Caminé un poco más rápido por el pasillo ya que se me estaba haciendo tarde.
—¡TN______! —escuché que me llamaban. Me giré a verlo y sonreí.
—Alex... ¿Cómo estas? —le pregunté mientras él se acercaba hacia mí.
—Bien, ¿y tú? —dijo y comenzamos a caminar.
—Bien —dijo y volví mi vista al frente.
—Estuvo bien la clase de literatura, ¿cierto?
—Si... el profesor Mayer es divertido. Lastima que tenga la tonta de idea de que Malik y yo hagamos de Romeo y Julieta.
—Si, lo se. A mi me hubiese encantado ocupar el papel de mi amigo —dijo divertido. Reí por lo bajo y me sentí algo incomoda —¿Hacia donde estas yendo?
—Tenía que ir hacia la oficina de las clases de gimnasia. Quiero hacer algo después de clases y quería ver que había.
—Bien, puedo acompañarte —dijo.
—Sería grandioso. Ya que me dijeron como ir, pero no estaba muy segura.
—Bien, vamos.
Comenzamos a hablar un poco sobre mi estadía en el colegio. Mi relación con su mejor amigo y mis nuevas 'amistades'.
—Es un idiota —le dije de Zayn. Él rió.
—Puede serlo a veces... pero ha tenido muchos problemas. Yo creo que es por eso que a veces se comporta así —lo defendió él.
—¿Qué clase de problemas? —pregunté más intrigada de lo que debería estar.
—No le digas que yo te dije esto porque es capaz de matarme —dijo en voz más baja. Asentí repetidas veces —La madre de Zayn se suicidó delante de él cuando tenía 7 años.
—¿Qué? —dije sin poder creerlo.
—Fue terrible... él quedó totalmente diferente después de eso. Lo conozco desde que tengo memoria y con muy poca gente a seguido igual que siempre. Podría decirte que yo soy el único con que se mantenido igual.
—Eso debió terrible —musité.
Entonces las cartas que encontré en el cajón de Richard Malik tienen algo que ocultar. ¿Por qué estaban bajo llave? Además... la letra de esas cartas no era de mujer y tampoco era de Richard. Hay algo muy raro en todo esto.
—Si, lo se. Pero por favor... no le digas que lo sabes. Se pondrá como loco si se entera que te conté de eso.
—Tranquilo, será nuestro secreto —le dije divertida.
Doblamos por una puerta y salimos hacia fuera. Miré asombrada a mí alrededor ya que nunca había estado en esta parte del colegio.
—Este es el campo de juegos. Aquí practica y compite nuestro equipo de fútbol americano.
—¿Tienen un equipo? —le dije. Él asintió.
—Y va a ser mejor que nos apuremos porque ahí están —susurró y comenzó a empujarme hacia delante para que apresurara mi paso.
—Pero... ¿Por qué? —dije y entonces los miré. Esos eran los chicos que están siempre juntos en la cafetería, cuchicheando y mirando a todas las chicas que pasan cerca de ellos.
—Tienden a ser un poco groseros con las chicas lindas —me dijo. Giré mi cabeza para verlo.
—¿Me estas diciendo linda? —le pregunté. Él rió por lo bajo.
—Lo eres —asintió. Volví mi vista al frente y sentí un calor insoportable en mis mejillas.
—Vaya, vaya pero si es Pettyfer —escuchamos que alguien decía. Alex maldijo por lo bajo y detuvo sus pasos. Yo copié su acción.
—¿Qué tal Brian? —le dijo Alex un tanto nervioso.
—¿No vas a presentarnos a tu amiguita? —dijo acercándose más a nosotros. El resto de ellos se acercó también pero detrás del grandulón que hablaba.
—Ella... ella es TN____ —me presentó.
Alex se acomodó mejor delante de mí. Como si estuviera dispuesto a protegerme de algo.
—Hazte a un lado Pettyfer, deja ver —le dijo él y con un movimiento de dedos dos de los otros agarraron a Alex y lo alejaron de mí.
—¡Ni se te ocurra propasarte Brian porque vas a ver! —le dijo Alex mientras intentaba zafarse del agarre de los otros.
—Cállate imbécil, tú no harás nada —le dijo sin dejar de mirarme. Miré a Alex y él seguía haciendo fuerza —¿Qué tal lindura?
—Hola —fue lo único que le dije.
—Mi nombre es Brian Cole, y soy el capitán del equipo —me contó muy orgulloso de si mismo.
Él es alto, musculoso. Cabello corto, bien oscuro. Tez blanca, algo bronceada... podría decirse que es lindo. Pero su cara de idiota lo arruina todo.
—¿Hay necesidad de que tengan a Alex así? —le pregunté.
—Lo que pasa es que Pettyfer habla mucho y yo no quiero hablar con él. Quiero hablar contigo.
—¿Ah sí? ¿Y de qué? —le pregunté.
—Te he estado mirando últimamente en la cafetería. Eres una chica muy sexy...
—Ya Brian, déjala en paz. Ella no es como con las que estas acostumbrados a tratar —le dijo Alex. Brian lo miró de costado.
—Golpéenlo un poco —ordenó.
—¡No! —dije en intenté acercarme pero aquel imbécil que ya esta colmando mi paciencia se puso en mi camino, tapándome la vista. Escuché un quejido por parte de Alex —Déjame pasar... —le dije en voz baja.
—Vamos lindura, me gustas... mucho. ¿Por qué no nos tomamos unos minutos para conocernos un poco? —me dijo.
—Déjame pasar, te lo estoy advirtiendo —musité moduladamente mis palabras. Este idiota lleno de anabólicos ya me estaba cansando.
—Golpéenlo más —volvió a ordenar sin dejar de mirarme. Escuché más quejas por parte del rubio. Sentí la rabia nacer desde adentro. Oh, si vuelve a hacerlo y lo va a lamentar —Vamos preciosura, mírate estas más buena que comer pollo con la mano. Hazme un favor a mí y a Petyfer y vamos a lugar más privado para hablar.
—No TN____ —escuché la voz agitada de Alex.
—En la cara —sentenció Brian.
Intenté acercarme hacia donde tenían a Alex pero él no se movió de su lugar. Lo miré fijo a los ojos.
—Hazte a un lado —susurré las palabras.
—Será divertido ir a las duchas y pasar un buen rato, juntos. Prometo que seré dulce... eres pequeña como a todos les gusta.
Apreté mis labios con algo de fuerza y asentí mientras miraba hacia otro lado. Volví a escuchar un quejido por parte de Alex. Miré a Brian y sonreí. Me acerqué a él y apoyé mis manos sobre su hombro.
—¿Sabes qué? —le pregunté.
—¿Qué preciosura? —me preguntó mientras apoyaba sus manos sobre mi cintura. Sentí un asco que hacía mucho no sentía.
—Te lo advertí —le dije y lo un simple movimiento levanté mi rodilla y golpeé con fuerza justo en donde quería golpearlo.
Él se retorció hacia delante y llevó sus manos a sus partes. Sus idiotas seguidores dieron un paso hacia atrás. Me acerqué al muy cerdo y lo tomé del cabello. Levanté su cabeza para que mirara al frente.
—Maldita perra... —dijo con un hilo de voz.
—Escucha bien lo que te voy a decir súper dotado a causa de los malditos anabólicos que consume. Vuelve a acercarte a mí o a Alex y voy a enterrarte la nariz en el cerebro y no estoy jugando —le dije al oído —Y guárdate tus malditas palabras para las porristas baratas que mueren por acostarse con imbéciles como tú.
Lo solté y cayó de rodillas al suelo sin sacar sus manos de su pobre cerebro. El único que tiene y con el único que piensa.
—¡Suéltenlo! —les dije a los otros que sostenían a Alex. Su nariz sangraba y tenía un ojo cerrado —Sino seguirán ustedes dos...
Sin dejar de mirarme con la boca abierta soltaron a Alex. Me acerqué rápidamente a él y lo tomé por la cintura. Me miró con su ojo sano.
—Lamento no haberte podido defender —dijo con algo de dificultad.
—Tranquilo... no hacia falta —le dije mientras lo miraba realmente preocupada. Levanté una de mis manos y acomodé un poco el pelo que caía sobre su rostro. Giré mi cabeza para mirar al grupo de idiotas. Ellos estaban agachados tratando de contener a su estúpido líder Todos me miraron —Inténtenlo de nuevo, y serán todos los que terminen como él ¡¿Entendieron?!
Ellos asintieron y entonces comencé a caminar con Alex hacia dentro del instituto.
—¡Me las vas a pagar maldita! —escuché que gruñía el idiota.
—¡Inténtalo imbécil! —le aseguré.
Entramos por la misma puerta por la que habíamos salido y Alex se apoyó contra la pared mientras cerraba los ojos.
—¿Dónde aprendiste a hacer eso? —me preguntó.
Sonreí y me acerqué para tomar su rostro y ver en donde lo habían golpeado. Cerca del ojo y el labio. Su nariz sangraba y algunas manchas rojas en su piel demostraban que mañana tendría un moretón.
—Una siempre tiene sus trucos bajo la manga —le dije mientras volvía a tomarlo por la cintura. Él siseó y entonces supe que tenía un golpe cerca de la costilla —Vamos a la enfermería.
—No, no. No es necesario —dijo y colocó su brazo alrededor de mi cuello para poder caminar.
—Claro que si es necesario tonto —le dije divertida —Te prometo que después le daremos su buen merecido a ese idiota.
—No, ni se te ocurra TN_____ —dijo firme. Sonreí y comenzamos a caminar.
—Pero... ¿Qué sucedió? —escuché la voz de Zayn y levanté mi mirada. Él caminó con prisa hacia nosotros y tomó a Alex con un solo movimiento.
—El idiota de Brian —le dijo el rubio.
—¿Qué pasó ahora? —le preguntó Zayn.
—Intentó propasarse con _______ —le contó.
El castaño me miró y luego volvió a mirar a su amigo.
—No debiste intentar defenderla solo... hubiesen salido de allí corriendo o algo así.
—Es que... no intenté defenderla —dijo Alex algo avergonzado.
—¿Y entonces? —le preguntó Malik.
—Si lo intentó, pero no importa —dije interrumpiéndolos —Vamos rápido a la enfermería antes de que sus moretones sean imposibles de ocultar.
Zayn asintió y aceleramos el paso hasta llegar a la enfermería. Alex se sentó con una mueca de dolor en la camilla y la enfermera sacó varios algodones y el alcohol.
—Pueden esperar afuera —nos dijo la enfermera a Zayn y a mí. Ambos asentimos y salimos de allí. Me apoyé contra la pared y solté todo el aire. Malik me miró.
—Mmm... ¿te hizo algo Brian? —me preguntó sin mirarme.
—No, pobre idiota es demasiado imbécil... más que tú por cierto —le dije.
Él rió por lo bajo y me asombré un poco al notar que era una de las primeras veces que lo escuchaba reírse de alguna agresión de mi parte.
—Bien, que lastima que no te hizo nada —me dijo.
—¿Y qué podría hacerme? ¿Llevarme a las duchas para tratar de tener sexo conmigo? Le deje bien en claro que esas proposiciones se las guarde para las porristas —le dije.
—¿Cómo hicieron para salir de ellos? —me preguntó.
—Algo simple, golpe bajo.
—¿Lo golpeaste? —su tonó sonó algo sorprendido.
La puerta de la enfermería se abrió y la enfermera salió. Me giré a verla.
—Uno de ustedes puede pasar a verlo, él otro que vaya a buscar al rector —nos dijo ella. Miré a Malik.
—Tú ve a buscar al rector y yo entro a verlo —le dije.
Zayn asintió y se fue de allí. Entré y Alex estaba acostado sobre la camilla, levantó su cabeza y me miró. Con algo de dificultad se sentó. Me senté en la silla que estaba al lado.
—Gracias —me dijo. Lo miré extrañada.
—¿Gracias? ¿Por qué? —pregunté divertida.
Él levantó su mano y acarició mi mejilla. Sentí que un nudo se formaba en la boca de mi estomago. Su mano subió y llevó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.
—Por ser tan linda —dijo.
--- A..Alex —las palabras parecían no salir de mi garganta.
—Esa valentía que tienes es asombrosa —volvió a acariciar mi mejilla. Mi garganta se secó.
—Yo solo... hice lo que tenía que hacer.
Él rió por lo bajo y gruñó por lo bajo cuando se acercó más a mí. ¿Por qué se está acercando? ¿A dónde quiere llegar con todo esto?
—TN______ —me dijo.
—¿Qué? —le pregunté con hilo de voz.
—Eres increíble.
Sus ojos se cerraron y su rostro comenzó a acercarse al mío. ¿Qué era lo que él quería hacer? Entonces entendí aquello. ¡Él... él quiere besarme! Me puse rápidamente de pie alejándome al instante
—Mmm... voy a salir un minuto —le dije nerviosa y sin dar vueltas salí de allí.
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Nothing in my way EN EDICIÓN
Roman pour AdolescentsCuando pasas toda tu vida cumpliendo órdenes dentro de un buncker, inevitablemente, algún día tienes que salir al mundo real. Tienes que aprender a ser una chica como cualquier otra, hacer amigos, guardar secretos, ser cautelosa y evitar a los idio...