Bon voyage

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No pasamos mucho tiempo juntos, tampoco nos conocíamos de pequeños, y quizá a veces me parecías una persona algo problemática. Pero eras mi compañero y te quería como tal. A veces las personas se equivocan, qué le vamos a hacer. Viviste rápido con la más extensa definición de carpe diem, no esperaste a aquel futuro que, por desgracia, nunca llegó. Nos dejas algo de dolor con tu adiós, pero también nos dejas risas y buenos recuerdos. Nos dejas una viva imagen de tu persona, como un torbellino repentino que se lleva por delante todo lo que le pongas. Nos dejas la memoria de una mente excepcional y un corazón impaciente. Nos dejas el recuerdo de un chico que se quería hacer el duro, pero que todos sabíamos que no lo era. Ojalá exista algún tipo de otra vida para saber que estás bien, sea donde sea, y poderte decir que tus conocidos no te olvidarán jamás. De esta manera, como ya me dijo una vez una persona muy sabia, nunca morirás del todo.

Hasta pronto, Michael.


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