Capitulo 22: La charla

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Narra Oriana:

Una clase más que me saltara no iba a modificar mis perfectas calificaciones. Abandone el baño con el maquillaje arreglado y otras dos pastillas dentro de mi sistema. Dejando atrás todo lo ocurrido. El timbre había sonado hace unos diez minutos. Seguí mi camino recto hacia el pasillo. Pero alguien llamo a mi nombre y no pude escapar.

- ¡Señorita Sabatini! – Se acercaba a mí con sus tacos repugnantes haciendo ruido por todo el pasillo vacío. - ¡Señorita Sabatini! –

- Buenos días señora directora – fingí una sonrisa pero ella no la devolvió, más bien me observo con una cara de desprecio, algo disimulada. –

- ¿Se está yendo señorita Sabatini? – Reviso un papel que tenía en su mano, y luego miro mi atuendo. Lo moderno de mi look no iba con su vestido cuadrille por debajo de la rodilla. – Por lo que leo, usted tiene clase justo en ese salón. – Señalo hacia el cuarto número 23, a lo lejos podía ver a Jenny y Mariel hablando entre ellas.

- Tengo un asunto que resolver, y es dentro de poco tiempo – Volví a sonreír falsamente, ella frunció su seño y miro su reloj.

- Entonces tenes un poco de tiempo para hablar en dirección supongo – Sonrió y tomo mi brazo para llevarme hasta la oficina principal. – No llevara mucho tiempo te lo aseguro – soltó cuando estábamos entrando por la puerta de madera rechinante.

Esta se cerró detrás de nosotras con un gran estruendo, la directora hizo una seña con su mano, invitándome a sentarme en un sillón verde, demasiado incómodo para mi opinión. Apoye mi bolso a mi lado, de alguna forma aferrándome a él. ¿Habrá llamado mi papa para hablar con ella sobre algo?

- Necesito pedirte un favor en nombre de una de tus compañeras, querida. – dijo luego de acomodarse del otro lado del escritorio. En sus manos tenía una birome de plata con detalles en oro. Regalo de mi padre que recuerdo perfectamente. – Seguro conoces a Lola Moran ¿No? – prosiguió.

- ¿Cómo no voy a conocer a la madre del hijo de mi exnovio señora? – mi cabeza estaba agachada, pero mi voz era totalmente desafiante.

- De su exnovio me gustaría hablar, Francisco. Necesito saber su ubicación precisa. – Esta mujer cree que soy de la CIA al parecer. Como si me importara saber dónde estaba ese idiota.

- ¿Usted piensa que yo realmente se dónde está? ¿Qué no le basto ver todas las revistas para darse cuenta que desapareció? – le conteste descaradamente. Nuevamente me miro con desprecio. Apoyo su birome sobre el escritorio y apoyo sus codos en él, quedando más cerca de mí. Mis ganas de reír aumentaron, pero me contuve manteniendo mi cara desafiante.

- Entiendo que este celosa de su compañera, pero ese muchacho es el padre de un bebe en camino. Y dentro de poco va a tener que casarse con la madre y heredarle todo a su hijo. Es lo correcto. – Se apoyó sobre el respaldo y sonrió de lado. Esta mujer realmente creyó que me había ganado. Le devolví la sonrisa y me acomode en mi asiento. – Lola es la única víctima en esta historia señorita Sabatini. Va a tener que aceptar de una vez por todas que el final feliz no es para usted. – Estaba totalmente claro que Lola le había llenado la cabeza en mi contra. Y eso me volvía totalmente loca.

- Por lo que se, esta zorra de la que hablamos no se hizo un ADN – respondí y la mujer abrió su boca al escuchar mi palabra – por lo cual, ese bebe podría ser de cualquier persona de la faz de la tierra, lo cual no me sorprendería. Voy a terminar agregando, que si usted está buscando que mi padre le haga un juicio por tratos innecesarios y acusaciones hacia los alumnos de este establecimiento está yendo por buen camino. Buenas tardes. – Me levante de mi lugar tomando mi bolso y caminando triunfante hacia la puerta.

¿Acabo de cerrar la boca de la directora para defender a Francisco?

Esta nueva Oriana no me agrada.

Escuche un sonido proveniente de mi celular, lo desbloquee y el reloj marcaba las 12:40. Era mi madre.

- ¿Hija? ¿Puedo saber dónde estás? Estoy hace media hora esperándote en el restaurant.

- Perdón ma, se me hizo tarde, la directora me cito a hablar y no vas a creer lo que me dijo.

- Bueno ahora me contas, pero apúrate por que la moza me está mirando raro. – Reí y corte la llamada.




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