Capitulo #195

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Harry tardó un segundo en moverse desde donde estaba. Había visto a Octavio, golpear a su amigo perdiéndose en la noche lluviosa. Después de eso, no tuvo tiempo para más que atacar a Octavio. Una vez que siguiera con sus ojos la trayectoria de la caída del fugitivo Octavio, se vio envuelto en un abrazo por Fabiola, que chillaba, y lloraba, desconsoladamente, a la vez que balbuceaba unas palabras que no podía descifrar... su mirada y su atención estaban clavadas en ese lugar de la terraza donde Louis había ido a parar después de recibir la maldición asesina. Recién ahí entendió que sucedía, y se abrazó con fuerzas a su novia mientras las lágrimas caían sin control. El cuerpo yacía ahí, sin movimiento... sin vida. Juan corrió a buscar a los doctores, y luego fue a ver a Octavio. Le tomó el pulso, y constató la muerte. Tenía una fea herida en la nuca de donde brotaba abundante sangre. Eso poco importaba. Miró hacia donde estaban Harry y Faby y se acercó lentamente.

- Juan: ¿Estáis bien? – dijo con voz trémula. Harry asintió. Separó a su novia de su cuerpo y miró a Juan.

- Harry: Quédate con ella, por favor... - dijo en un susurro.

- Juan: Harry... – dijo.

- Harry: Debo... - miró hacia donde estaba Louis – quédate con ella por favor – Juan asintió y abrazó a Faby, que se negaba a mirar hacia donde iba Harry. El pelirrojo caminaba lentamente. Louis había caído cerca de unos puestos de comida rápida. Se encontraba en una posición incomoda, con las piernas, entrelazadas a unas sillas plásticas... y aun tenía en sus manos el arma, que había logrado atrapar, aunque no le valiera de nada. Harry cayó de rodillas, con el rostro mojado por las lágrimas y la lluvia. Lo observó detenidamente. La cara de Louis tenía cortes por todas partes... un hilo de sangre le caía de la frente y se perdía por la sien. Tenía algunos golpes en el pómulo izquierdo, y la nariz un tanto torcida. Sus ojos estaban cerrados y no tenía expresión alguna. Harry frunció las cejas, no entendiendo por qué había pasado esto... por qué su amigo estaba ahí, tirado, sin vida... Le puso una mano en el pecho, para despedirlo. Cerró sus ojos para no quedarse con esa última imágen de su amigo. Cuando trató de levantarse para alejarse de ahí, una mano lo asió de la suya, impidiéndole que se marchara. Harry abrió los ojos y vio sorprendido que la mano de Louis lo tomaba con fuerzas. Al principio pensó que era un reflejo del cuerpo, propio de los muertos... pero cuando Louis tosió y aspiró profundamente, se dio cuenta que su amigo, una vez mas había burlado a la muerte.

- Louis: ¿No me vas a dejar aquí no? – balbuceó Louis, escupiendo un poco de sangre que se colaba por la boca.

- Harry: ¡Maldito!- farfulló Harry, mas aliviado que exasperado. Louis abrió apenas los ojos y esbozó una tímida sonrisa.

- Louis: A mi también me alegra que estés bien... - se quejó de dolor – estoy reventado... tengo algunos huesos rotos... y no creas que voy a recuperarme de esto rápidamente...

- Harry: Cómo diablos fue que...

- Louis: Ni yo lo sé... - dijo tosiendo y algo de sangre salió por su boca - y perdóname que no te dé explicaciones ahorita mismo... - lo miró -creo que lo mas conveniente es que me lleves a un hospital.- Harry sonrió y se levantó rápidamente.

- Harry: ¡Faby, Juan! – gritó – ¡busquen ayuda! – rió nerviosamente. Ellos se quedaron mudos y con los ojos abiertos – ¡el maldito desgraciado, está herido! – rió mas fuerte – ¿pueden creerlo?

Una vez en el hospital, las drogas lo hicieron perder el sentido. Después de lo que parecía para él una eternidad, abrió sus ojos, para encontrarse con una potente luz blanca que lo obligada a cerrarlos nuevamente. Se mantuvo así unos minutos, atendiendo lo que sucedía a su alrededor. Parecía que todos estaban allí. Al menos Harry y Faby, sus amigos inseparables... de ellos eran las voces... Discutían en voz baja, o al menos eso le pareció. Y luego lo dio por cierto cuando escuché el "Auch" característico de su amigo, seguido por un "Faby!"... abrió los ojos exasperado. Ni siquiera cuando estaba convaleciente lo dejaban en paz, sin sus peleas...

Aprendiendo a ser RomanticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora