Me alejé de él y ambos nos giramos a verlo. Richard sonreía pícaramente desde lo alto de las escaleras. Me sentí repentinamente abochornada, nerviosa, fuera de lugar.
¿Qué es lo que debe estar pensando en estos momentos?
—Veo que ya se están llevando mejor —dijo y comenzó a bajar.
—Bueno... esto es... no es... pero si y yo... y ella... bien no, no —Zayn parecía más nervioso de lo que yo estaba. No pude evitar reír por lo bajo. Ambos me miraron.
—Tranquilo, hijo —dijo él y cuando bajó del todo se acercó y palmeó su hombro —No tienen que darme ninguna explicación. Pero hay lugares más privados para demostrarse aprecio, ¿no les parece?
—No estábamos haciendo nada —le dije. Richard me miró.
—Por favor Clarita, no me trates de tonto —alzó ambas cejas.
Sentí aquella nostalgia que siempre siento cuando él me llama así. Sonreí levemente y asentí con la cabeza. Miró a Zayn.
—¿Qué? —le preguntó este con un tono de molestia. Richard sonrió.
—Tonto... yo te dije que no ibas a poder.
Zayn lo miró realmente mal... como advirtiéndole que no siguiera hablando porque sino iba a arrepentirse de ello.
—Yo... debo volver con las chicas —dije. Richard se acercó a mí.
—Dentro de una semana son las elecciones, ¿Vas a estar ahí, verdad? —me preguntó.
—Claro que si.
—Y yo también, padre —dijo él como todo un celoso.
No lo entiendo cuando se comporta como si tuviera 5 años... peleando por la atención de su padre.
—Obvio que si hijo, no era necesario que me lo recordaras. No puedo ir sin mi familia... eres esencial para mí y ese lugar —dijo Richard —Pero bien... ahora los dejo porque tengo que irme a hacer unas cositas —caminó hacia la puerta mientras se terminaba de arreglar el saco. Miró a Zayn y le hizo un gesto con las cejas. Me miró a mí —Los veo luego.
La puerta se cerró con un toque firme cuando él se marchó. El silencio reino en aquella sala. No me animaba a girar para mirar a Zayn. Respiré profundamente y me armé de valor. Giré, pero sin mirarlo comencé a caminar hacia las escaleras.
—TN___ —me llamó. Me detuve en el cuarto escalón, pero no me giré a verlo —Esta noche, a las 8 en punto, paso a buscarte.
Rápidamente me giré a verlo.
—¿Qué? —pregunté. Sonrió levemente. Comenzó a caminar hacia la cocina.
—Eso, lo que escuchaste. Estate lista a las 8 porque paso por ti.
—Eso sería una...
—Una cita —terminó la oración. Me guiñó un ojo, el muy cretino, y entró a la cocina.
—¿Quién te dijo que yo acepto salir contigo? —pregunté.
Volvió a salir caminando hacia atrás y me miró.
—Yo voy a estar ahí a las 8... No me importa si aceptas o no.
—Bien, a mí no me importa si vas a estar ahí o no. Yo no voy a ir.
Caminó hacia mí y subió hasta el escalón anterior al que estaba yo.
—Bien, ya entiendo que sucede aquí. Quieres que lo haga al estilo tradicional —puso los ojos en blanco y suspiró —Gitanita, ¿te gustaría salir conmigo está noche?
—No —contesté. Me miró incrédulo.
—¿Por qué no? —preguntó.
—Porque creo haber escuchado una conversación en la que decías ¡Claro que quiero verte! Así que mejor vuelve a agarrar tu teléfono y marca el numerito y dile a la chirusa con la que hablabas que pasas a buscarla, A ELLA, a las 8.
Él soltó un suspiro y bajó el escalón. Lo seguí con la mirada. Tomó el teléfono inalámbrico y se volvió a acercar a mí.
—Marca el radial —dijo.
Lo miré extrañada. Volvió a soltar un suspiro, tomó el teléfono y marcó el botón de radial. Colocó el teléfono en mi oreja... escuché como sonaba una, dos, tres...
—¿Qué pasó tontín oculta sentimientos? ¿Con quien te encontraste que tuviste que cortarme así de rápido? —me quedé callada y mis ojos se abrieron bien —No, no, no... no hace falta que me lo digas porque la DOCAMOR ya lo sabe, y esa persona es la maldita gitana.
—¿Alex? —pregunté.
—¿TN___? —dijo sorprendido.
—Eeem... si soy yo —dije.
Miré a Zayn y este tenía una sonrisa de soberbia de oreja a oreja. Me sacó el teléfono de la mano.
—Te lo dije —me susurró antes de llevarse el aparato al oído —Amigo, lamento haberte llamado de nuevo —me miró fijo y sonrió —No nada... solo necesitaba demostrarle a cierta gente, terriblemente celosa... no te das una idea de cuanto, que la DOCAMOR eras tú y no una mujer de verdad —rió por lo bajo y me sentí realmente como una idiota.
'Que descaro... mira como se ríe. Aunque de verdad eres una tonta...'
'¿Qué? ¿Yo sola? ¡No querida, tú eres la más tonta y desconfiada de las dos!'
—Hablamos luego amigo, adiós —colgó y se quedó mirándome fijamente —¿Y qué me dices ahora?
¿Qué debo decirle ahora? Bien... al parecer si era Alex el del teléfono y no una churisa cualquiera. Miré nerviosa hacia otro lado. ¿Qué voy a hacer?
—Lo siento —musité.
Sentí un dedo apoyarse debajo de mi barbilla y elevar lentamente mi rostro.
—¿Por qué? —preguntó. Me morí el labio.
—Por haberte golpeado —dije sin alzar mucho la voz.
—Eso se puede arreglar de una forma.
Lo miré algo sorprendida y un poco más animada.
—¿Cómo? —dije curiosa.
—Estate lista a las 8 y con eso bastara.
—Yo... no lo sé.
Lo vi ponerse tenso. Resopló y apretó los dientes.
—No soy buena para las demostraciones, TN___ —dijo nervioso.
—Tampoco yo —musité más para mí que para él.
—¡Esto no es fácil para mí! —renegó y se alejó de mí. Yo seguía parada en las escaleras. Me sentí culpable —No me gusta andar besándote cada vez que te veo... —lo miré sorprendida. Si no le gusta entonces, ¿Por qué lo hace? —No me refiero al hecho de besarte... eso si me gusta, y mucho —dijo confundido. Lo miré extrañada. ¿Quién demonios lo entiende? —No me gusta la sensación de besarte y después seguir como si nada.
—Y crees que con una cita las cosas quedarían más claras —no fue una pregunta sino una afirmación.
—No lo sé... pero ¿Qué podemos hacer?
—Ya me robaste mi primer beso de manera... insensible —dije.
—Eso ya...
—No quiero tener mi primera cita porque te sientes en deuda o compromiso... no quiero.
—¿Eres tonta o qué? —me preguntó ofendido.
Abrí bien mis ojos... y otra vez volvemos a los ataques. Bien, quiere una batalla. La va a tener.
—¿Y tú eres imbécil o te haces? —le dije utilizando el mismo tono que él.
—Pero me re cago en...
—¿En quien, hum? —lo callé y me decidí a enfrentarlo —¿En quien vas a cagarte? Ya no puedes cagarte en nadie... ya lo has hecho con todos. Y no vas a cagarte en mí. Yo no voy a ser un juego, ni un capricho, ni nada de lo que se te ocurra. Porque así como soy una tonta que no tiene experiencia en las relaciones... soy una persona que sabe cuidar de si misma y de sus sentimientos.
—No se nota, ¿sabes?
—¿Verdad que no? —pregunté con sarcasmo —Soy muy buena fingiendo también.
—No sé en que demonios estaba pensando cuando pensé en invitarte a salir. Dios se nota que necesito tener sexo —apreté los dientes —Eres una niña tonta, gitana. Necesitas aprender muchas cosas.
—No me afectan tus palabras, cavernícola empedernido. Necesitas sexo... tienes plata para pagarlo y también hay muchas regaladas por ahí que no les importa el dinero. Pero ni con todo el dinero del mundo vas a poder pagar el amor de alguien. Eso se obtiene de otra forma.
—Oooh, no sabía que ahora eras una experta en cosas del corazón —dijo con todo sarcasmo, resentimiento, enojo. Sonrió falsamente —¿Quieres que le avise a Alex que le encontré una ayudante para su consultorio?
—Idiota —dije y comencé a subir las escaleras, ya no tenía nada que hacer allí.
—¡Si, vamos gitanita corre! —me dijo alzando su voz —Ya no me van a hacer falta tus... besos.
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Nothing in my way EN EDICIÓN
Novela JuvenilCuando pasas toda tu vida cumpliendo órdenes dentro de un buncker, inevitablemente, algún día tienes que salir al mundo real. Tienes que aprender a ser una chica como cualquier otra, hacer amigos, guardar secretos, ser cautelosa y evitar a los idio...