Capitulo 38

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¿Max? Me volví a Belle, ella cortaba la carne en trozos, no estaba seguro que platillo estaba practicando, pero moría de ganas por saberlo. ¿Eres bueno encontrando gente? Deje de mirar la carne, para ver sus ojos, su voz sonó plana, sin darme una pista sobre a dónde se dirigía con esa conversación.

–Si, supongo repondí.

–¿Encontrarías a alguien por mi? sus movimientos se detuvieron para mirarme con fijeza. Estaba sorprendido, ella nunca preguntaba por este tipo de cosas, ¿acaso estaba en peligro alguien que ella conocía?

–¿Hay alguien a quien necesitas que encuentre? – Pregunté, preocupado.

–No, no en este momento, pero vaya que tengo un novio lleno de talentos – tomo mis cachetes y los estrujo un poco, riendo.

***

Empezaba a preguntarme si cuando Isobelle me pregunto aquello, se refería a ella misma o a su hermana. Saqué mi teléfono y mire nuestras fotos, un tras otra, mi cumpleaños del año anterior, uno de los mejores momentos de mi vida, ella fue la primera persona que me compro un pastel, en el orfanato, solían dar una porción extra de carne a quien cumpliera años, pero siempre era como un día cualquiera.

–¿No vas a soplar la vela? –me preguntó.

–Lo siento – me apresure a hacerlo, dándome cuenta que estaba perdido en mis propios pensamientos.

–¿Qué deseaste? – Había pedido pasar toda mi vida con Belle. –Pedí un nuevo auto – dije.

–Hombres – la escuche refunfuñar un poco. –Tengo un regalo para ti... – rodeó la mesa, yendo a mi lado con una pequeña caja de regalo en sus manos. –Abrela – ordeno, emocionada.

Dentro, encontré un reloj negro, creo que ella tiene una fascinación con regalarme relojes, pero sigo pensando que ese realmente no era el regalo.

–Te amo – me susurró al oído mientras miraba el reloj de mano, entonces me volví rápidamente a ella, quedando frente a frente, ella sonrió ante mi rostro llenó de sorpresa y de repente, unió nuestros labios por un segundo, robandome un corto beso, como una niña pequeña. No podía dejarla escapar, asi que deje la caja a un lado, sobre la mesa y la atraje a mi, para obtener un mejor beso y al mismo tiempo decirle que también la amaba.

–Llevas mirando la pantalla por al menos treinta minutos, ¿debería preocuparme? – levante la mirado, encontrando la de Jeremy.

–No creo que lleves tanto tiempo despierto... – mencione y él resopló.

–¿Dónde está mi madre? – preguntó.

–No lo sé, yo también me lo pregunto, vine a hablar contigo y te encontré solo... – explique.

–¿Quieres saber lo qué ocurrió?... Hubieras empezado con un "¿Jeremy, como te encuentras?" – dijo, acomodando la cama para poder sentarse. Entonces se quedó en silencio y con la mirada perdida. De repente, sacó algo de debajo de la cama. –Tu me mostraste documentos, ahora yo haré lo mismo – me entrego unas hojas engrapadas.

–¿Qué es esto? – dije, leyendo el contenido, hablaba de una organización, pero esto parecía estar fuera de la ley, entonces comprendí que estaba relacionado al caso de la señorita Eckhart y algo mucho más grande.

–Era lo que ellos buscaban – respondió. –Las necesito de vuelta – me dijo, con cierta advertencia.

–¿Como lo conseguiste? – pregunte y el evadió la mirada. –¿Jeremy? – insistí.

Lo Que No Sabes de BelleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora