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Este es un escrito un poco especial, espero que seáis capaces de entenderlo

Nunca llegué a imaginarme que, de todas las personas que hay en el mundo, me pasara precisamente a mí. ¿Por qué? Yo, que siempre tenía cuidado de este tipo de cosas, que me informaba de lo que pasaba en el mundo y de lo que podía pasar, que tenía una vida totalmente tranquila y anónima. Fue lo primero que pensé cuando ocurrió la desgracia, ¿por qué a mí? ¿Por qué, de todas las personas, tenía que ser yo? Había viajado con mi familia a un precioso país africano que nos habían recomendado visitar. Eran unas vacaciones como cualquier otras. Los nervios del viaje, la impresión del primer día, el internacional desayuno del hotel...

Pero tuvo que pasar eso...

Un día entraba en nuestro plan visitar un museo, y así lo hicimos. Nada parecía raro, nada fuera de lo normal. Pero entonces entraron. Unos hombres armados, gritando cosas que no era capaz de entender, comenzaron a disparar a diestro y siniestro. Me agaché, presa del pánico, y sin siquiera darme cuenta comencé a llorar.

Además, estaba sola.

Me había detenido un momento a mirar con más detalle una de sus tantas piezas arqueológicas y mi familia había seguido hacia el otro extremo de la sala.

Busqué con la mirada a mi familia y vi que se encontraban todos en la esquina más alejada de mi posición. Miré por unos instantes los ojos de mi madre, que me rogaban que me quedara quieta. Obedecí. Me hice una bola y cerré los ojos mientras aquellos hombres seguían gritando de forma airada.

Más disparos.

Y gritos.

Me negué a dirigir la vista, comenzaba a marearme y quería salir de allí tan rápido como fuera posible.

Tenía miedo.

Miedo de perder la vida de mis seres queridos.

Miedo de que mis seres queridos perdieran mi vida.

Siguieron disparando y gritando, haciedo que los sonidos retumbaran en mi cabeza. Quería huír, despertar y que todo hubiese sido un sueño, salir de allí de forma mágica...

Pero nada sucedía.

Seguía con los ojos cerrados, pero distinguí los llantos angustiados de mi madre, mi padre, mi hermana... Después, dispararon.

No se cuánto tiempo más estuve allí encerrada, pero finalmente pasaron por mi lado y, al ver que seguía respirando, me arrebataron mi último suspiro.

Dedicado a las víctimas del atentado en Túnez el pasado martes 19 de marzo.

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