Capitulo 39: Idara Elizabeth Cost

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  Él levantó su vista hacia mí. Por lo que se Hugh viene buscando información de mis padres desde la vez que me sacó del orfanato. Siempre me dijo que iba a hacer hasta lo imposible por saber sobre mis orígenes. Nunca le di demasiada importancia. Si me dejaron fue por algo ¿cierto? Pero ahora... a punto de saber de donde vengo, todo es muy distinto.
—¿De donde sacaste esto? —preguntó sorprendido.
—No me estás contestando —le dije. Tomó la foto y la miró.
—Si TN_______... esta mujer es tu madre —me dijo.
Tomé la foto rápidamente y la miré fijo. Mi madre... esta mujer es mi madre. Clara Guango. La adorada y mejor amiga de Richard Malik. ¿Por qué no me quiso? ¿Por qué me dejó?
Sentí un nudo de rabia en medio de mi garganta. Mis ojos se llenaron de lágrimas pero no iba a llorar. No me puedo permitir esa debilidad. No debo llorar... no quiero llorar.
Pero fue en vano. Cada uno de mis esfuerzos por no soltar las malditas lágrimas fueron en vano. Mis mejillas sintieron el roce tibio de las lágrimas, y mi boca comenzó a sentir el sabor salado.
—¿Y mi padre? —pregunté con un hilo de voz.
—Tu padre se llamaba William Cost.
Me sequé las lágrimas y levanté mi mirada a Hugh.
—¿Hace cuanto que lo sabes?
—Una semana —contestó.
—¡¿Y por qué no me lo dijiste antes?! —dije nerviosa y me puse de pie. Hugh se levantó de donde estaba y me tomé del brazo. Me acercó a él y me abrazó con fuerza —¡No, no quiero tus abrazos! —mi voz se quebró al final de la oración mientras luchaba por liberarme de su consuelo —¡No quiero tu amor! ¡No quiero que me quieras como a una hija! ¡No quiero saber nada más! ¡No quiero saber de ellos! ¡No quiero escuchar sus razones!
—Tranquila —susurró él mientras me mecía sobre su cuerpo. Cerré los puños sobre su pecho y me quedé quieta, llorando cataratas. Llorando desconsolada. Llorando al recibir aquel gran vacío que hace que duela... más que cualquier golpe.
—No quiero saber, papi —musité quebrada.
—Tienes que saberlo, amor —dijo él —Te prometí que ibas a saber de donde venías.
—Pero ahora no me interesa...
—Es importante, TN_______. No todo es lo que parece.
Me quedé callada sin alejarme de su abrazo. Él caminó unos pasos hacia atrás y se sentó en la silla. Sin soltarme me apoyó sobre él como si fuera una niña muy pequeña a la que acabara de darle un susto por una tonta pesadilla de muñecos asesinos.
—Ayer todos mis problemas parecían tan lejanos —dije contra su pecho —Ahora parece como si estuvieran aquí para siempre —él comenzó a acariciar mi cabello —De repente no soy ni la mitad de fuerte de lo que era antes. Hay una sombra que se cierne sobre mí... tengo miedo. ¿Sabes hace cuando que no tenía miedo? Me ensañaste a no tener miedo, papá. Me ensañaste a como ocultar mis temores. A enfrentar el peligro. Pero no me enseñaste como enfrentar al dolor... no el dolor físico. El dolor del alma.
—Lo se —susurró contra mi cabeza —Y lamento no haberte enseñado eso, Monstruito lindo. Pero hice todo lo que pude.
—Por eso mismo no quiero saber. Estoy bien con mi mentira de vida. No me hace falta la verdad.
—TN_______ tus padres no te abanaron —dijo. Me quedé callada. No sé por qué... quizás una parte de mí si quería saber. Pero la otra está encaprichada en no saber nada.
'Vamos amiga... seamos fuertes. Lo mejor es saber la verdad' —_______(2do nombre) sonó lo más calma que la escuché en mi vida.
—Entonces —mi voz sonó apenas audible —¿Qué pasó?
—En realidad deberías llamarte Idara —dijo. Levanté un poco mi cabeza de su pecho y lo miré bien.
—¿Cómo? —pregunte. Él sonrió levemente. Volví a apoyar mi cabeza en su pecho.
—Tus padres te llamaron Idara Elizabeth Cost.
—¿Se puede saber que nombre es ese? —dije.
—Idara significa 'bien planificada' en latín.
—Eso es muy raro —susurré. Hugh comenzó a mecerse de nuevo.
—Tu madre era una mujer muy excéntrica. Al parecer le gustaba lo raro... dicen que era muy especial y siempre le encontraba algo bueno en los demás.
—¿Por qué hablas en pasado de ella?
—Monstruito, esto no es fácil de decir —por primera vez sentí a Hugh Hudgens realmente entristecido. Su voz no sanaba igual que siempre —Tus padres murieron, TN_______.
Fue como si acabaran de tirarme un balde de agua fría. Como si eso acabara de despertarme de algún sueño. Siempre quise saber quienes eran mis padres, conocerlos. Odiarlos al principio por haberme abandonado... pero luego perdonarlos y quererlos. Y quien sabe, que me quisieran también.
—¿Cómo murieron? —le pregunté.
—Los mataron —contestó.
Me levanté de su pecho y lo miré a los ojos.
—¿Mataron? ¿Por qué? —mi voz salió algo afligida. Hugh acarició mi rostro.
—Tu abuelo materno no estaba de acuerdo con la relación entre tu padre y tu madre. Odiaba con todo su ser a tu padre.
—¿Él los mató?
—En realidad solo quería matar a tu padre. Pero tu madre se puso en medio y recibió el balazo que iría a William. Ella murió en brazos de tu padre. Tu abuelo vio todo y se enfureció porque él mismo había matado a su hija. No tuvo ni la más mínima conciencia y mató a tu padre como tanto quería.
—¿Y yo... donde estaba yo? —pregunté mientras las lágrimas volvían a salir de mis ojos.
—Estabas en el lugar en donde pasó todo. Apenas tenías 4 meses. Tu abuelo te agarró y te llevó. Él fue el que te dejó en la puerta de aquella casa. Desde ese momento pasaste a ser TN_______. El nombre que te puso el anciano que te encontró. No creo que lo recuerdes.
—No —susurré.
—Su nombre era George y fue en su casa donde te dejaron. Por lo que averigüé te puso TN_______ porque estabas envuelta en una manta de muchos colores, llamativa. Él te cuidó hasta que murió cuando tenías 2 años. Después de ahí comenzaste a ir de casa adoptiva a casa adoptiva hasta que cuando tenias 5 caíste en el orfanato.
—Y dos años más tarde llegaste tú y me sacaste de aquel infierno —musité.
—Así es —dijo.
—Entonces, mis padres si me querían.
—Habías sido total y completamente planificada.
—¿Cómo se llama mi abuelo? —pregunté.
—Jason Guango.
—¿Dónde está él?
—Muerto.
Lo miré algo sorprendida.
—¿Acaso todos en mi familia están muertos?
—Lamento decirte esto... pero si. Tu madre no tenía hermanos y tu padre tampoco. Tus abuelos paternos murieron cuando tu padre era chico y bien tu abuela materna también murió joven. Y Jason se quitó la vida meses después de que asesinó a tus padres.
—Perfecto simplemente estoy sola en este maldito mundo —dije.
Hugh tomó mi rostro con una de sus manos y me hizo mirarlo a los ojos.
—Jamás vuelvas a decir eso, porque no es cierto. Tú no estás sola, ¿acaso yo soy una pintura? ¿No cuento como alguien?
—Si —dije.
—¿Entonces? No puedes decir que estás sola monstruito. Porque no lo estás.
—Gracias papá —lo abracé con algo de fuerza.
Saber de donde vengo me saca un gran alivio de encima. Pero a la vez me martiriza saber que pude haber tenido otra de la que tengo. Quizás pude haber tenido hermanos o hermanas. Quizás hubiese sido una niña caprichosa de esas que lo tienen todo cuando chasquean un dedo. O simplemente una loca rebelde que infringe todo el tiempo las reglas.
Pero por algo estoy en este camino. Este camino que no tiene nada.
'¿Estás segura de que no tiene nada?' —preguntó ______(2do nombre).
'¿A qué te refieres?' —pregunté queriendo saber de que hablaba.
'Veamos TN_______... siempre pensamos que no teníamos nada en nuestro camino más que un arma y ordenes para matar cada dos por tres. Pero si nos detenemos un momento vamos a encontrar muchas cosas a los costados'
'¿Qué clase de cosas?'
'¿No es tan difícil de entender o si? Si miras a los costados de tu camino vas a encontrar gente. Amigos, amigas... e incluso verás que estás por encontrar un amor'
'¿De que amor me estás hablando?'
'De Zayn, tonta ¿De quien más?'  


Nothing in my way EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora