Capitulo 75: Eres mío

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  -Zayn
Me tiré pesadamente en la cama y la tomé para acomodarla sobre mi pecho. Habíamos salido del baño después de una merecida ducha. La muy tontita quería ir a vestirse, pero no la dejé.
—No puedo creer que sea mi cumpleaños —dije mientras acomodaba su largo cabello en la delicada piel de su espalda —No puedo creer que haya olvidado por completo que hoy es 12 de enero.
—Yo también lo había olvidado, perdón —dijo ella suavemente —Pero, Feliz cumpleaños número 18 mi amor —el calor de su aliento golpeó mi pecho. Sonreí.
—Estábamos demasiado ocupados como para recordarlo —dije pícaramente.
—Zayn —me regañó ella. Reí cortamente.
Estaba extasiado por el hecho de tener a TN_____ desnuda y tumbada sobre mí. Sentía sus pechos aplastados sobre mi torso. Estaba atónito y totalmente satisfecho de haberle hecho el amor a esta gitana. Mi amor por ella brotaba de lo más hondo de mi alma.
—Podría quedarme así tumbado para siempre —le dije en voz baja.
—Yo también —musitó y besó mi pecho.
Apoyé la palma de mi mano completamente en su espalda desnuda y la acaricié despacio. Nos quedamos en silencio escuchando el sonido de la noche, de la playa...
—En un momento perdí el control, TN_____. No debiste hacer...
—Shhh —me interrumpió ella —Yo no estoy arrepentida de nada de lo que hice. Es más, estoy muy orgullosa de haberlo hecho.
—¿Con que orgullosa, eh? —inquirí divertido y no pude evitar palmear su trasero. Ella levantó la cabeza para mirarme con la boca abierta.
—¿Qué crees que estas haciendo? —me preguntó.
—Marco lo que es mío —le guiñé un ojo.
Alcé un poco la cabeza y capturé sus labios. Ella soltó un suave suspiro. Sentí que otra vez el deseo volvía a flote. Pero no, tengo que controlarlo... esta es su primera vez y yo no creo que sea prudente...
—Mmm —ronroneó ella soltando mi boca. ¿Desde cuando ronronea? —¿Qué pasa, Malik? ¿Ya estas pensando en hacerlo otra vez?
—Vaya, vaya —dije mirándola fijamente a los ojos —¿Anda pervertida, señorita Hudgens?
—¿Yo? —se hizo la inocente —Yo no soy la que tiene algo que se esta... manifestando en... cerca de mi ombligo.
—¿Y qué es lo que se esta manifestando? —pregunté y coloqué ambos brazos detrás de mi cabeza, en un gesto totalmente relajado.
—Eso... —habló tímidamente —Lo quiero de nuevo...
Su mirada chocolate se oscureció. Relamió sus labios y se acercó para comenzar a besar mi mentón. Tragué saliva.
—¿Dónde lo quieres? —quise saber.
—¿Tengo que decírtelo? —preguntó con una pequeña risita. Su aliento quemó la piel de mi cuello. Cerré los ojos mientras inhalé una gran cantidad de aire —Te lo diré... Lo quiero en mí, otra vez.
—TN_____ no creo que... —mi voz salió afectada.
—Por favor —suplicó —Una vez más... que yo sepa se puede hacer más de una vez en una noche...
—Si, si se puede —dije agitado —Pero creo que tú estas algo lastimada como para...
—No, no lo estoy —me calló —Solo estoy vacía, porque tú no estas en donde tienes que estar.
—¡Por dios! —exclamé y giré para apresarla debajo de mí. Ella rió. Clavé mis ojos en los suyos mientras le abría las piernas y me acomodaba sobre ella. se mordió los labios —¿Ya eres toda una pervertida?
—No —contestó —Cuando ya se me pase totalmente la excitación no voy a poder mirarte sin ponerme roja como un tomate.
—Eres todo un caso, gitanita —le aseguré.
Besé la punta de su nariz. Ella besó mi mentón. Comencé otra vez el juego de la seducción. Nunca me había gustado tanto seducir a una mujer.
Tomarme todo el tiempo del mundo, para verla pedir y sentir. Saber que ella quiere y donde.
Me dio la bienvenida cuando me introducí íntimamente en su cuerpo. Gimió y la vi sonrojarse cuando comencé a buscar el ritmo correcto dentro de ella. Sonreí contra su mejilla. Besé su piel hasta llegar a su oreja.
—No hay ninguna prisa, amor —le dije al oído al ver que ella comenzaba a agarrarse con fuerza de las sabanas. Me alejé de su oreja para mirarla a la cara. Sus ojos estaban cerrados, su boca se abría apenas para dejar escapar los suaves sonidos del placer —Mírame.
Lentamente abrió sus ojos. Profundos, cautivantes, nublados por el placer. Jamás podré borrar de mi mente esa mirada. TN_____ parecía una ninfa salvaje sujeta contra el colchón y ritmo básico de mis caderas. Sus brazos se elevaron y rodearon mi cuello, tiró de mí hasta que su boca encontró la mía.
—Jamás voy a poder olvidarme de esta noche, mi amor —dijo agitada.
—Ni yo —le aseguré mientras mis ojos se cerraban —Ni yo...
Mi cuerpo estuvo unido al suyo por incontables minutos. Perdí la noción del tiempo, el lugar, de todo. Solo estaba ella, nuestro amor y yo. Mi frente se apoyó en su mentón mientras la sentía venirse. No había nada mejor en este mundo que el sonido de mi nombre en sus labios mientras se corría.
Dos segundos después de que ella llegara, sentí que mi violenta culminación venía en camino. Me iba a retirar de su cuerpo, como lo había hecho antes. No teníamos protección.
Pero entonces ella gimió un leve no y sus piernas rodearon mis caderas.
—TN_____ —jadeé —No, espera... tengo que...
Estremeciéndome, me derramé desvalidamente dentro de ella, mientras su cuerpo apretaba y acariciaba mi dura longitud.
—Ahora ya eres completamente mío —aseguró hablando contra mi frente.
Mis ojos seguían cerrados. Todo daba vueltas. Nada, jamás en la vida, podría compararse con lo que acababa de pasar. Atiné a asentir con la cabeza y a tientas busqué sus labios. La besé despacio, tratando de recuperarme aun.
Luego apoyé la cabeza sobre su pecho y me quedé quieto allí. Respiré profundamente. TN_____ olía a sol y a vainilla, a mujer y a deseo creciente.
El cansancio cayó sobre nosotros y no pude evitarlo. Me quedé dormido sobre su pequeño y suave cuerpo.
Comencé a despertarme porque algo anaranjado y molesto daba de lleno contra mi cara. Fruncí el ceño en intenté alejarlo dando un golpe con mi mano al aire. Pero la maldita cosa no se fue. Intenté abrir un ojo pero no pude... era el maldito sol que entraba imponente por las ventanas totalmente abiertas. Giré sobre el colchón buscando el reconfortante calor femenino con el que me había dormido, pero no encontré nada. Me incorporé un poco de la cama y la busqué en la habitación.
—¿TN_____? —la llamé.
—¿Estás despierto? —escuché que gritaba desde algún lugar de la casa.
—Seeee —contesté mientras restregaba mis ojos y me tiraba pesadamente en el colchón —¿Dónde estás? ¿Por qué no estás aquí conmigo?
—¡Ahí voy! —me dijo —¡Pero ponte ropa! —me reí estrepitosamente —¡No me parece gracioso!
—¡Pues a mí si! —le aseguré —¿Quién era la que quería más?
—¡Ya basta! —chilló.
Volví a reír. La escuché subir las escaleras. Me acomodé mejor en la cama sentándome contra la cabecera. No estaba vestido, seguía sin ropa. E iba a seguirlo por mucho más tiempo. Lo único que me cubría eran las sabanas.
TN_____ entró a la habitación con una bandeja en las manos. Se detuvo para mirarme. Sus mejillas se enrojecieron rápidamente.
—Buenos días, golosa —le dije.
—¿Go... qué? —preguntó.
—Golosa —respondí divertido. Palmeé el lado vacío al lado mío para que ella se acercara. Negó tímidamente —¿Por qué no?
—Porque estás desnudo —contestó.
—Vamos, no te hagas rogar... sino quieres que me levante y vaya a buscarte.
—¡No, no, ni se te ocurra! —dijo rápidamente y se acercó a la cama.
Apoyó la bandeja cerca de mí, y con cuidado para no derramar nada se sentó. La miré y le sonreí.
—Me hiciste el desayuno —dije contento.
—Si —sonrió tímida —Por tu cumpleaños... tenemos que ir a hacer unas compras.
—¿Cómo te sientes? —le pregunté y acaricié su mejilla.
—¿Por qué? —quiso saber.
—Porque quiero saber —le contesté divertido. Ella sonrió y de manera imprevista se tiró a mis brazos rodeando mi cuello y uniendo nuestros labios.
—Me siento muy, pero muuuuuy bien mi amor.  


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