Capítulo 1- Conociendo el entorno

2K 79 4
                                    

Narra Sienna:

Era mi primer dia en el colegio, no conocía absolutamente a nadie. Miraba una que otra vez a los chicos que estaban en el pasillo pero todos me apartaban la mirada.

Me dirigí a la secretaría, a pedir mi programa de clases.

-Vamos a ver...- tarareaba buscando mi nombre.- Señorita... Rutkowski. Aquí tiene sus horarios. Cualquier duda, aquí estaré.- asentí y salí de allí apenas la señora me lo entregó.

Me volteé y apenas lo hice tropecé con alguien en el pasillo. Mi torpeza fue tan grande que sin querer, hice que tirara sus libros al suelo. Rápidamente me agache avergonzada a recogerle sus cosas.

-Lo lamento mucho, soy una descuidada.- dije esto y al levantar mi vista, visualicé al chico que estaba enfrente de mí.

Solo asintió y me analizó por unos segundos. Imité su acción. Era alto, no tan ancho de espaldas, delgado de cabello negro, tez blanca pálida y ojos azules como el mar. Me detuve en sus ojos pero al notar que nuestras miradas hicieron como una especie de conexión, aparte mi vista de él.

-Lo siento.- volví a decir y desaparecí de su vista.

Busqué mi casillero. Me tomó algo de tiempo encontrarlo pero al fin lo hallé. Estaba acomodando mis cosas en él. Saqué una foto de mi papá y de mí, cuando era pequeña y la pegué al dorso de la puerta del locker. En eso, noté una presencia apoyada en el casillero de al lado. Me sorprendí y volteé a mirarlo.

-¡Hola!.- dijo con mucho ánimo.- Tú debes ser nueva. Soy Aleksander.- me tendió la mano muy amistoso.

La tomé y apreté.- Soy Sienna Rutkowski. Un gusto.

-El gusto es mío.- ¿Sabes cuál es tu clase?

Pensé un segundo.- En realidad, no sé donde queda el aula 315.- dudé.- ¿Podrías indicarme dónde es por favor?

-Claro, por aquí.- lo seguí por el pasillo y me dijo que allí tambien era su clase. Ambos entramos. Había bastante bullicio.

-¡Hey Aleks! ¿Es tu amiguita nueva?.- dijo con malicia un muchacho que estaba sentado en el pupitre del profesor rodeado por tres chicas.

Aleks solo rió. En eso, entró el profesor. Me observó detenidamente.

-¡Ah, ya! Tú debes ser la alumna nueva. A ver, muéstrame tu planilla.- se la tendí y firmó el papel. Chequeó que me encontraba en su lista.- Muy bien, todos tomen asiento. Pasaré a tomar lista. Siéntese donde guste, srta. Rutkowski.- asentí y vi que el único lugar libre era delante, en diagonal de donde se encontraba el chico que choqué en el pasillo. Me sentí incómoda, porque sabía que me estaba observando.

-¡Bien!.- chilló el profesor. Y comenzó a pasar lista. Cuando llegó a mi repitió dos veces mi apellido. Me había colgado en mis pensamientos.- ¡Rutkowski!.- casi me gritó.- La veo tan pensativa. Pase. Usted me ayudará en la clase de hoy.- estaba roja pero debía hacerle caso. Me paré a un lado de su escritorio.

Me sentía como en "Alicia en el pais de las maravillas", cuando ella decidió comer del hongo que hacía crecer o decrecer. Bueno, me sentía como del tamaño de una hormiguita. Lo peor es que mi vestuario, que estaba en ese momento reconsiderando, no ayudaba mucho. Noté que tanto Aleks, como el chico misterioso analizaban mi look de arriba a abajo. Deseaba tanto que mis shorts rasgados llegaran hasta mis talones. En eso, pedí al profesor sentarme en su escritorio y maravillosamente accedió. Me sentí aliviada.

-Perfecto. Jóvenes, comencemos. La invasión alemana de Polonia fue una acción militar de la Alemania nazi encaminada a anexionarse el territorio polaco. La operación técnica, conocida como "Caso Blanco".- dijo mientras escribía en el pizarrón "Fall Weiss" en letras grandes, por su traducción al alemán.- Fue llevada principalmente, ¿por quien srta. Rutkowski?.- lo miré y sabía que debía hablar. Agradecía tanto que mi interés por la historia era grande. Así que positivamente sabía el tema, amaba leer todo sobre historia mundial, y podía pasarme horas viendo esos largos y tediosos documentales.

-Adolf Hitler.- comencé bastante segura. Ante su seña, quería que continuara y así lo hice.- la situación se concentró el 1 de septiembre de 1939, pero el ejército polaco se rindió un poco más de un mes más tarde. 6 de octubre del mismo año... Si mal no recuerdo.- el profesor me miraba maravillado pero me ponía nerviosa al hablar.

La clase miraba aburrida. Debo admitir que fue una clase fascinante. Deliberabamos con el profesor sobre nuestros distintos puntos de vista. Historia iba a ser pan comido para mí. En un momento, me sentía una aguafiestas y una cerebrito sin vida, pero no me importaba.

Sonó el timbre del receso. Todos salieron a los empujones. Salí y me dirigí a mi casillero. En eso, una chica apoyó bruscamente su mano en el, cerrando fuertemente la puerta. Me asusté y la miré desconcertada.

-Baja la mirada.- susurró entre dientes con una mezcla de odio. "Genial. ¿qué le había hecho yo?".- Eres una cerebrito, y de ahí, ya empezaste mal. No se te ocurra meterte conmigo, sabelotodo.- sentenció Karolina dando otro puñetazo a mi puerta.

En eso, Aleks se acercó a mí.- ¡Hey Sienna! ¿Irás con alguien al baile?.

-No, en realidad no sabía nada de ningún baile. Ni tampoco nadie más me dirigió la palabra, además de ti.

-Es el baile de promoción. ¿Quieres ir conmigo?.

-Mmm... Claro.- le sonreí.

Apenas se hicieron las 3 pm salí casi huyendo del colegio. Mi papá me esperaba en su camioneta. Me alegre mucho de verlo. Al fin a casa. El día habia sido largo, más de lo que esperaba. Cené con mi padre, y luego le besé la mejilla para poder ir a descansar. Mañana sería otro día agitado.

*************

Narra Dominik:

Estaba duchándome, luego de los entrenamientos de judo. Aleks me preguntó del baile. Le dije que iría con Karolina. Y también le pregunté a él con quién iría.

Respondió que iría con Sienna, la muchacha nueva. Bailaría con ella.

-Ah si, es linda.- respondí sin darle importancia.

Llegué a casa y estaba muy aburrido. Entré a la sala, tomé un mando y me puse a jugar videojuegos. En eso apareció papá. Me saludó y luego desapareció, retirándose a su oficina. Mamá llegó y apenas me saludó. Subí a mi habitación al ver que era tarde. Me acomodé en mi cama y me acordé de la aburridísima clase de historia, en la que la nueva no paraba de restregar sus conocimientos. No sé si los restregaba, pero no quería aceptar que ella era muy inteligente. Me reí solo y decidí dormirme.

********

Corregido.

Justo A Tiempo (Dominik Santorski)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora