Capítulo 46 -Final-

975 94 108
                                    

Faltaba un día para que ellos salieran de gira por China. Después de preparar las cosas, hablar con mi tía y llegar al aeropuerto, lo último que me quedaba era despedirme de mi madre. Me abrazó muy fuerte y volvió a llorar.

-¿Por qué lloras? Dentro de poco volveré, tonta -le sonreí y ella se secó los ojos.

-No lloro porque te vas, lloro porque me hace muy feliz esto que vas a hacer. 

-Ya lo sé, mamá. Tal vez tardé demasiado.

-No, está bien, así es más interesante -me guiñó un ojo y acabamos de despedirnos.

Volví a despedirme de Japón para aterrizar de nuevo en Corea. Durante el viaje sentí un cosquilleo en el estómago que me ponía más nerviosa. Yo ya había decidido, y aunque seguía pensando que era una locura coger un avión solo para decirle a alguien que le quería, ya era un poco tarde para pensar que podría haberlo hecho por teléfono.

Oh, venga, ¿quién se declara por teléfono?

Al bajar del avión, fui la primera en ir a por sus maletas, la primera en cogerlas, y la primera en salir de ahí. Sentía que tenía el tiempo contado. Cada minuto que pasaba en el aeropuerto era un minuto perdido con él, y ya había perdido demasiado tiempo. 

Mi tía me esperaba en el aeropuerto, y corrió hasta mí para abrazarme.

-¡Miyu! -Exclamó mientras me apretaba.

-Yo también te he echado de menos, tía Kei. -Le contesté intentando soltarme, pero me lo ponía difícil.

-¡Que vuelves a estar aquí!

¿Te has dado cuenta tú sola o te lo han contado por el camino?

Salimos del aeropuerto, y durante el viaje observé por la ventana del taxi esa ciudad de locos. Me hacía gracia pensar que había vuelto, con las ganas que tenía de irme la última vez que estuve ahí.

-¿Estás nerviosa? -Me preguntó mi tía cuando llegamos al edificio.

-Un poco.

-¿Alguna vez te habías declarado? -Me preguntó alzando las cejas y sonriendo. Yo rodé los ojos.

-No, claro que no, yo no hago esas cosas. -Entrecerró los ojos y giró un poco la cabeza.

-Miyu, tú... ¿tú te das cuenta de que has cogido un avión única y exclusivamente para declararte, verdad? -Me encogí de hombros y ella me dio en la frente con un dedo.- ¡Ay, qué nerviosa me pones a veces!

-Sí, hablando de eso, me tienes que volver a contratar -le sonreí y me balanceé de un lado a otro, intentando parecer dulce. Mi tía suspiró, estaba contratada. 

Cuando llegamos a casa eran las cinco de la tarde, y por lo que yo había hablado con Ji Hoon, ellos cogerían el avión a las ocho de la tarde del día siguiente. Obviamente le dije que no dijera nada, yo tenía que ser una sorpresa. Me alegraba de tener a Ji Hoon como amigo. 



Habla Taeil.

Nos dieron la noticia de que cambiaban el horario del vuelo la noche del día anterior, por lo que en vez de salir a las ocho de la tarde, sería a las diez de la mañana. Todos nos desilusionamos, menos horas de sueño nos habían dado.

-¿Dónde están Ji Hoon y Yu Kwon? -Nos preguntó nuestro mánager mientras nos comentaba lo del vuelo.

-Ya están durmiendo -contestó Zico-, les daremos la noticia por la mañana, no pasa nada.

HerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora