Microrrelato sin título

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Se miraba al espejo. Se miraba al espejo con detención, mirada afilada y rostro torcido. Se miraba al espejo con ganas e interés.

Se miraba al espejo, pero no se reconocía.

El vapor que la envolvía empañaba el cristal y desfiguraba su rostro. Así que, con rabia, retiró el vaho con la manga del albornoz, y volvió a mirarse. Sentía un cosquilleo debajo de la piel y una tensión tras los ojos, el vello se le puso de punta y sintió que las piernas le temblaban. Si era ella, si sabía que se estaba mirando, ¿por qué no conseguía descifrar aquella mirada? Sus ojos brillaban con fiereza, clavándose como agujas oxidadas sobre el cristal, o sobre ella misma, ya no lo sabía.

Frunció el ceño suavemente, apretando los labios hasta que se volvieron blancos. ¿Y si no se reconocía porque aquella /ella/ no era realmente ella? ¿Qué había hecho /ella/ con ella? La rabia volvía como un torrente desbordado, llevándose a su paso la paciencia y el aire de sus pulmones. Sus mejillas ahora ardían en furia, y sintió que en su pecho se abría un vacío profundo y angosto. El cristal empezaba a empañarse nuevamente, y antes de que su rostro, o /su/ rostro, pudieran volver a desfigurarse, alzó los puños y dio un fuerte golpe sobre la superficie. El espejo cayó a pedazos como una lámina de hielo, dejando en sus oídos el repiqueteo dulce del cristal rompiéndose.

Y con aquel tintineo delicado, suave y sofisticado, /ella/ y ella habían desaparecido.

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⏰ Última actualización: Apr 27, 2019 ⏰

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