Capitulo #139

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La mañana del 30 de octubre, comenzó demasiado temprano para la menor de los Styles. _____________ se había levantado cuando las manecillas del reloj daban las 6, porque los nervios no la dejaban ni apoyar la cabeza en la almohada. Sus compañeras de habitación le habían retado feo, porque ella no dejaba de pasearse por la habitación, pensando cómo iba a hacer para aceptar lo que fuera que Louis tuviera que decirle. Y también los nervios y el terror la atormentaban, porque una parte traicionera de su mente, la obligaba a pensar que podría caber una posibilidad, bien mínima, de que Louis le mandara a freír espárragos. Se golpeó repetidas veces esa parte de su mente, que creía encontrar cerca del parietal derecho, tratando de hacer desaparecer esa nube que empañaba su ilusión. Después de darse por vencida, se acostó, pero sus ojos parecían dos piedras avellanadas, que no podían cerrarse; estaban estáticas, distantes.... "Y si él conoció a alguien en la academia?" Era el pensamiento más recurrente. Louis había comenzado el curso, junto con Harry, en la academia, a mediados de setiembre, según lo que le contara Fabiola en sus cartas. La amiga incondicional de la castaña, aun no había encontrado una carrera que la complaciera, así que aprovechando la pasantía en el ministerio, por ser la premio anual, ella era la vocera oficial de todo lo que Louis hacía, y según _________, si algo malo ocurriera, es decir, si Louis conociera alguien que lo deslumbrara, Fabiola le diría las cosas como son.

Pero aun así, tenía esa duda... no en vano su amiga y su hermano ya le habían escondido, la presencia de esa tal Jordan en la orden... de la cual, también tenía temor, porque no la consideraba peor que Melissa a la hora de conquistar chicos.
A las seis treinta, sin hacer ruido decidió que lo mejor sería darse una ducha... tres horas después, ya vestida con ropa invernal, y habiendo desayunado copiosamente, salió en la fría mañana hacia los portones para tomar el tren. Si tenía que ser sincera, los nervios la devoraban... no sabía que le podría decir Louis. Otra vez los fantasmas que la atosigaban la noche anterior, volvían a aparecer tratando de empañar su encuentro. ____________ trataba de imaginarse que pasaría.... Él podría decirle que la amaba y que quería tener algo con ella... esa opción a ella le encantaba. Pero también podría decirle que todo lo pasado, era eso, algo pasado y que no quería volver a repetir... aquí dio un pequeño gruñido [Bien _________, apenas bajes, te enfrentaras a la felicidad o a la desazón... de ti depende, así que pon lo mejor de ti].

A las ocho y treinta de la mañana Louis se levantó rápidamente, cuando su despertador hizo el primer sonido. Aunque no necesitaba ser despertado. Toda la noche no pudo pegar un ojo tratando de buscar las palabras apropiadas para declararse... sabía que tenía que poner todo de si mismo para que esa castaña testaruda diera el sí... la empresa no sería fácil... pero al menos daría batalla.

-[Eso me gusta, Tomlinson, pon lo mejor de ti]. Escuchó que le dijo su mente.

-Otra vez tu? – dijo mirándose al espejo – Pensé que ya te habías arrepentido de vivir en mi cabeza.

-[Ay, si solo pudiera hacerlo... pero que va... Te he tomado demasiado cariño... idiota!]

-[Si no tienes nada bueno que decirme, mejor te vas yendo... hoy no es un día en el que voy a soportarte... hoy voy a decirle...] pensó sonriéndole a su reflejo.

-[Y me lo vas a contar a mi? Por favor! Acaso no soy yo el que te he estado diciendo cada dos por tres que te avientes a esa castaña?]

-[Bueno... a decir verdad, si...] - La voz de Alejandra gritando algo sobre el desayuno, lo hizo salir de sus cavilaciones y meterse a la ducha.

Media hora después, ya bañado, vestido y muy perfumado, llegó a la cocina. Ricardo estaba allí, mirándolo con una sonrisa cómplice, mientras Alejandra, lo miraba de arriba a abajo. El masculló un, buenos días y se sentó.

Aprendiendo a ser RomanticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora