No quiero nada que puedas darme. Es más, ni por todo el dinero del mundo me quedaría hablando contigo. No me caes bien.
-Rap Monster.
-¿Eh?
-Te lo presentaré si te quedas hablando conmigo.
Me senté de golpe.
-¿Qué dices?
-Que te lo presentaré, somos muy amigos; pero a cambio, haz que no me aburra.
-¿Y cómo sé que lo que dices es verdad? No tengo por qué creerte, lo sabes.
-Te doy mi palabra de líder.
¿Palabra de líder? Qué imbécil es.
Al final accedí a quedarme hablando con él, y fueron las dos horas más largas de mi vida. Yo me moría de sueño, pero él estaba muy despierto. Me empezó a contar su vida, y cada cierto tiempo me preguntaba si me había dormido; si lo hacía, no me presentaría a Kim Nam Joon. Cuando al final colgó, la felicidad absoluta me envolvió y caí en un profundo sueño del que despertaría tres horas después para ir a trabajar.
Faltaba poco para que el despertador sonara, cuando mi tía golpeó la puerta varias veces.
-Miyu, creo que deberías salir.
Abrí los ojos como pude y vi la hora, aún me faltaban unos minutos de sueño, así que me giré y volví a cerrarlos. No contesté a mi tía y volvió a golpear.
-¡Miyu!
-¡Que me dejes! -le grité- ¡Que aún me faltan diez minutos!
Me pareció que mi tía hablaba con alguien, pero no distinguí la voz. Cuando el despertador sonó, lo apagué y seguí tumbada, y entonces la puerta se abrió.
-Eh, tú, peluquera -abrí los ojos y...
-¡Qué haces en mi habitación! -le grité- ¡Tía Kei, échale de aquí!
Mi tía apareció detrás de Zico y se encogió de hombros.
-Me dijo que habíais quedado.
-¿Qué? ¡Es mentira! ¡Vete de aquí!
Él cruzó los brazos y no se movió.
-Vete, que estoy desnuda -le dije, cosa que no era verdad.
Soltó una carcajada.
-¿Esperas que me vaya diciéndome que estás desnuda?
Mi tía empezó a reírse mientras iba por el pasillo.
-Oye, mira, no sé qué haces aquí y tampoco me interesa -le dije, sentándome en la cama-, pero te agradecería que te fueras.
Zico suspiró.
-Cámbiate y ve a desayunar, te espero en el salón.
-¡Ji Ho, ya está listo el té! -le gritó mi tía.
Salió de mi habitación cerrando la puerta.
-Esto no es cierto -me decía a mí misma-, esto no es verdad, yo estoy soñando -me pellizqué las mejillas varias veces hasta que empezaron a dolerme.
Me vestí a regañadientes y salí de mi habitación.
-Tienes un aspecto horrible -me dijo Zico mientras se comía unas pastitas de arroz que había comprado mi tía.
-Eh, no te comas mis pastitas.
-Miyu, no seas egoísta -me dijo mi tía.
-Eso Miyu, no seas egoísta.
Cogió tres pastitas de arroz y se las metió a la vez en la boca.
-Me hacéis la vida imposible -les dije a los dos, y fui a la cocina a por algo para desayunar.
Cuando volví al salón, me senté entre los dos y miré a Zico con cara de desprecio por no dejarme dormir.
-¿Por qué estás aquí?
-Yo te dije que te presentaría a alguien.
Uno, dos, tres...
-¡Qué dices! -le grité, y me ahogué con mi té.
-Eh, te lo prometí.
Me giré para mirar a mi tía que, obviamente, ya sabía la historia. Me sonrió ilusionada al ver mi cara. Volví a girarme para mirarle a él.
-¿De verdad...?
-¿Crees que de no ser así te habría despertado para verte en ese estado tan horrible?
Mi tía volvió a reírse.
Me levanté de golpe y corrí al baño para ducharme.
Rap Monster... iba a conocerlo.
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Her
FanfictionSeúl, Corea del Sur, 2013. Mi primer trabajo desde que estoy en la ciudad y llego tarde. Siento que si sigo pedaleando tan rápido mi bici se partirá en dos. En un momento de distracción, aunque anteriormente me aseguré que por esa larga calle no hab...