Capítulo 6

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El local era enorme. Habían bastantes personas con cámaras, tanto grabando como fotografiando, gente controlando las luces, ayudantes de... qué sé yo, era la primera vez que veía eso.

Yo me había quedado de pie mientras miraba al que estaba delante de la cámara. No puedo decir que estaba embobada por él, más bien por toda la situación.

-¿Te gusta? -giré la cabeza y ahí estaba Taeil, observando lo mismo que yo.

-Es interesante -le contesté.

Me sonrió y me cogió del brazo.

-Ven, tienes que ver a los demás. ¿Tienes hambre? ¿Sed? ¿Necesitas algo? Yo puedo...

-No, estoy bien.

-¿Seguro? Porque allí hay una mesa enorme con comida.

Entrecerré los ojos y me puse pensativa, al parecer a él le hacía gracia cuando me ponía así.

-¿Hay dulces?

Taeil se rió y asintió varias veces.

-De varios tamaños y colores.

Asentí satisfecha y nos acercamos al resto del grupo. Todos me saludaron como si nos conociéramos de mucho tiempo, recordaban mi nombre y me hacían un montón de preguntas sobre qué me parecía todo eso. En cuestión de segundos me rodearon.

Por alguna razón, Taeil supo lo que me pasaba.

-Decidle vuestros nombres otra vez.

-¿Hum? ¿No se acuerda de nosotros? -preguntó uno.

-No se acordaba de mí y se va a acordar de ti, por favor... -le contestó Kim Yu Kwon.

-¡Eh! ¿Qué has querido decir con eso? -le contestó el primero, indignado.

Antes de que eso llegara a mayores, me dirigí al primero.

-Kyung, ¿verdad? -los dos me miraron fijamente, y el primero empezó a reírse.

-¡Pues de mí se acordaba!

-¿Qué? -Yu Kwon me cogió de los brazos y empezó a zarandearme- ¿Por qué su nombre sí y el mío no?

Socorro.

Los chicos se reían hasta que un hombre que antes estaba observando cómo grababan a Zico les dijo a P.O y a Yu Kwon que les tocaba a ellos.

-¡Deséanos suerte! -me dijo el pelirrojo, mientras el otro me sacaba la lengua con cara de ofendido.

Taeil se volvió a acercar a mí y me contó que él tuvo que repetir una de sus partes cinco veces.

-¿Pero cuánto lleváis aquí?

-Unas tres horas más o menos.

-¡Lleváis desde las seis grabando!

-Sí, más o menos. Pero es nuestro trabajo, además lo importante es que al final todo este esfuerzo haga que el vídeo salga bien. Por muy cansados que podamos estar, lo damos todo.

Vaya.

-Eh, ¿qué hace aquí la peluquera?

-¡Ji Ho! -le dijo Taeil- Lo has hecho muy bien.

-Bueno, tuve que repetirlo un par de veces, pero... -me miró- ¿qué hace la peluquera aquí?

-La peluquera tiene nombre -le contesté-, soy Miyu.

-Sí, bueno, ¿a quién le importa? -se dirigió a Taeil- ¿La has traído tú? ¿Nos peinará otra vez o algo?

Me fijé en Taeil, que se estaba acomodando las gafas. Estaba serio, era la primera vez que le veía así.

-Discúlpate ahora mismo -le dijo a su amigo, sin mirarle siquiera.

-¿Qué?

-Que te disculpes por ser tan maleducado, Ji Ho.

-¿Por qué? ¿Qué he hecho?

-Has sido grosero con ella -le contestó-, no puedes ser así con la gente, te lo he dicho muchas veces.

Zico me miró y suspiró. Agachó la cabeza.

-Lo siento -me dijo, y se fue.

Taeil me miró y me sonrió.

-¿Te ha hecho caso? No parece de esas personas -le dije, mientras miraba al rapero alejarse.

-Eh, que soy el mayor, aquí todos me respetan. Soy como el hermano mayor, y saben lo que les puede pasar si no hacen caso a su hermano.

Asentí y me di cuenta de lo divertido que podía llegar a ser estar con ellos.

Las horas pasaron y yo me divertía mirando cómo bailaban y actuaban. Me dejaron estar junto al director y a veces me explicaba cosas entre los "bien, bien... pero hay que repetirlo. Jaehyo, no te alejes tanto."

-Si alguna vez te has preguntado qué se siente al mandar sobre un grupo de K-Pop -me dijo el hombre satisfecho-, es algo así.

Me reí y seguí mirando a los chicos.

Acabaron a las seis, y todos se alegraron de que eso hubiera terminado por fin. Jaehyo se tiró al suelo al escuchar el anuncio del final de la grabación.

-¡Voy a dormir! -gritó.

Todos los presentes se pusieron a aplaudir, así que yo hice lo mismo. Los chicos salieron por una puerta trasera y volvieron al rato, ya no llevaban todo ese maquillaje y vestían como personas normales.

-¿Nos vamos? -me preguntó Taeil.

-¿No prefieres descansar? Habéis estado bailando durante horas, tienes que estar cansado.

-No, no, yo te dije que hoy saldríamos, y soy un hombre de palabra.

 Lee Min Hyuk, al que llaman también B-Bomb, se acercó por detrás a Taeil y se apoyó sobre sus hombros.

-Sí, es un pequeño hombrecillo de palabra.

Todos se rieron y Taeil soltó una carcajada.

-Vayámonos antes de que sigan con las bromas; pueden estar horas así.

Por suerte para nosotros, la lluvia había pasado. 

-Te llevaré a probar las cosas más dulces que has comido en tu vida.

En esa época del año oscurecía antes, así que prácticamente era de noche. 







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