"Escuela sexual" | En edición |

"Maletas sin causa" #19

Sentí que Val y Caro me tomaron con más fuerza, la voz de Logan seguía resonando en mi cabeza.
Me pidieron que subiera al pequeño escenario en donde estaban, pase sin creer que era yo la que había ganado.

Kendall: Quiero que le den un aplauso a su compañera, es una de las mejores.

Todas aplaudían, la mayoría con sarcasmo, claro, están frustradas que sea la nueva y me gane una gran beca en tan poco tiempo.
Aunque no lo entiendo, no es que tenga muy buenas calificaciones.

James había empezado un discurso, no le tome importancia, porque no era para mi, si no las demás, para animarles el humor.
Nos fuimos a la dirección, no había palabra alguna, pero ellos tenían una sonrisa malévola en sus rostros. Estábamos en la dirección, hasta que me hablaron muy seriamente.

Logan: Vas a retirarte del instituto, irás a tu casa y pondrás tus maletas, nosotros iremos por ti en cuestión de minutos.
—¿Qué debo llevar? -En serio que sentía que no era verdad...-
Carlos: Sólo un poco, allá lo tendrás todo. Ahora, retirate.

Cuando salí el alumnado se estaba retirando, busqué a Valería y a Caroline, tal vez no vuelva a ver a las únicas amigas que tuve.
Logré alcanzarlas, después de tanto correr, pude llegar a su lado.

—Muchas felicidades, estoy feliz por ti. -dijo sin emoción, incluso note la tristeza en Val.-
—Eres muy afortunada, eres la envidia del momento.
—Prometo estar en contacto con ustedes, no las voy a cambiar nunca.
—Fue para nosotras un placer conocer a una persona como tu.

Les dí un gran abrazo, ya que sería el último. Al final, Valería se fue derecho, Caroline se fue hacia la izquierda y yo el camino contrario, no imagine perderlas, fueron las mejores, mientras duró.

Cuando llegué por fin a casa, subí de inmediato a mi habitación, saqué la maleta más pequeña que tenía y empecé a empacar; no sabía que sentir, si emoción por la gran oportunidad, tristeza por dejar a mis amigas, era todo muy rotundo.
Cuando cerré la puerta del cuarto y bajé al primer piso, pensé en mis padres, no había pensado en como lo tomarían. La emoción me había hecho olvidarlos. ¿Debería comunicarles? Claro que si, no podía irme así.

Tomé el teléfono para llamarles, pude sentir un frío detrás de mi espalda, cuando escuche un "Hola" sentí que me abrazaron por detrás, me cubrieron los ojos y me dejaron inconsciente. Todo se hizo negro por un momento y perdí la conciencia.