Capitulo 22

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Intentamos esperar a que nuestras ropas se secaran pero nos rendimos al darnos cuenta que tomaría demasiado tiempo y necesitábamos regresar antes de que Theo enloqueciera y por supuesto, prometimos estar en casa antes del anochecer.

Salimos de la casa donde pasé gran parte de mi niñez con nuestras ropas medio mojadas, Jeremy sujetaba mi mano, enviandome un poco de su calidez y yo trataba de no mirarlo. A mitad de la pequeña colina nos dimos cuenta que empezaba el atardecer y me detuve inconscientemente para verlo.

–Es una hermosa vista – susurre.

–Si que lo es. – me volví a él, me estaba mirando con una sonrisa suave y por un momento sentí que era transparente, que podía ver a través de mi.

–Mi madre creyó que era la culpable de su muerte – dije de repente y él frunció el ceño. – El gato... – le recorde.

–¿Por que lo creyó? – pregunto confundido y por un momento pensé en evadir su pregunta, estuve a un paso de hacerlo.

–Porque... – evadi su mirada.

–Conozco esa expresión, no vas a decirme... – negué, iba a hacerlo, quería decirle.

–Estaba este chico, Vincent. No le gustaban los animales, a menos que fuera para torturarlos, tenía una mente perversa... él... hirió el gato muy gravemente, me enoje mucho y lo golpeé, la primera nariz que rompí – el se rió e hice lo mismo. –Mi madre se asustó cuando escuchó de ello, es una caracteristica de su familia que no le agradaba mucho y yo parecía haberla heredado... – empezamos a caminar de nuevo. –El gato llegó hasta nuestra casa, estaba sufriendo una muerte lenta y creo que... me recordaba, no lo sé, pero esa fue mi suposición, porque vino directamente a mi y me dejo tomarlo en mis brazos. –

–¿Por eso tu madre creyó que lo mataste?... porque te vio con el gato – negué de nuevo.

–No quería verlo agonizar por más tiempo, pensé que si fuera yo... desearía tener una muerte rápida. –

–¿Qué hiciste...?, espera, no sé si quiero saberlo... – su rostro perdió un poco de color, pero entonces su mirada regresó a mi sin vacilación.

–Golpeé su cabeza... puse toda mi fuerza en ese golpe y ella me vio hacerlo. Supongo que en realidad si lo mate – reflexione al respecto.

–Yo... no sería capaz de hacer eso – dijo Jeremy.

–Bueno, estoy segura que nunca tendrás que hacer eso – su mano apretó la mía. – La casa era de mi abuela – decidí responder su otra pregunta. –Viví aquí gran parte de mi niñez – explique.

–Es un lugar muy agradable para vivir – comentó.

Nos lleve por otro camino, evitando el cementerio y llegamos a la plaza principal, donde nos esperaba un Theo muy enfadado y preocupado, me irritó un poco sus preguntas sobre dónde estábamos y qué hacíamos, pero tambié me sentí agradecida de que a su modo fuera un buen hermano. Cuando finalmente regresamos, Jeremy y yo ya estábamos muriendo de frio.

–Estoy malditamente cerca de morir de hipotermia – Jeremy temblaba.

–Oh, lo siento si no te di mi chaqueta, nenita – se burló Theo y yo preferí correr a mi habitación para cambiarme o tomar un baño caliente. –Mira, mi hermana apenas y tiemble, deberías seguir su ejemplo... –

La señora Seydoux se apresuro a mi cuarto, buscando ropas cálidas, alistando mi baño y tocando mi frente para asegurarse que no estuviera enferma, entonces se fue a hacerme un poco de sopa mientras me bañaba. Dios y yo que odio la sopa. Mi padre vino después, asegurándose que no me hubiera enfermado y me acompañó hasta el comedor.

Lo Que No Sabes de BelleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora