¿Final felíz? No me hagas reír

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Asomaba a sus ojos una lágrima

y a mi labio una frase de perdón;

habló el orgullo y se enjugó su llanto,

y la frase en mis labios expiró.

Yo era una chica de quince años que vivía al norte de Irlanda, en un pequeño pueblo llamado Portstewart. Es un pueblecito famoso por sus heladerías y su precioso castillo. Me gusta mi pueblo ya que, a pesar del turismo, es bastante tranquilo. Es un pueblo costero, en el cual gente se reúne para pescar y pasar un buen rato. Mi nombre es Helen Thompson. Vivo con un hermano mayor que se llama Todd y mis padres, Marie y John. Mi vida era tranquila. Sin altibajos ni problemas. Cada día me levantaba con ánimo, iba a la escuela y atendía a clase y, cuando llegaba a casa, estudiaba en mi habitación. Algunos me llamaban aburrida o antisocial, pero yo estaba felíz siendo como era.

Pero no todo sale bien en esta vida.

Un día, que volvía de la escuela, empezó a llover con una fuerza monstruosa.

-¡Oh no!-Exlamé y, rápidamente, me refugié en una cafetería cercana a la costa.

Al entrar me apoyé jadeando en la pared. Con los ojos cerrados me preocupé en cómo podría llegar a casa. Era un desastre.

Pero, entonces, una voz sonó.

-Hola.-Alcé la mirada hasta divisar a un alto chico.-¿Quieres algo?

-No, bueno... esperar a que pare de llover.

-Ah...-Hubo una pausa, la cual aproveché para observarlo bien. Era, como ya he dicho, alto. Tal vez no era tan alto, pero si lo comparamos con mi metro cincuentaiséis, pues sí. Su pelo era castaño y estaba algo alborotado, una pequeña bolita negra le adornaba la oreja izquierda y sus ojos eran de un precioso color esmeralda. Su espalda era ancha, pero no exageradamente y, a pesar de estar serio, su boca se torcía en una bastante simple sonrisa. Vestía ropa formal, escondida detrás de un delantal azul. Al ver que no hacía nada decidió hablar.-Puedes sentarte si quieres, no te vamos a cobrar.

-Está bien...-Me dirigí a la mesa más cercana, no quería caminar.

-Aunque...-Se acercó a la mesa.-Últimamente andamos mal de clientela... ¿Quieres algo?

Me lo pensé un momento.

-¿Tenéis chocolate caliente?

-Marchando un chocolate caliente.-Anunció dirigiéndose a la cocina.

No tardó mucho en traerme una taza con un humeante chocolate derretido.

-Gracias.-Dije a la vez que cogía la taza.

Él se sentó en la mesa.

-Y dime. ¿Cómo te llamas?

-Thompson, Helen Thompson.

-Helen... Helen... Me suena tu nombre...-Se quedó pensativo, pero después su cara cambió a una de sorpresa.-¡Ah! ¡Helen Thompson, la chica diez!

-¿La chica diez?-Nunca había escuchado ese nombre.

-¡Sí! Te llaman la chica diez porque siempre sacas dieces en los exámenes.

-Ah...-Le di un sorbo al contenido de la taza.

-Yo soy Matt Adams.-Lo miré por un momento.

-No se quien eres.-Volví a beber el chocolate.

-¿No? Soy el chico más popular del instituto, bueno, casi el más popular... puede que menos. ¡Pero mucha gente me conoce!

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