Capítulo 20

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El despertador sonó y abrí los ojos como pude. Estiré el brazo, cogí el móvil y apagué la alarma. Volví a tumbarme. Me dolía todo el cuerpo. Aún no era consciente de por qué había sonado la alarma, ni me acordaba de que tenía a mi lado a alguien. Giré la cabeza y vi a Taeil dormido, y parecía que estaba desnudo.

-Oh -dije.

Entonces desperté y todos los recuerdos de la noche pasada inundaron mi mente. Joder, qué bien lo había pasado.

Me levanté de la cama y bajé la mirada. Agradecí que estuviéramos en invierno y fuera necesario llevar mucha ropa, porque de no ser así habría marcas que se verían demasiado. Cogí mi pijama, me lo puse, y salí de la habitación. Fui caminando por el pasillo cuando oí ruidos en la cocina, así que fui hasta allí.

-Buenos días, tía Kei -le dije y empecé a buscar galletas en uno de los armarios que estaban cerca de la nevera.

-Buenos días, preciosa. ¿Cómo te fue anoche con... -dejó de hablar de repente y la miré, estaba observando algo detrás de mí, sorprendida, así que me giré también.

-Ho-hola -dijo Taeil mirando a mi tía. Llevaba sus pantalones y la sudadera, pero no parecía que tuviera debajo la camiseta. 

-Vaya -dijo Keiko-, buenos días, Taeil. ¿Qué quieres desayunar? 

Keiko me miró de reojo mientras le decía a Taeil que cogiera lo que quisiera.

Ya cogió anoche todo lo que quiso.

Nos sentamos los tres a desayunar, y mi tía le hacía preguntas a Taeil sobre el grupo, mientras yo me preguntaba por qué la tierra no me tragaba.

-Miyu -me dijo antes de irse-, hoy puedes venir a las once, no hay clientes hasta esa hora, además tengo que recoger algunos pedidos.

Asentí y se fue. Volví al salón y me quedé de pie mirando a mi novio.

-Yo también me iré -me dijo, recogiendo su taza-, nadie sabe donde estoy.

Me encogí de hombros y le sonreí.

-¿Estás bien? 

-Sí, es solo que... me duele un poco... todo.

Se empezó a reír, se acercó a mí, y me dio un beso en la frente.

-Lo pasé muy bien -me dijo.

Coño, normal.

Fuimos los dos a la habitación, y mientras él se vestía, yo cogía la ropa que me pondría después de ducharme. Volví a admirar (ya que la noche anterior poco pude ver) su cuerpo. ¿Quién iba a decir que alguien con una cara de niño adorable tendría un cuerpo tan... tan de integrante de Bigbang? Volví a ver sus tatuajes. Posiblemente se me caía la baba.

Y pensar que yo me acosté con él.

Me reí bajito.

-Bueno, yo me voy ya -me dijo, estando ya totalmente vestido.- Tal vez esta noche podamos volver a vernos -me sonrió, y volvió a acercarse a mí. Me cogió fuerte de la cintura, y me besó.

Cuando se fue, fui a mi habitación y me tiré en la cama.

Joder, me duele todo. Quiero dormir. Si después de cada noche de sexo con él estaré así, no lo podré soportar demasiado. Me cago en mi vida, ¿cómo puede un virgen aguantar tanto? ¿Todos los vírgenes coreanos son así? Qué atrasados están los hombres japoneses en el sexo. 



Habla Zico.

Min Hyuk fue el primero en levantarse, y un cuarto de hora después volvió a entrar a la habitación.

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