Capítulo 41

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Cuando mi tía Keiko llegó, yo estaba sentada en el sofá con mi maleta roja a un lado. Al verme, no dijo nada hasta que dejó las llaves sobre la mesa.

-¿Quieres un té? -Fue lo primero que me dijo, a lo que asentí. Unos minutos después trajo dos tazas y se sentó a mi lado.- Te vas.

-Sí. -Suspiró y dio el primer sorbo.

-Vas a abandonar, entonces.

-Sí.

-¿Por qué?

-Porque me he dado cuenta que estando aquí no hago más que hacer daño a los demás. Se supone que tengo que hacer una elección, pero da igual cuál sea el resultado, alguien saldrá herido. Y yo no quiero eso. No quiero hacer daño a nadie, no quiero... que otras personas pierdan su amistad por mí. Tal vez no es demasiado tarde para ellos el volver a ser amigos si yo no estoy. ¿Me entiendes? -Mi tía asintió y yo seguí hablando.- Esta es mi decisión: no estar con ninguno. Quiero volver a casa, olvidarme de esto a medida que el tiempo va pasando, y no sé, tal vez adoptar algunos gatos. -Sonrió ante el comentario de los gatos.- He mirado en internet y hay un vuelo a las ocho de la mañana, es el primero. Y... bueno, ya he reservado.

-Entonces ya no hay manera de convencerte para que te quedes. Volveré a estar sola -agaché la cabeza ante ese tono de tristeza en su voz.

-¿Y por qué no te vienes conmigo? Puedes tomarte unas vacaciones, ¿no? Un par de semanas. Sabes que las chicas lo harán bien, son peluqueras magníficas. 

Keiko se encogió de hombros y me sonrió.

-Me lo pensaré. La verdad es que echo de menos a mi hermana.

A las cinco y media de la mañana me preparé para salir. Mi tía me acompañaría al aeropuerto. Cogimos un taxi y ya eran las seis al llegar. Tenía que pasar las maletas, eso era siempre lo primero, y después podría estar más tranquila e iríamos a desayunar. Mientras me tomaba un zumo, mi tía me hizo una pregunta que yo llevaba horas esperando.

-¿No deberías despedirte de ellos? -La miré y asentí.

-Después le mandaré un mensaje a Ji Hoon y le diré que se despida de todos por mí.

-¿Se lo enviarás a Ji Hoon?

-Sí, es lo mejor. Así no tengo que elegir, ¿no? Además, Ji Hoon es mi favorito del grupo, me hace ilusión que sea el primero que lo sepa. -Keiko se rió.

-¿Es tu favorito?

-Claro, tía Kei, ¿no lo has visto? Es adorable. Cuando lo veía solo me daban ganas de abrazarlo y darle caramelos. -Volvió a reírse y no pude evitar hacer lo mismo.- Ay -suspiré-, qué pena que sea gay.

-Ah, así que también te has dado cuenta. -Asentí y nos quedamos un rato en silencio.

Eran casi las siete cuando cogí el móvil y noté que mis manos temblaban. Keiko pasó un brazo por mis hombros.

-Si no quieres hablar con él, yo les puedo decir que te has ido dentro de unas horas.

-No, tía Kei, está bien, me toca a mí hacerlo.

Me dio un beso en la frente y se fue al baño. Sabía que quería estar sola durante unos minutos. Ella siempre sabía qué tenía que hacer. Desbloqueé el móvil y busqué en mis contactos. Ji Hoon. Levanté la vista y miré donde estaba. El aeropuerto de Seúl era gigante.

<<Ji Hoon, gracias por decirme ayer que mirara el programa. Por favor, despídete de todos por mí, diles que me ha gustado conocerlos y que no me olvidaré de ellos.>>

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