"Escuela sexual" | En edición |

"Un capricho" #37

Era una mañana excelente, la luz del sol pasaba por las cortinas, los brazos de Logan aún estaban sobre mi, mi cabeza estaba apoyada en el pecho de Kendall, mi mano estaba entrelazada con la de Carlos y James estaba sobre mi abdomen.
Literalmente no podía moverme, pero no quería hacerlo, estar al lado de 4 maravillosos hombres era la mayor alegría que he tenido.

En este tiempo me eh dado cuenta de que son unas personas que valen la pena tener, nunca los dejaría.
Y aunque no todos los días estemos juntos, ni que todas las noches sean de placer, este es mi lugar, junto a ellos.
Me han demostrado lo mucho que les importo, ya sea un detalle grande o pequeño, la intención de hacerlo cuenta.
Kendall fue quien se levanto primero, seguido de Logan, Carlos y James. Nos quedamos unos minutos en la cama, pero ellos tenían que ir al trabajo.

Ellos se vestían mientras yo ayudaba abajo con el desayuno, no importa que no pueda salir por las calles libremente, pero aquí ya tenía lo suficiente.
Cuando bajaban las escaleras, se veían muy sexys, cada vez me sorprenden más, ellos dicen que todo es gracias a mi.
Estábamos los 5 en la mesa, charlando, la palabra "perfección" se queda corta, pero es lo que ellos más dicen cada vez que están conmigo.

Kendall: Esperamos llegar temprano hoy, tal vez más de lo normal.
Logan: Con el alumnado de hoy, creo que será difícil.

Los chicos hicieron un gesto desagradable hacia Logan.

—¿Por qué lo dices?
Carlos: Es mejor decirte, no hay porque guardar cosas.
—Pues, diganme ya. -sentía una mala sensación.-
James: Se supone que hoy se tendría que escoger a la "becaria", así que automáticamente todas se pondrán locas hoy.
—Pensé que eso se había quitado como "reglamento".
Logan: Aún no preciosa, no hemos tenido la oportunidad de hacerlo.
—¿Ni por mi? yo estoy en casa como una prisionera, mientras miles de mujerzuelas les coquetean, y peor, no sé si les hacen caso. -me empezaba a alterar.-
Kendall: Calma, no vamos a cambiarte con ese tipo de mujeres, sabes que eres la única en nuestras vidas.
—Sería mejor que chicos ya puedan entrar a la preparatoria, así ya no habría ningún problema.

Ellos se callaron y tenían ese contacto visual otra vez, el silencio me dio en claro la respuesta, no lo van a hacer ni por mi.
Me levante de la mesa, enfadada, y me dirigí a mi habitación, a la cual le puse llave. No quería verlos.

¿Cómo es posible? Dicen quererme pero no pueden quitar esa trampa de la beca.
No puedo estar bien, ellos son unos hombres increíbles, ¿cuántas no han de querer estar en la cama a su lado? O peor aún, ser algo más que una ocasión casual.
Me siento tan afortunada de tenerlos, pero me siento maldecida porque tal vez no sea la única como dicen.

Me ahogo en mis pensamientos.