Capitulo 35

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El señor Rhodes fue a su oficina y empezó a trabajar, no aparte mi mirada de él ni por un sólo segundo, no confiaba del todo en que me ayudaría. Finalmente, imprimió los papeles, eran tres. Los tomé de sus manos y los leí detenidamente sin soltar el arma. Allí decía justo lo que quería y necesitaba, procedi a darle un asentimiento y prepararme para desaparecer, pero un ruido, proveniente de la primera planta, rompió el momento.

Doble el papel y lo metí en el bolsillo interno de mi chaqueta, mire al señor Rhodes, preguntando silenciosamente si sabría que podría ser, tal vez tenía una mascota de la cual no estuviera enterada. Él se encogió de hombros, indicando que no sabía nada.

–Usted quedese aquí. Yo ire a ver. – Le ordene.

Volví al pasillo y baje las escaleras lentamente, sujetando el arma con mis dos manos, buscando el origen de aquel sonido con mis ojos. Llegué a la planta baja, el silencio reinaba, pero un mal presentimiento se instalaba en mi pecho. De repente, el teléfono de la casa empezó a sonar, me acerque y lo levante, llevándolo a mi oído. La voz que escuche al otro lado me sorprendió.

–¿Como obtuviste este número? – le pregunté y él se rió.

–Y dicen que la ingenua es tu hermana... – se burlo de mi. –¿Creías que no sabía lo que hizo Isobelle con la propiedad? – mis ojos se abrieron de par en par. –No, por supuesto que no. Según sé, lo hizo sin tu permiso. –

–¿Entonces, para qué... ? –

–Necesitaba encontrar al abogado... no sé como lo hizo, pero no podía encontrar nada de él, por ninguna parte. Hasta hoy, gracias a ti. – No, no podía ser. No había visto a nadie seguirme. –Dime, ¿qué se siente ser usada? – me mordí el labio inferior, tratando de retener mis maldiciones adentro.

–¿Y ahora qué? – me force a preguntar.

–Justo como dijiste, me deshago de ustedes. Nos veremos en el infierno. – Me colgó, mire el teléfono, buscando comprender y descubrir cuál sería su plan, en el mismo momento que un gran golpe cayó sobre mi cabeza.

Caí al suelo inmediatamente, perdiendo el agarre del arma, lance mi mano a su pierna, no muy segura de haberla tomado realmente, ya que estaba fuera de mi campo de visión. La empuje, haciendo a la persona caer. Me puse de pie, luchando con el vértigo, causado por el golpe y busque el arma, se encontraba un poco lejos, justo al lado de la ventana, la tomé rápidamente y me volví para dispara, pero ella ya estaba sobre mi, me empujo con todo su cuerpo y caímos por la ventana, rompiendo el cristal, sentí un fragmento clavarse en mi hombro y otro cerca de mi cadera, di un corto gemido de dolor, no podía alertar a mi contrincante sobre mis heridas, eso le daría la ventaja. Levante el arma y la estampe en su cabeza, justo cuando caímos al césped que rodeaba la casa. La mire fijamente, con la luz de la luna que aún iluminada la madrugada. Ella cayó a un lado, pero se recuperó en segundos, lista para atacar de nuevo, por lo que envié un puñetazo a su rostro, con el fin de obtener un poco de tiempo para levantarme.

–No sabes cuanto deseaba que llegara este momento – me dije, llevando una mano a su mejilla recién golpeada.

Finalmente estaba otra vez de pie, pero débil y ella lo sabía.

–Yo también, Carter. Yo también. –

No estaba muy segura de cómo ella estaba relacionada con el monstruo de mi tío, pero al menos ya sabía porque exactamente había enviado a Dani a matarme aquella noche. Además de que siempre me había odiado.

–Nunca he podido entender, ¿por qué aceptarme en tu equipo, si me odiabas tanto? – le pregunté, recordando cuando me acepto en su equipo.

–Joshua te quería en mi equipo... – masculló. –Pero yo sabía que no se podía confiar en ti, hay demasiados lazos en medio y no nos darás a la persona que realmente queremos. ¡Eres inútil para nuestra investigación!... incluso, apuesto que estás lista para traicionarnos en cualquier momento. –

Lo Que No Sabes de BelleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora