Capitulo 30

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En cinco minutos llegaríamos a casa de los Eckhart y el vestido que llevaba seguía sin convencerme, era blanco, pero tenía una franja superior azul claro y mangas largas en malla con formas de flores, material que también cubría mi pecho y la parte superior de mi espalda, en la que reposaba mi cabello en una cola de caballo. Pero, también tuve que aguantar la mirada de Theo en todo el camino, empezaba a estresarme y no me sentía segura sobre cómo terminaría esto si continuaba así.

Por primera vez, entre por la puerta principal y note que se parecía a la de un palacio, los Eckhart de seguro tenían demasiado dinero, pero todo se debía a los bienes heredados y que todas sus vidas han estado dentro del mismo círculo social, probablemente Jeremy terminaría igual.

Así, fuimos guiados por un gran pasillo hasta la sala de estar donde nos esperaban la gran familia dueña de casa y Phil, quien se veía un poco más descansado.

–Pareces un angel – Jer me susurro al oído.

–Gracias, pero hubiera preferido ser un diablillo – terminé sentándome a su lado.

Nuestros padres hablaron sin parar, más que todo sobre negocios y luego de algunas anécdotas, los chicos se unieron a la conversación y de vez en cuando, Jeremy se volvía para mirarme y tomar mi mano, trataba de ser sutil, pero se le hacía dificil, estaba segura de que para ese momento, nuestros padres estarían más que felices, pensando que nuestra relación había avanzado, y me asustaba, demasiado.

–Vamos, la cena está lista – el señor Eckhart nos guió al gran comedor con una sonrisa.

–Me alegra verte de vuelta Philippe – escuche al señor Seydoux detrás de nosotros.

***

La cena había ido bien, era una noche sencilla, aunque no era muy fanatica de los camarones, pero nadie tenía porque saberlo.

–Llego la hora del postre... – a cada uno se le dio un pedazo de pastel, el mismo que Jeremy me había dado aquel día, miré mi alrededor. ¿Como no arregle este pequeño error antes?, no podía terminar delatada por el estúpido maní.

–¡Oh, Dios!, Belle no lo comas – mi madre ordenó rápidamente.

–¿Qué pasa? – la madre de Jeremy lucía alarmada.

–Belle es alérgica al maní – Theo y Jeremy me miraron al mismo tiempo y la señora Eckhart también miró a su hijo con el ceño fruncido.

–Me... siento realmente apenada – trate de resolver la situación en mi cabeza rápidamente, por la forma en que Jeremy me miraba y su madre lo veía, me quedaba claro que él había sido el de la idea. –Todo esto es mi culpa, el resultado de una confusión que no... arregle, lo siento tanto – me volví a Jeremy. –No saía que era alergica... –

Hubo un minuto de silencio que realmente no supe como manejar, tal vez debí nombrar la amnesia, si, probablemente... no, de ninguna manera. Me levanté de mi asiento, tomando a todos los presentes por sorpresa.

–Necesito... ir al tocador, lo siento – salí rápidamente de la sala comedor.

Pero, ¿donde se supone que queda el tocador?, mire los largos pasillos y mientras trataba de organizar mis pensamientos, me di cuenta que era el momento perfecto, di una mirada atrás, asegurandome de que nadie me seguía y busque las escaleras para poder subir al segundo piso.

Me tomo por lo menos tres minutos encontrarlas y solamente porque no me encontraba muy lejos, subí silenciosamente y pase varias habitaciones, hasta llegar casi al final del pasillo, encontrando las puertas dobles cerradas, lleve mi mano dentro de mi cola de caballo, sacando la horquilla que ayudaba a mantenerla en su lugar, junto a otras cinco, me agache y la metí en el cerrojo, moviendola con suma concentración, escuchando el mecanismo moverse y luego... click. Una sonrisa victoriosa se me escapó mientras sacaba la horquilla y empujaba la puerta con delicadeza.

Lo Que No Sabes de BelleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora