Me abracé a él con fuerza, tratando de entender lo que me había dicho. Él tendría que estar odiándome por todo lo que acabo de contarle. No entiendo por qué me abraza, no puedo comprenderlo. Me alejé un poco para mirarlo a la cara. Levantó una mano y secó mis mejillas.
—Ya no llores, gitana mía. Vamos a irnos juntos —me dijo.
Sonreí levemente. Escuchar aquello me hace tan bien. Pero yo no puedo ser tan egoísta y pedirle eso.
—No, no Zayn, tú no vas a ir a ningún lado.
—Claro que si. Yo no voy a dejarte sola.
Mis ojos volvieron a llenarse de lágrimas.
—Tú no puedes pretender hacer que nada ha pasado, Zayn. En estos momentos toda la CIA está buscándome. Y si estás conmigo corres peligro —dije nerviosa —Y yo me muero si algo te sucede por mi culpa —tomé el bolso que se me había caído —Es hora de que tomemos caminos diferentes, bonito.
—¡No, no! —dijo nervioso —¿Cómo crees que voy a seguir un camino diferente si se que estas huyendo como una criminal?
—Soy una criminal, Zayn —no pude evitar decir. Se quedó callado —Ya no hay nada que se pueda hacer.
—Si, si debe haber algo —insistió. Tomé su rostro con mis manos.
—No, no se puede hacer nada —susurré sin dejar de mirarlo fijo a los ojos —Y es mejor que salgamos de aquí. Al primer lugar al que van a venir es aquí... así que vamos, te dejo en tu casa.
—TN________, no...
—¡Ya no quiero seguir discutiendo, Zayn! —elevé mi voz —No quiero que vengas conmigo. No quiero ver como de a poco te vas dando cuenta de lo que soy y te empiece a repugnar. Maté a mucha gente... más bien lacra, pero gente al fin...
—No me importa —dijo rápidamente.
—¿Por qué, eh? ¿Por qué no te importa? —quise saber.
—Porque en estos cuatro días que no estuviste conmigo fui total y completamente infeliz. No dormí, no comí... me la pasé pensando en ti, en nosotros. En cuanto te necesito. Y porque no quiero vivir con miedo a perderte —me dijo.
Mi corazón se llenó de amor, de más amor aun. Sin dudar me acerqué a él y lo besé desesperadamente. Un beso necesitado, deseado. Me alejé para poder respirar, pero sin abrir los ojos. Su frente se apoyó en la mía.
—Pero... ¿A dónde vamos a ir, Zayn? Yo apenas sé que es lo que voy a hacer. Y no quiero, amor, no quiero que algo te pase.
—No sé a donde vamos a ir... pero encontraremos un sitio —susurró. Su aliento chocó contra mis labios aun húmedos por el beso —¡Ya sé! —se alejó de mí rápidamente. Abrí los ojos al instante. Una sonrisa de oreja a oreja curvaba su rostro —Ya sé a donde podemos ir, gitana. Tengo el lugar perfecto.
—¿A dónde? —pregunté algo ansiosa.
—Será una sorpresa —sonrió y me besó —Pero ahora vamos... pasamos por mi casa, junto mis cosas y nos vamos.
—Zayn... no estoy segura de que...
—Nada —me interrumpió —Nos vamos juntos. Y no se discute más el tema.
—¿Y qué hay de todo lo que te dije? —le pregunté. Soltó un suspiro.
—Hablaremos sobre eso... después, más tranquilos ¿si? —asentí levemente —Vamos.
Salimos de mi casa y nos subimos al auto en el que había venido Zayn. Estoy segura de que si vamos en mi auto, van a encontrarnos. Debe tener algún rastreador. Llegamos a su casa, no había nadie. Nos bajamos del auto y corrimos hasta la cochera. Zayn me hizo subirme a su auto y esperarlo allí. Mi pie no dejaba de moverse nervioso en el asiento del acompañante.
¿A dónde es que iremos? ¿Qué demonios estoy haciendo? No debería, no debería dejar que Zayn venga conmigo. Pero... ¿Cómo no hacerlo? Si lo necesito tanto.
Mi celular comenzó a sonar. Lo tomé y me quedé totalmente quieta al ver el nombre en la pantalla. Dudé unos segundos antes de atender.
—Hola —dije.
—TN________, mi niña, ¿Qué has hecho? —su voz sonó preocupada.
—Lo siento, Extraño —musité —No pude hacerlo.
—Monstruito, Monstruito —suspiró —Ya están buscándote...
—Lo sé —aseguré y respiré profundamente.
—Tienes que irte, TN________. A donde sea, hija... pero tienes que irte —me dijo.
—Voy a irme. Me estoy yendo —le conté.
—¿A dónde? —quiso saber.
—No lo sé aun. Pero... voy a irme.
—TN________, prométeme que vas a cuidarte y que vas a llamarme cuando estés segura.
—Te lo prometo, papá —una lágrima cayó por mi mejilla —Sé que casi nunca te lo digo pero... no es porque no lo sienta, sino porque no me sale... te amo, papá, te amo mucho...
—Yo también te amo, Monstruito mío —era la primera vez que escuchaba la voz de mi Extraño temblorosa —Eres mi princesita. Y todo se va a solucionar. Papá no va a permitir que nadie te toque un pelo, porque antes lo mato.
Reí entre lágrimas y divisé que Zayn entraba a la cochera.
—Papi, debo colgarte. Cuando este segura te llamo... desde otro número. Voy a tirar este celular. Lo más probable es que tenga algún rastreador o esas cosas.
—Está bien... adiós, hija.
—Hasta luego, papi —me despedí.
Zayn se subió al auto y tiró su bolso en los asientos traseros. Me miró y tomó mi rostro con una de sus manos.
—¿Qué pasó? —preguntó.
—Nada... solo hablaba con mi padre —le dije.
—Está bien, todo va a estar bien —dijo y prendió el auto —Ahora vamos a irnos y todo va a estar bien —sonreí ante la repetición de va a estar bien... bonito mío, esta nervioso.
—¿A dónde vamos, Zayn? Quiero saber —sonrió galanamente.
—Es una sorpresa. Y creo que va a encantarte —dijo.
No pude evitar sonreír. El auto arranco y salimos de allí. Miré una vez más la gran casa Malik... y sentí nostalgia. Quizás sea la última vez que vea esa casa.
Sentí un gran vacío al no haberme podido despedir de las chicas... de los chicos. ¿Qué va a pensar cuando se enteren de todo? El viaje estaba siendo silencioso. Por lo que pude apreciar habíamos salido de Luiciana y Zayn manejaba a toda prisa por la ruta.
—¿No crees que estás yendo muy rápido? —le pregunté. Me miró de reojo.
—Lo dice la persona que conducía en la cuidad a más de 120 km por hora —dijo algo divertido. Reí por lo bajo —Vamos bien, bonita. Así podremos llegar más rápido de lo que se tendría que llegar. Pero a pesar de que voy rápido, vamos a tener que detenernos en algún hotel en el camino. Es un viaje muy largo.
—¿Tanto? —dije algo sorprendida.
—Bastante, amor. Pero es un lugar hermoso y vamos a estar muy seguros ahí... te lo prometo.
Me acerqué un poco a él y metí mi mano entre sus cabellos, acaricié su nuca.
—Sea donde sea que tú estés, yo voy a estar muy segura.
—Por favor, gitanita, no te me pongas romántica en estos momentos porque no puedo besarte y eso me mata —suplicó. Reí divertida.
—Lo siento, lo siento —dije y dejé de acariciarle el cabello.
Volví la vista al frente. La ruta estaba totalmente vacía. Eso era genial... somos dos personas huyendo del destino. Sonreí contenta. Quizás... este sea mi destino. Huir de lo que tiene que ser. Miré a la persona que estaba a mi lado... a mi amor. Es increíble como todo puede cambiar en un instante. Tiene un perfil tan hermoso.
Aquella nariz masculina, aquellos labios alargados y dulces. Esos ojos mieles, penetrantes. Tan hermoso y perfecto.
—TN________ si sigues mirándome, voy a detener el auto en el costado de la ruta y voy a besarte mucho —me advirtió.
—Si —dije en un susurro —Detente un segundo y bésame mucho... mucho.
Dando una brusca frenada el auto se detuvo a un costado de la ruta. Él se giró a verme y rápidamente su boca tomó la mía.
Sentí millones de cosas a la vez. No hay manera de describir las sensaciones que te abordan cuando sientes el corazón acelerado y lleno de amor.
Sus labios se adueñaron de los míos con completa desfachatez, acariciando cada rincón de mi boca y haciéndome temblar cuando su lengua acariciaba la mía.
Soltó mis labios y se dedicó a besar el resto de mi rostro. Mi frente, mis ojos, mi nariz, mis mejillas, mi boca de nuevo.
—Y tú que pretendías alejarte de mí... se nota que estás bien loca, gitana. Bien, pero bien loca —susurró haciéndome desear un poco más de sus besos.
ESTÁS LEYENDO
Nothing in my way EN EDICIÓN
Novela JuvenilCuando pasas toda tu vida cumpliendo órdenes dentro de un buncker, inevitablemente, algún día tienes que salir al mundo real. Tienes que aprender a ser una chica como cualquier otra, hacer amigos, guardar secretos, ser cautelosa y evitar a los idio...