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Feliz miércoles !! Espero que este capitulo les guste :3

"Laughter is timeless, imagination has no age, and dreams are forever" Walt Disney.

- ¡Suéltala!  - mi gritó se escuchó por toda la casa. Quisiera decir que estaba asustada, pero mi tono era mas bien una mezcla de frustración y diversión por el desenlace de la mañana.

Eros se despegó de Lucy como si quemara y le sonrió con una coquetería innata, por algún motivo mi estomago se apretó en protesta, y tuve que contener un gruñido casi animal.

-Vaya... - murmuro Lucy, sin palabras. Así que se contento con comérselo con los ojos.

Me cruce de brazos.

- Lucas, Boda inminente... - le recordé mosqueada. Ella hizo un mohín con los labios pero despego los ojos de la persona de Eros.

- mi corazón siempre será suyo. - dijo tocandose el pecho dramática. - pero mis ojos son solo míos.

- eres encantadora. - murmuré sarcástica.

Para mi calma mental, vi como Eros se alejaba de  mi amiga para colocarse cerca de mi. Sentí su presencia como el aleteo  de mil mariposas en mi estomago, mis extremidades me cosquillearon por su cercanía  y su olor canela me invadió los sentidos.

Lucy se acerco a él como si fuera una figura traslúcida. Me abstuve de recordarle que hace unos minutos el la tenía agarrada de la garganta contra la pared. Me imaginé que eso podía  llegar a considerarse poco amable.

-de verdad eres... ¿Cupido?

El dios hizo una mueca de desagrado que me excitó sobremanera.

- Prefiero que me llames por mi nombre griego. - hizo un gesto con la mano, desdeñando su otro nombre. - no soporto el romano, nunca he podido con el. Ademas... ¿Qué es ese afán de dibujarme como un querubín en pañales  con arco y flecha? No lo entiendo.

- ¿No usas arco y flecha? - pregunté decepcionada. Me gustaba la idea de tener flechas de amor, ahora esa fantasía  se había ido al traste. Muchas gracias, Eros.

El sonrió comprensivo y me rozo mi mejilla con sus dedos como gesto de consuelo, pero eso solo me hizo arder. Apreté mis piernas, incomoda.

- Antes lo usaba, pero con el paso del tiempo me fue pareciendo... impráctico.

oh. - murmuré aun algo decepcionada. El sonrió con calidez. - te lo mostraré algún día, ¿de acuerdo?

¡Diablos! que era bueno en lo que hacia. Mi corazón dio una voltereta feliz no solo por la perspectiva de ver un instrumento del que solo había escuchado en mitos,  me ilusionaba mas saber que el planeaba quedarse lo suficiente para mostrármelo.

Nos instalamos en el sofá de la sala, les serví un poco de té helado, el cual Eros olisqueó y curioseó hasta que yo le robé la pajilla y le di un buen trago, el me lo quitó con un gruñido de protesta.

Lucy lo bombardeo con las mismas preguntas que yo le había hecho, y el le contesto con paciencia a cada una, como si fuera la primera vez que le hacían ese mismo interrogatorio en su vida. que comenzaba a enterarme, era muy larga.

- ¿cómo es posible que todas las mujeres del mundo no estén enteradas que te pueden convocar cada que se les antoje?

- solo existe un pergamino. - le dijo encogiéndose de hombros, me miró con un destello travieso en sus ojos azules, una nube de pesar se coló entre ellos pero lo elimino con un suave parpadeo y una sonrisa arrebatadora. - ademas, yo decido ante quien aparezco.

Pestañee sorprendida, un calor se filtro en mi pecho, feliz de saber que el había querido aparecer. El se encogió de hombros quitándole importancia.

- necesitaba conocer a la mujer que quería rasgarme la toga con los dientes. - se justificó con una sonrisa de diablo.

Me quede de piedra y Lucy solo una carcajada. Yo lo miré sin podérmelo creer. Jamas dije esa frase en voz alta... ¿o si?

- ¿por cuanto tiempo estas aquí?  - preguntó ella sonriendo y mirándonos a ambos, yo me revolví incomoda y miré a Eros aclararse la garganta.

- Una vez que se acepta la invocación mi estadía formal es de 31 días.

-¡un mes! -exclamó Lucy. - vaya eso es... ¿mucho?

- esta perfecto, Lucy. - masculle en voz baja.

-¿y cuales son las reglas? -preguntó ella como si no me hubiera oído. Su alma de abogada surgió. Que Cristo nos ayudara. - me refiero... ¿que debes y puedes hacer mientras estés aquí, con Gwenny?

Eros me sonrió haciendo que mi estomago diera ese baile que parecía ya ser normal cada vez que el me dedicaba algún tipo de atención. Patético, sin duda.

- Planeo  ayudar a Gwendolyn a encontrar el amor. - contesto llanamente. - Mientras yo la ayudo, soy un hombre libre para divertirme por mi parte, ya sea con mi invocadora o sin ella.

El silencio cayó denso y cortante. mi cuerpo se tenso completó y lo fulmine con la mirada, furiosa por hacerme sentir un puñetazo en mi corazón. El no me había hecho nada directamente, pero escucharlo decir que no le importaba de quien recibía atenciones siempre y cuando lo hiciera... Auch.

Lucy pestañeo como si aquella noticia le sorprendiera.

- ¿no estabas casado? - preguntó inocentemente.

El gesto de Eros se torno de piedra, su cuerpo entero entro en tensión y la miro como si quiera desprenderle la cabeza del cuello. El miedo se filtro en mi piel.

-Tu no sabes nada sobre mi, mortal. - le gruño el visiblemente intentando controlarse.- nunca actúes como si lo hicieras.

-  lo siento. - murmuro ella incomoda.  Rocé mis dedos por el brazo tieso de Eros, intentando relajarlo, pero el apartó su brazo del mío  como si este fuera acido y me miro con ojos dolidos. Me quedé callada sin saber que decir o hacer, pero el sacudió su cabeza. Caminó hacia las escaleras y sin decir nada se fue.

Wooah, Tranquilo Eros.... ¿por que tanto problema por una pregunta tan simple? *ojitos de niña que no rompe un plato*

Bueeeeno, supongo que ya lo averiguaremos mas adelante!, por el momento les mando un beso! nos leeremos pronto, cualquier duda o comentario no duden en hacérmelo saber.

PD: Recuerden que si hay errores de ortografía es porque aun no he editado la historia :3 jejeje.
Besos, Swan2Black <3

Querido ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora