Capítulo 45

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Habían pasado dos semanas desde que hablé con Taeil y Zico, y una mañana, mientras desayunaba, mi madre me observaba en silencio mientras comía daifukus. Yo enarqué una ceja y seguí bebiendo té. Sabía que algo estaba rondando por su cabeza porque ponía la misma cara que mi tía Kei cuando lo hacía.

-¿Me vas a decir qué te pasa? -Le pregunté.

-¿Por qué has vuelto? -Me preguntó con los ojos entrecerrados.

-¿Porque es mi casa te parece una buena razón? Por dios, ¿qué madre hace esa pregunta a su hija?

-Aún te quedaban unos meses de vacaciones, así que algo te ha hecho volver.

-¿No has hablado con la tía Kei? -Rodó los ojos. Lo sabía. -Si ya lo sabes, ¿para qué preguntas?

-Es que creo que lo que has hecho es muy cobarde, Miyu.

-Tú no sabes nada. -Le dije agachando la cabeza.

-Miyu, ¿cuándo vas a crecer? -Me preguntó. Yo no le respondí.- Lo que has hecho es muy infantil. Tenías un problema, y en vez de enfrentarte a él, decides irte, dejarlo todo. Lo has mandado todo a la mierda, no te has preocupado por ellos.

-¡Claro que sí! ¡Esto lo he hecho por ellos! -Mi madre negó con la cabeza.

-No, Miyu, esto lo has hecho por ti. Tal vez tu intensión era hacer un acto noble, pero en el fondo sabes que fue cobarde. Has dejado a esos dos chicos sin una respuesta clara.

-Yo no quería hacer daño a nadie, ¿qué tiene eso de malo?

-¿Y no crees que lo has hecho al marcharte sin decir nada? Les has hecho más daño del que podrías haberles hecho si hablabas claro con los dos. Cariño, sabes que siempre te apoyaré porque eres lo más importante de mi vida, pero esta vez me has decepcionado mucho. Además de hacerte daño a ti misma, has dañado a dos personas que, por lo que sé, son maravillosas. Entiendo que hayan cosas que puedan costarte más, pero se supone que ya eres una mujer madura y debes hacer cara a tus problemas. Eso es lo que hacen los adultos, y precisamente lo que tú no has hecho.



Habla Taeil.

Dos semanas habían pasado desde que hablé con Miyu. Dos semanas en las que no habíamos parado. La idea de pasar alguna canción a chino estaba en el aire, pero nos estaba costando mucho, así que decidimos no hacerlo. EXO podía encargarse de eso, nosotros no. 

Durante esas dos semanas, esos terribles catorce días, yo pensé en llamar a Miyu y volver a hablar con ella, pero Jae y Ji Hoon me dijeron que no era una buena idea.

-Primero deberías decidir qué vas a hacer -me dijo Jae una tarde mientras esperábamos a que las duchas estuvieran libres.- Deberías descartar lo de irte a Japón a buscarla cual loco enamorado, porque si lo haces, posiblemente te vayas del grupo. Y si te vas del grupo, Lee Taeil -Jaehyo me miró fijamente-, te mataré.

-Pero ella no va a venir.

-Intenta convencerla de alguna manera -me contestó Ji Hoon encogiéndose de hombros.

-Puedes fingir un accidente o algo así, y entonces vendrá, seguro -dijo Jae entre risas. Pyo y yo le miramos serios.- Era una broma... ¡Era una broma, lo juro! -Exclamó levantando una mano y poniendo la otra en su pecho.

-Joder, da igual lo que piense, no saco nada en claro...

-¡Ya hay una ducha libre! -Gritó Yu Kwon que iba por el pasillo con una toalla en la cintura. Los tres nos miramos, pero Ji Hoon fue el más rápido. Jae y yo suspiramos.

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