Capitulo 38: Pensando en ________.

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  -Zayn
Sentí una extraña presión en mi pecho. Era una linda presión... algo parecido a tontas cosquillas en el medio del corazón. No pude evitar envolver mis brazos alrededor de su cintura y acercarla un poco más a mí.
¿Por qué demonios me está abrazando?
¿Por qué demonios la estoy abrazando yo?
Por primera vez fui consciente de las diferencias entre nosotros. Ella es pequeña y menuda. Podría jurar que mis brazos son capaces de envolverla dos veces seguidas. Parece tan frágil que tengo la sensación de que si la apreso un poco más va a partirse.
Su aroma entró por mi nariz. Una mezcla dulce y embriagadora. Mi rostro se movió hacia su cabello buscando un poco más de aquel olor a flores y algo fresco. Me quedé quieto al encontrarlo de nuevo. Cerré los ojos.
Sentí su mano acariciar mi nuca. Mi piel volvió a erizarse. Su mano era pequeña y estaba algo fría. ¿Por qué está acariciándome?
¿Acaso la gitanita se me está insinuando? No, esto no tiene nada de insinuador.
Demonios. Entonces ¿Por qué lo está haciendo?
—¿Por qué estás abrazándome, TN______? —le pregunté.
Como si mis palabras la hubiesen despertado se alejó rápidamente de mí. Me miró confundida y abrió la boca para decir algo pero no dijo nada.
—Lo siento —susurró y comenzó a caminar.
Me acerqué a ella y la detuve tomando su mano.
—No te vayas, ¿Por qué lo hiciste? —quise saber.
—Porque... porque... no sé por qué —dijo sin mirarme a la cara.
—¿Por qué no me miras?
—Porque no es necesario.
—¿Por qué no es necesario?
—Porque no.
—¿Por qué no?
—¿Acaso eres un niño de 4 años en su etapa del por qué? —preguntó nerviosa.
Sonreí levemente. Ella estaba tan confundida como yo por ese maldito abrazo.
—¿Puedes abrazarme de nuevo? —dije y di un paso hacia ella.
Ella retrocedió como animal asustado.
—No —negó frenéticamente.
Sonreí divertido. Esto era divertido... Pero verdaderamente una parte de mí se estaba muriendo por otro abrazo como ese. Aquella parte era capaz de arrodillarse y rogar por tener de nuevo esa pequeña mano sobre mi mejilla. Dejé de sonreír y sacudí levemente la cabeza.
Yo no ruego, no me humillo. Mucho menos por el contacto de una mujer a la que simplemente no soporto ¿o si?
—Bien entonces no vuelvas a hacerlo nunca más —le dije. Ella me miró confundida.
—Pero...
—Pero nada... no vuelvas a hacerlo ¿quedó claro?
Asintió con la cabeza y sin dejar de mirarme caminó hacia la habitación de mi prima.
—Lo lamento —susurró.
Entró en la habitación y solté el aire que mis pulmones estaban reteniendo.
¿Qué es lo que está pasando conmigo? ¿Por qué simplemente tuve la maldita necesidad de sentirla cerca de nuevo? Y lo más importante ¿Por qué me abrazó? ¿Por qué me tocó de es manera? Sus ojos me habían mostrado comprensión... Pero ¿comprensión de qué?
¿Acaso la tonta gitana está sintiendo lastima por mí? Oh no, nadie tiene derecho a sentir lastima por mí. Porque lo último que necesito de las personas es su lastima.
Ya veremos quien de los dos siente lastima por quien, TN______.
No volví a verla durante el resto de la tarde. Por un lado fue mejor... pero por el otro infeliz lado no lo fue.
Mi cabeza anda pensando demasiado en TN______. Ya no está Tiffany para andar entreteniéndome. Ya no está Isabella pegada a mí todo el día haciendo mi cabeza pensar en cualquier otra cosa.
Ahora ni siquiera Alex está para ponerme a jugar un rato a la play con él. Miré el celular que estaba encima de mi cama. ¿Qué tal si lo llamo? ¿Y si no me contesta?...
Además yo soy el más ofendido de los dos en este asunto. Él es el que tiene que venir o llamar para pedirme perdón.
Vas a quedarte solo...
No necesito a nadie. Me tiré en mi cama y prendí la tele. Comencé a hacer zapping pero de repente mi dedo dejó de cambiar.
**—Entonces no te muevas, mientras yo recibo el efecto de mi plegaria. Así quedan limpios mis labios de pecado, por los tuyos.
Se acercó a ella despacio. Julieta miró nerviosa hacia la dirección en la que se encontraba su madre. La puerta del ascensor que estaba delante de ellos se abrió. Ella empujó rápidamente a Romeo hacia allí. Él la tomó con firmeza de la cintura y acercó su boca a la suya sellando sus labios. La besó suavemente. Julieta miró nerviosa hacia su madre, de nuevo. Y antes de que pudieran verlos la puerta se cerró. Al fin pudo concentrarse en los labios que estaban sobre los suyos. Cuando se alejó ella esbozó una leve sonrisa.
—Entonces mis labios tienen el pecado que han tomado.
Romeo exageró un poco su asombro.
—¡Oh, invasión dulcemente reprochada! Devuélveme mi pecado.
Volvió a besarla. La puerta de ascensor volvió a abrirse y salieron dando unas cuantas risas. Julieta se acercó más a las escaleras y en ese momento sintió el llamado de su madre. Corrió hacia Romeo y volvió a empujarlo dentro del elevador. El volvió a besarla y las puertas volvieron a cerrarse. Este beso era un poco más largo que los demás.
—Besas conforme a las reglas del arte —susurró alejándose de la boca de su amado Romeo.**
Me senté rápidamente en la cama. ¡Ya se de que voy a estar disfrazado! Y se perfectamente de que voy a hacer disfrazar a TN______.
Que mejor que un caballero Romeo y su dulce ángel Julieta.

Llegué a mi casa y sin pensarlo caminé hacia la cocina. Necesitaba tomar un poco de agua, ya que había decido correr sin parar hasta estar sana y salva bajo el techo de Hugh Hudgens. Ya no puedo seguir así, sintiéndome totalmente perseguida por el maniático de Jordan. Necesito mis armas y necesito un auto. Tendré que sentarme muy seriamente a hablar con el extraño sobre ellos.
—¿Ya llegaste? —preguntó entrando a la cocina. Me giré a verlo y sonreí.
—Así es extraño —le dije y comencé a tomar el agua sin parar.
—¡Ve más despacio que vas a ahogarte! —me retó.
Dejé de tomar un poco y apoyé el vaso sobre la mesada.
—Lo lamento pero es tu culpa porque tuve que venir corriendo desde la casa de Malik... no tengo un arma para andar protegida de maniáticos.
—Monstruito...
—Y yo no puedo seguir así, extraño —continué hablando —Verdaderamente es por mi seguridad.
—Monstruo...
—Realmente estoy cansada de sentirme perseguida, temiendo que un jodido hijo de perra se le ocurra a parecer en mi camino y esposarme esta vez con éxito.
—TN______...
—O sea, no puedes cumplir las reglas de Jones, Hugh. ¿Desde cuando le haces caso? Nunca te importó lo que ella dijera. Dame un arma y estaremos muy felices todo. En especial yo. Y no puede ser que...
—¡TN______!
Me callé rápidamente y lo miré algo sorprendida. Él soltó un suspiro y se acercó a la mesa. Se sentó en una de las sillas y me hizo una seña para que me sentara a su lado. Dejando a un lado el vaso de agua me acerqué y me senté sin dejar de mirarlo.
—¿Qué sucede? —le pregunté.
Se notaba que estaba preocupado... o más que preocupado triste.
—Se quienes fueron tus padres —me dijo sin la mas mínima anestesia.
Mi corazón dejó de latir por unos cuantos segundos. Pude sentir mi sangre congelarse. La sensación de estar perdida volvió a mí. Aquella sensación que pensé jamás volver a sentir. La sensación de no tener nada en mi camino. La sensación de haber sido tirada y abandonada en la puerta de una casa. La sensación de no saber quien soy, de donde vengo y hacia donde voy. El vació de una vida que realmente no es mi vida.
¿Será realmente TN______ el nombre que me habrían querido poner mis padres?
Es más ¿Habrán pensado siquiera un nombre para mí?
Sacudí levemente mi cabeza y metí la mano en mi bolsillo. Saqué la foto que Richard me había dado en su despacho. La coloqué delante de Hugh.
—¿Es ella mi madre? —le pregunté.  


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