Capítulo 34

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Como Keiko no estaba, me tenía que levantar antes porque yo tenía que abrir la peluquería, por eso, cuando sonó el despertador, para no volver a quedarme dormida di una vuelta en la cama y básicamente me tiré de ella. Fue como un mini suicidio para no llegar tarde a trabajar. Mientras desayunaba, me llegó un mensaje de Ji Ho.

<<Ya he salido del hospital. Miyu, tu visita de anoche me hizo muy feliz, gracias por preocuparte por mí.>>

Sonreí al ver el mensaje y me quedé tranquila. Fue el pequeño empujón que necesitaba para tener un buen día. Me alegraba que Ji Ho estuviera bien, aunque era un mentiroso muy malo. Sabía que no se había caído en su casa, era obvio que le habían pegado. También me hacía a la idea de quién había sido, y podía imaginar la razón. No era tonta, nunca lo fui, sabía que Ji Ho se acabaría metiendo en problemas por estar conmigo, y eso me dolía. Zico se preocupaba por mí, ¿debían pegarle por ello? Cuando vi su cara al estar en el hospital, sentí un fuerte dolor en el pecho. Había recibido golpes por mi culpa, y yo lo único que pude hacer fue ir a verlo cuando ya estaba en el hospital. Me sentía muy culpable por su estado, pero no... no quería que se fuera. Estaba ante un dilema: alejarme de él para que no volviera a estar así, o dejar que se quedara a mi lado. De alguna forma, sentía que era una decisión que solo podía tomar yo, ya que sabía lo que él habría hecho. 

Me acabé el desayuno, cogí mis cosas, y salí de casa. Ya pensaría en todo eso más tarde, tenía que centrarme en llegar a tiempo y trabajar bien ese día.



Habla Kyung.

Después del beso tardé en dormirme. No hacía más que darle vueltas a lo que había pasado hacía unos minutos. A veces miraba de reojo la cama de Jaehyo, pero parecía estar dormido. Pensaba mayormente en si cambiaría nuestra amistad. Tal vez, después de eso, ya no volvieramos a acercarnos demasiado porque él podía pensar que lo que había hecho estaba mal, que dos hombres no pueden besarse. Aunque, claro, tampoco se podía considerar como que los dos nos habíamos besado, más bien ÉL me había besado a mí. 

A la mañana siguiente teníamos que levantarnos pronto porque teníamos que acabar la coreografía de la canción que habíamos grabado. Al salir de la habitación, Ji Ho estaba en el sofá, esperándonos. Fuimos (casi) todos a saludarlo para preguntarle cómo estaba y si se encontraba en condiciones de ensayar, pero él parecía lleno de energía y ánimos. Por muy dolorido que pudiera estar, el trabajo es el trabajo, y Zico nuestro líder.

Fue un día agotador, y como yo suponía, Jaehyo ni me miraba. Tampoco es que me hubiera acercado yo a él para hablar de cualquier cosa, no estaba seguro de si sería una buena idea. Las horas pasaban y yo solo quería tumbarme en el suelo y dormir durante horas; mi cuerpo no podía más. 

-¿Y si... nos tomamos un descanso de media hora? -Preguntó Ji Hoon mientras se secaba el sudor de la cara con una toalla.- Me empieza a doler hasta la cabeza, necesito parar un poco.

-Sí, me parece una buena idea -contestó Zico, y Ji Hoon se sentó en el suelo.

¡Gracias!

-Siento que me va a explotar un pulmón -Jaehyo se tumbó cerca de Ji Hoon.

-¡Sois unos exagerados! -Dijo Yu Kwon entre risas mientras se seguía moviendo.

-Joder, para ti es fácil -le dije yo-, tú has creado la mitad de la coreografía y eres el bailarín principal. Pero al resto nos cuesta más.

-¡Sois unos debiluchos! 

-¡Yu Kwon, prepárate para recibir mi ira absoluta! -Le gritó el maknae, que seguía en el suelo, pero había levantado los brazos y cerrado los puños, como si quisiera pegarle de verdad. Se quedó un rato en silencio y volvió a hablar.- Bueno, ya si eso cuando mis piernas respondan.- Yu Kwon empezó a reírse.

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