Capítulo 9

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Movía una pierna por los nervios que llevaba en el taxi.

-Me estás poniendo nervioso -me dijo Zico-, deja de mover la pierna como una loca.

-Pues no mires -le contesté.

-Tsé, además de que te hago el favor y estás así conmigo... no te lo mereces, la verdad -cruzó los brazos y se puso a hablar con el conductor.

Yo no les escuchaba, estaba perdida en mis pensamientos. Todo era Kim Nam Joon en mi cabeza. Me apoyé contra el cristal y vi por el reflejo que Zico me miraba, pero giró la cabeza cuando se dio cuenta de que le había visto. Pocos minutos después llegamos a lo que parecía una discográfica.

-Venga, date prisa en bajar, que hace frío.

Joder, ¿cómo no me voy a dar prisa? ¡Rap Monster está dentro!

-Por cierto, no te lo he preguntado, ¿por qué habéis quedado vosotros?

-A veces escribimos canciones juntos. Muchas no se acaban grabando, pero somos amigos, así que el tiempo juntos es importante también.

-Oh. -Me acerqué a él y le cogí de la manga de la chaqueta azul que llevaba- ¿Y él sabe que yo estaré con vosotros?

-No, para nada. Supuse que si le decía que una chica fea y desagradable estaría con nosotros, no querría venir.

-¡Eh! Eres un imbécil. ¿A quién llamas fea y desagradable? ¿Te has mirado al espejo o algo?

Soltó una carcajada y entramos. El lugar era más grande de lo que parecía por fuera. Una recepcionista que parecía sacada de una revista de moda se sorprendió al ver a Zico y se le iluminó la cara. Él la saludó sin mirarle y me llevó al ascensor.

-¿Sabes dónde es? -le pregunté.

-Claro, es siempre en la misma habitación.

Mis nervios se notaban. No podía estar quieta, movía las manos y me daba palmaditas en la barriga.

-Tienes que mantener la calma, ¿vale? No puedes entrar como una fan loca.

Las puertas del ascensor se abrieron y salí antes que él. Suspiró y me señaló la habitación 8. Caminé rápido hacia allí y me paré en la puerta, yo no podía entrar antes que él. Zico se puso a mi lado y me sacó la lengua, y abrió la puerta.

Y... y no había nadie.

-¿Eh? ¿Dónde está? -le pregunté, esperándome lo peor.

-¿Y yo qué sé? Esperemos dentro, a ver si así te tranquilizas.

-¿Tranquilizarse? ¿Por qué?

Nos giramos los dos, y ahí estaba. Llevaba un vaso con café.

-¿He dicho tranquilizarse? Quería decir... -Zico me miró y se acomodó el pelo-, en fin, Miyu, Nam Joon; Nam Joon, Miyu.

Me extendió la mano y yo intentaba que mi cabeza volviera a encenderse. Por suerte pude dársela antes de que el paro cardíaco llegara a mí.

-¿Es tu novia o algo? -le preguntó a Zico, y por la cara que pusimos los dos supo que no.

Se rió ante nuestra expresión, y entramos los tres.

En seguida se pusieron a hablar de canciones, de sus respectivos grupos y futuras actuaciones. Yo les miraba sentada en un sillón que estaba cerca de varios discos de oro y platino enmarcados.

-¿No son geniales? -me preguntó Nam Joon.

Genial eres tú.

-Sí, sí, me encantan. Son muy... brillantes.

-Por Dios... -susurró Zico, mientras Nam Joon se reía.

-Ahora que lo pienso, aún no me habéis dicho quién eres.

Iba a contestar, pero Zico se adelantó.

-Es mi peluquera.

Nam Joon le miró sorprendido.

-¿Tu peluquera? ¿Y te suele acompañar?

Zico me sonrió maliciosamente.

Mierda.

-Es que verás, se moría de ganas por conocer al famoso Rap Monster, y he pensado en hacerle el favor.

Sentía cómo me iba poniendo roja a cada palabra que decía.

-¡Vaya! -exclamó, y se acercó a mí- ¡Así que era eso! Pues me alegro yo también de haberte conocido. Si alguna vez necesito una peluquera, te avisaré.

No salían palabras de mi boca. Es más, me había olvidado de hablar, yo solo le asentí mientras admiraba su maravillosa sonrisa y esos hoyuelos tan adorables.

¿Qué pasa si me lanzo sobre él y no lo suelto nunca más?

-Bueno, ¿seguimos con lo nuestro? -le preguntó Zico al ver que toda la atención de Rap Monster estaba en mí.

-Por supuesto -me guiñó el ojo y volvió con su amigo.

Se me acaba de derretir el corazón. ¡Una ambulancia, por favor!

Me sentía afortunada de poder estar ahí, oyéndoles. Nunca me había parado a pensar en que Zico era también de un grupo famoso, yo ya me había acostumbrado un poco a ellos, pero el caso era que tenía delante de mí a dos famosos raperos (uno al que amaba y otro al que intentaba soportar) y era una persona con suerte.


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