Capitulo 6

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El techo...

El panorama más interesante del mundo con todas esas... líneas y figuras en las que te puedes perder, una imagen tan fascinante, esplendorosa y...

Dios, necesito hacer algo con mi vida.

Me levanto de la cama por cuarta vez para recorrer toda la habitación, estaba lista para ir cualquier lado, pero tampoco deseaba salir, el desayuno aún no se servía, por alguna razón de la cual no se me informo. Mi telefono se hizo presente y prácticamente corrí a él, buscando ocupar mi mente.

Max me había enviado un mensaje, algo que olvidó contarme la noche anterior, leí atentamente sus palabras, hablaba sobre una caja que siempre guardaba en la parte superior de mi armario, al parecer contenía algo secreto e importante, porque una vez le dije que si cualquier cosa llegara a pasarme, buscará esa caja. Mire mi armario con cara de pocos amigos, francamente, no me agradaba la idea, pero mi cuerpo deseaba moverse. Busque una silla y la moví hacia el armario antes de abrirlo y luego me subí en esta. Sin embargo no alcanzaba a ver toda la parte superior, tuve que buscar a ciegas con mis manos.

–¿Dónde estás? – pensé en voz alta, mis manos no tocaban nada. –Vamos... – me puse de puntitas, extendiendo mi mano, tratando de llegar a los profundos rincones, llenos de telarañas. –Por favor, que no haya ninguna araña. –

Finalmente mis dedos tocan algo, lo arrastró hasta el borde con mucho esfuerzo y con cierto temor lo bajo, es pesado, pero logró sostenerlo con firmeza. Es un cofre de madera, asegurado con un candado con contraseña. Regreso a la cama e intentó con el seis de diciembre. Funciona. Dentro, encontré un fajo de cartas, un cuaderno con tapa de cuero, una pequeña cajita negra envuelta en una nota. La tomó con mucha curiosidad y leo la nota.

Porque no me importa tu pasado, o los secretos en tu presente. Porque tu corazón es más grande de lo que dejas ver y lo has abierto para mí. Porque te amo y tú me amas. Déjame pasar el resto de mi vida a tu lado. Cásate conmigo.

M.

Me apresure a abrir la caja, encontrando un hermoso anillo, caí sentada en mi colchón, sin saber cómo reaccionar. Luego cerré la caja y la devolví a su sitio, con un sentimiento de pesadez instalándose en mi pecho y ningún recuerdo asomándose por mi mente. Puse la caja a un lado y deje caer mi rostro entre mis manos, llena de frustración, esto empezaba a pasar cada vez más seguido. Ya iba una semana desde que había regresado a casa y lo único que tenía era imágenes sin sentido que regresaban para causar pánico.

Hubo un golpe en la puerta, finalmente el desayuno estaba servido, mi hermano me vio y pidió que me pusiera una camisa más... como la antigua yo y eso hice, seguro lo decía por una razón.

Los Eckhart fueron invitados a desayunar con nosotros y a nadie se le ocurrió decirme, vaya costumbre de esta familia, tengo entendido que hago parte de ella, deberían decirme las cosas, pedirme permiso, considerar mi opinión, ¿acaso es mucho pedir?

Me senté silenciosamente, hoy comeríamos en el jardín, no me quejo, era un hermoso lugar para tomar tu primera comida del día, aunque sea con el infiel sentado a tu lado. Los "adultos" terminaron lo suficiente rápido para dejarnos solos, incluso arrastraron a Theo fuera de nuestras vistas, y digo adultos, porque en todo el desayuno no pararon de llamarnos niños, los niños no han pasado mucho tiempo juntos, los niños necesitan volver a conocerse, los niños deberían casarse pronto, ¿dónde van a vivir los niños?, se imaginan nuestros niños dándonos nietos....

No, no y no, yo no me lo imagino, no pienso vivir con un infiel, y... ¿cómo qué casarnos?, ¡tengo amnesia!, apenas y conozco al chico o a mis propios "padres".

Lo Que No Sabes de BelleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora