Capitulo 28

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Remangue la camisa hasta mis codos, ir al apartamento de Max fue una gran idea, aunque Jeremy no dejaba de verme con sospecha y curiosidad, yo solamente me burlaba de él internamente.

–Entonces tienes ropa en su casa – y con eso empezábamos.

–Si, tuvimos una relación muy seria, ¿recuerdas? – enderece el espejo retrovisor.

–Claro... – miro el edificio frente a nosotros.

–Dios santo... no tienes que preocuparte por eso – me acerque a él. –Además, ¿qué está pasando entre nosotros?... no estoy segura de que tengas derecho a estar celoso – sus ojos se abrieron de par en par.

–¡Así se hace mujer! – Phil despertó. –No me mires así Jer, te estas comportando como una niñita enfurruñada – dijo entre un gran bostezo. –¿Qué hacemos aquí? – miró el edificio con extremo sigilo.

–Orfanato Primavera – Jeremy leyó el letrero. –Siento que lo he escuchado antes... – se mantuvo pensativo y Phil estuvo de acuerdo con él.

–Pero no recuerdo donde – terminó su amigo.

Abrí la puerta y salí del auto, Jeremy me siguió, pero al sentir sus pasos me detuve, volviendome a él.

–Necesitas regresar, no trajiste tus medicamentos y debes tomartelos en... – mire el reloj que había encontrado entre las cosas de Max. –Veinte minutos – levanté la mirada.

–¿No vas a meterte en ningún problema cierto? – me quedé en silencio. –Es obvio que no me quieres aquí... ¿qué hay en este lugar? – miro alrededor. –Vas a... – se quedó mirando el suelo. –Vas a encontrarte con Max. –

Quería reír de nuevo, realmente lo deseaba por la forma en que lucía, miraba el suelo y se mecía como un niño chiquito, se veía tan tierno, lastima que no podía decírselo, los hombres y su hombría, mejor no dañar su autoestima.

Acorte la distancia entre nosotros y él levantó la mirada, noté que su cabello estaba hecho un desastre por el viento, así que lleve mis manos allí para tratar de arreglarlo.

–Te preocupas demasiado – le sonreí, burlandome y luego lo bese. –Será mejor que te preocupes por cosas más importantes – me aleje un poco. –¡Phil! – el chico sacó la cabeza por la ventana. –Se un buen doctor y llévalo a casa, de paso podrás dormir – sus ojos brillaron.

–A la orden mi capitana – lo mire de forma extraña pero igual me reí, el chico deseaba tomarse un gran descanso.

–Iré a verte más tarde – me despedí y entre al edificio.

***

La oficina de la Directora Meyer se veía igual a la última vez que estuve ahí, mire hacia las puertas recordando una niña igual a mi, pero con una concepción del mundo diferente, lista para enfrentarse a algo que resulto ser más grande que ella.

Son una bella familia la Directora me miró preocupada. Estás segura de querer hacer esto asentí.

Las puertas se abrieron frente a mi, dejando al descubierto una pequeña familia, la mujer fue la primera en levantarse de su asiento, mirándome con asombro y dejando escapar una sonrisa amable.

Hola pequeña, ¿cual es tu nombre? por un momento no supe qué decir, pero la determinación regreso a mi.

Isobelle, me llamo Isobelle... pero siempre me han dicho Belle ella asintió en comprensión y le dio una mirada significativa a su esposo.

Lo Que No Sabes de BelleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora