Escuché que la puerta de la casa se abría. Dejé lo que estaba comiendo y salí a la cocina para encontrarme con él. Esbocé una gran sonrisa y él me miró.
—¿Por qué tan contenta, Monstruito? —me preguntó mientras dejaba sus cosas sobre el sillón y se acercaba a mí. Me dio un pequeño beso en la frente y entró en la cocina. Entré detrás de él y me volví a sentar en donde estaba.
—¿Cómo te fue hoy? —le pregunté.
—Creo que esa pregunta la tendría que hacer yo, ¿Qué tal tu primer día como una chica normal? —dijo mientras robaba de mi plato un par de papas fritas. Lo miré mal.
—No me robes mi comida. Sabes que no me gusta —le advertí.
—Lo siento, lo siento —dijo levantando sus manos al aire. Reí por lo bajo y volví a comer.
—Creo que no hace falta que te conteste. Jones ya te debe de haber informado de todo.
—Por un lado si y por el otro no. Solo me dijo que hubo un cambio de objetivo.
—Así es —dije mientras soltaba un suspiro —Tenías razón al decir que el hijo de Malik sería un completo idiota. Porque simplemente lo es.
—Era de esperarse Monstruito ¿Y quién será tu nuevo objetivo? —me preguntó.
—Su prima, Danielle Peazer. Ella vive con su primo y su tío porque al parecer su madre esta en un loquero —dije mientras agarraba la botella para tomar un poco de gaseosa.
—Pobre niña —aseguró él y volvió a robarme un par de papas.
—Ya no hagas eso, Extraño. Por tu bien lo estoy diciendo.
—Es más fuerte que yo... comételas más rápido, por dios. ¿Y qué tal el resto de tus nuevos compañeros? ¿Han sido amables?
—Si —dije sonriendo levemente —Hay un grupo muy... muy... sólido. Son amigos de Danielle y ella me los ha presentado.
—Eso es bueno, significa que ya te ha tomado confianza —dijo él. Asentí con la cabeza.
—Además hoy me han puesto en un grupo de trabajo y estoy con Danielle. Y para mi desgracia con el idiota de Zayn.
—Bien, quizás tengas un nuevo objetivo pero no es malo que te alejes de Malik. Él podría servir de mayor información.
—Eso no me agrada para nada —le aseguré. Él rió por lo bajo y terminó de servirse su propia comida —¿Y tú? ¿Qué hiciste hoy?
—Además de escuchar las tonterías de Jones... nada —dijo exasperado. Reí por lo bajo y negué con la cabeza —Oh si, ha llamado el presidente... dice que está muy contento con tu trabajo. Y con lo que estas haciendo ahora.
—¿El presidente? —dije asombrada —Él nunca llama.
—Si, lo se. Pero esta vez ha llamado. Y gracias a ello el ego de Erica subió hasta el techo. Pobre se golpeó la cabeza.
—Ya lo creo —dije divertida.
—¿Y algún muchacho se te ha tirado encima? —preguntó.
Comencé a toser pues me atraganté con la papa que estaba comiendo. Hugh me miró realmente divertido y me pasó un poco de agua.
—¡No! —dije con voz aguda.
—Me estás mintiendo —dijo él.
—Claro que no —seguí con mi voz aguda. Carraspeé un poco mi garganta para poder hablar normal —No, nadie se me ha tirado.
—¿Te gusta, Alex?
—No, apenas lo conozco.
—Tú le gustas... a mí también —me dijo.
DEL FLASHBACK
Por dios, solo estaba jugando conmigo. Pedazo de idiota con patas. Debería de golpearlo algún día. Solo para ponerlo en su sitio.
—¿En que piensas? —me preguntó. Sacudí mi cabeza y lo miré.
—En que es tarde, Extraño. Ya me voy a la cama.
—¿No vamos a ver la tele juntos? —dijo frunciendo levemente las cejas.
Sonreí levemente y lo miré. Ahora tengo que andar diciendo que él es mi padre. Y si algún día llegaran a venir por aquí, tendría que llamarlo de esa manera. Hugh es como un padre para mí. Y creo que él lo sabe aunque yo nunca se lo haya dicho. Miré la hora en la pared de la cocina y volví a sonreír.
—Es hora de Los Simpson —dije.
—Exacto —agregó él.
Salimos de la cocina y nos dirigimos a hacia la sala. Nos tiramos al mismo tiempo sobre el mullido sillón y Hugh tomó el control para prender la tele. El canal FOX ya estaba sintonizado y con ello uno de mis programas favoritos.
—Los del nuevo Springfield tienden a usar frases como 'Ah, si' o 'Ven aquí'.
—¿Ah si? —Homero agitó la mano frente al televisor —¡Bart, ven aquí!
—No, tú ven aquí —le dijo él.
—¿Ah si? —volvió a repetir el gordo calvo agitando su brazo.
Estallé en risas mientras me acurrucaba contra Hugh. Él también rió divertido y se acomodó mejor en el sillón.
—Nunca me canso de ver este capítulo. Homero se vuelve más tonto de lo que es —le dije.
—El siempre es tonto, Monstruito —dijo divertido.
Volvimos a mirar la tele. Y me sentí extraña...Hugh es el extraño así que él debería de sentirse así. Pero... ¿Cómo no sentirme extraña si estoy en una casa? Mirando la tele en un sillón sentada al lado de la única persona que tengo en el mundo. Es para sentirse extraño.
Pasaron tres capítulos seguidos de mis queridos Simpson. Soltando un bostezo involuntario me puse de pie. Miré a Hugh y él estaba completamente dormido.
Subí las escaleras y fui a uno de sus armarios para buscar una frazada. Volví a bajar y él ya estaba completamente acomodado sobre el sillón. Sonreí y me acerqué para taparlo. Lo miré bien y un nudo se formó en mi estomago.
¿Qué hubiese sido de mí, si este hombre jamás me hubiese buscado? ¿Dónde estaría yo en este momento si no fuera por Hugh Hudgens?
Por alguna extraña razón mis ojos se llenaron de lágrimas. Los apreté con fuerza para que se fueran. Yo nunca lloro y no tengo por que hacerlo.
—Duerme bien, papá —le susurré antes de ponerme de pie.
—Gracias, hija —escuché su voz por lo bajo.
Me giré a verlo y abrió uno sus ojos para mirarme. Tomé una de las almohadas y se la arrojé justo en la cara. Él rió divertido y se sentó en el sillón.
—Eres un tonto —dije mientras subía las escaleras.
—Oh vamos, ¿estás enojada? —preguntó y se puso de pie para comenzar a subir las escaleras también.
—Si, si lo estoy —continué caminando.
—¿Por qué? —sentí sus pasos más cerca de los míos.
Aceleré y abrí la puerta de mi cuarto.
—Porque no tenías porque estar despierto —le dije y le cerré la puerta en la cara.
—Monstruito, no tienes porque sentir vergüenza de decirme papá. A mi me encanta que lo hagas —habló detrás de la puerta.
—Pero a mí no me gusta que lo escuches —rezongué mientras me empezaba a cambiar la ropa de casa para ponerme el pijama.
—¿Por qué no? Vamos TN____... ábreme.
—No, vete. Voy a dormir.
—Mañana no te prepararé el desayuno —me amenazó.
—Oh Extraño, búscate una mejor amenaza que esa. Se perfectamente como prepararme un par de tostadas y un jugo —dije mirando a la puerta.
Caminé hasta el baño y entré a él para lavarme los dientes.
—¡Pues bien, veamos como te las arreglas sin mí mañana en el desayuno! —dijo elevando más su voz.
—¡Bien! —dije yo también.
—¡Perfecto! —siguió él con aquel tonó de sarcasmo.
—¡Genial! —seguí yo.
—¡Bien! —agregó él.
—¡Adiós! —grité desde el baño.
—¡Adiós! —gritó él y lo escuché alejarse de la puerta de mi habitación.
Salí del baño y me acosté en la cama. Solté un suspiró al notar la sombra de Hugh por debajo de la puerta.
—¿Por qué no te has ido aun? —le pregunté.
—¿De verdad estás enojada? —preguntó con voz preocupada. Reí por lo bajo —Prometo que nunca más voy a escuchar lo que me dices mientras duermo.
—Está bien, te perdono —dije sin dejar de sonreír pero haciendo que mi voz sonora seria.
—¿Mañana puedo hacerte el desayuno?
—Si, si puedes —reprimí una risa en mi garganta —Ahora vete a dormir Extraño, es tarde.
—Está bien, hasta mañana Monstruito. Y aunque a ti no te guste decirlo, a mí si me gusta. Así que ahora que te tengo en casa, como siempre quise, voy a comportarme como todo padre meloso y protector. Siempre serás mi pequeña hija Monstruito.
—Ya vete —le dije mientras sentía aquel molesto nudo en mi estomago.
—Yo creo que la extraña eres tú, no yo —dijo divertido —Que duermas bien, TN____.
—Igual tú, pa... Extraño —me corregí antes de volver a sonar como una estúpida.
Lo escuché reír por lo bajo y vi como su sombra desaparecía. Me acosté bien en la cama mirando fijamente el techo.
'Agradece la vida que tienes, TN______' —la molesta voz de mi conciencia sonó con algo de fuerza en mi cabeza.
'¿Acaso crees que no lo hago?' —le pregunté irónica.
'Entonces llora si quieres llorar'
'Pero yo no quiero llorar'
'Si quieres llorar, por poco y casi lo haces'
'Mejor cállate entrometida, y déjame en paz'
Me coloqué bien boca abajo y cerré mis ojos. Pronto sentí mis parpados pesados y me reí en mi fuero interno al recordar mi capítulo favorito de Los Simpson.
—¿Puedes hacerme el favor a apurarte? —me dijo Hugh.
—Lo lamento Extraño, pero tú eres el que se quedó dormido —lo reté mientras terminaba de acomodarme. Tomé una tostada y le di un amplio mordisco. Tomé el jugo y lo tomé rápidamente —Vamos.
Él tomó su abrigo y salimos rápidamente de la casa. La imponente moto de Hugh nos esperaba tranquila debajo del árbol. Él se subió primero y luego me subí yo. Arrancó y a toda velocidad salimos de allí.
—Erica se va a poner insoportable —se quejó.
—Es tu culpa... tú quisiste ver Los Simpson hasta tarde —le recordé.
—Pero tú no te quejaste de ello —me reprochó.
—Bien, tienes razón... solo acelera.
Hizo caso a mis palabras y aceleró.
Se detuvo abruptamente delante del instituto. Aun casi nadie había entrado. Y casi todo el mundo que estaba allí. Se giró a vernos. Me bajé despacio y me giré a verlo.
—Por si no lo sabías, hijita, tu padre es todo un galán —me dijo mientras arqueaba ambas cejas. Puse mis ojos en blancos y luego lo miré mal.
—Vete de una vez... asustas a las personas.
—Si, seguro —dijo y arrancó a toda velocidad.
Solté un suspiro y giré para encontrarme con Danielle y Rebecca.
—¿Quién era él? —preguntó la rubia.
—Emmm, mi padre —le dije y acomodé mi garganta.
—¿No es muy joven para ser tu padre? —dijo Rebecca. Abrí mi boca para hablar pero las palabras no salieron.
—Bueno... si, ya sabes que hay mucha gente que sin querer tiene hijo de joven. Y eso pasó con mi padre.
—¿Y tu madre?
—Oh, una perdida. Se fue cuando... cuando yo tenía unos días de vida. Mi padre ha luchado mucho por mi desde entonces —dije sonando realmente dramática.
—Eso debió ser terrible para él —susurró Dani.
—Y no me imagino cuanto para ti —la siguió Becca.
Sonreí por lo bajo.
—Tranquilas... él lo sobrellevó perfectamente. Y a mí nunca me hizo falta nada.
—Si, eso se nota —asintió la rubia.
—Bueno, ¿entramos? – pregunté.
—Oh, si, si. Antes de que se nos haga más tarde —dijo Rebecca.
—TN____, hoy en la tarde vamos a juntarnos en mi casa... ¿vienes? —dijo Danielle.
'BINGO'
La voz volvió a sonar en mi cabeza. Sonreí mostrando una perfecta sonrisa. Pero antes tenía que parecer un poco arisca.
—¿No crees que un poco pronto? No me conocen mucho —les dije.
—Vamos —dijo Becca divertida —Eres genial... se nota que eres una buena chica. Es solo una reunión para conocernos más y darte la bienvenida al grupo.
—Bueno si es así no podré negarme —dije y las tres reímos antes de entrar.
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Nothing in my way EN EDICIÓN
Novela JuvenilCuando pasas toda tu vida cumpliendo órdenes dentro de un buncker, inevitablemente, algún día tienes que salir al mundo real. Tienes que aprender a ser una chica como cualquier otra, hacer amigos, guardar secretos, ser cautelosa y evitar a los idio...