Capítulo 30

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Habla Kyung.

Había pasado una semana desde la ruptura de Miyu y Taeil, y las cosas en casa eran extrañas. Había momentos de alegría por parte de casi todos, pero la cosa cambiaba cuando aparecía Taeil, o cuando estaba horas encerrado en la habitación. Obviamente, todos lo entendíamos (bueno, tal vez yo no tanto, pero me hacía a la idea), y nunca sacábamos el tema. 

Esos días habíamos estado bastante ocupados, y Jaehyo y yo no habíamos tenido tiempo de empezar nuestra investigación sobre la verdad detrás de la ruptura de Miyu y Taeil. Una tarde, en la que habíamos vuelto antes a casa porque acabamos pronto la grabación, me acerqué a Jaehyo mientras él buscaba una de sus miles de cremas para cuidar su cara que tenía en el baño. Tenía una gran obsesión por su rostro, siempre tenía que estar perfecto, y la tristeza que podía llegar a coger por un simple grano, era intensa. Bien, mientras él buscaba su crema de qué sé yo, me acerqué por detrás y le di una palmada en el culo. Él saltó del susto, y después me dio en un brazo.

-Serás imbécil, no me asustes -Rodé los ojos cuando sonrió al encontrar finalmente su crema.

-Escucha, tenemos tiempo libre, ¿sabes lo que eso significa? -Le guiñé un ojo y puso una mueca de asco, apartándose de mí.

-Mira, yo lo siento mucho, pero me van las tetas, pero podemos seguir siendo amigos. -Me dijo poniendo una mano en mi hombro. 

-¡Agh, Jaehyo! ¡No me refería a eso! -Empezó a reírse. Yo me crucé de brazos y suspiré.-  Lo digo por nuestra investigación secreta. Ha pasado ya una semana, y yo sigo pensando que aquí pasa algo raro. Además, me dijiste que me ayudarías. -Levantó una ceja y se recogió el pelo para que no se manchara con el potingue que acaba de ponerse en la cara.- ¡Me lo dijiste!

-Eres un toca pelotas -se miró por última vez en el espejo, y salió del baño, yo fui detrás de él.

-¡Jaehyo, me dijiste que me ayudarías! - Le grité.- ¡Si es que no puedo confiar en ti! Lo sabía, claro que lo sabía... -bufé.- No se puede confiar en un narcisista que está más pendiente de su imagen que de ayudar a un amigo. Vas a morir solo, Jaehyo. Solo, arrugado y feo. ¡Se te va a caer la cara por culpa de todas esas mierdas que te pones! 

Jaehyo se giró, enfadado, se acercó a mí, pasó una mano por su cara, sacándose parte de la crema, y me la puso a mí.

-Ahora se te va a caer a ti también la cara, por imbécil y subnormal. -Me había metido parte de la crema en la boca, e intenté sacarla con una mano.- ¿Sabes qué iba a hacer? Iba a buscar la revista en la que salieron las fotos por internet, para ver quién era el fotógrafo, e intentar contactar con él de alguna forma. Creo que es una buena forma de empezar. Pero ahora, me has quitado las ganas de ayudarte. No te lo mereces. -Se volvió a alejar, corrí hasta él y le abracé por detrás.

-Jaehyo, Jaehyo, sabes que todo era una broma ¿verdad? -Tenía apoyada la barbilla sobre su hombro derecho, y vi que sonreía.- Si eres el más guapo y atractivo del grupo. ¡Eres tan precioso, Jaehyo! Si fuera una mujer, querría acostarme contigo todas las noches. -Justo en ese momento, Min Hyuk estaba pasando por detrás nuestro.

-Dios mío, haced estas cosas en otro lugar, no en medio del salón -los dos nos giramos al oírlo, y yo solté rápido a Jaehyo.- Que no estoy juzgando vuestra homosexualidad, pero tíos, en medio del salón, y con toda la cara blanca... 

-¡Pero que esto no es lo que parece! -Le dijo Jaehyo.

-Tú eres el que tiene la cara más blanca, ¿eres tú el que recibe? -Min Hyuk se empezó a reír mientras se burlaba de Jaehyo.

-¡Claro que no, yo no soy el que recibe! -Me tapé la cara con las manos, el muy idiota había caído en la broma de Min Hyuk. Tardó unos segundos en darse cuenta.- ¡Pero que tampoco es que yo dé! ¡Joder, Kyung, di algo!

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