Es miércoles !!! Al fin, ¿A alguien mas se le hizo eterna esta semana? ¿no? ¿solo a mi? jejeje :3
"Sometimes the smallest things take up the most room in your heart" - Winnie the Pooh.
Regresé a la casa con la conversación que acababa de tener con Afrodita aun bombardeando mi mente. Estuve a punto de saltarme dos altos y chocar contra una pobre señora que probablemente se le acababa de cortar su esperanza de vida a la mitad por el susto que se llevó.
Apagué el carro mirando mi casa, pensando en que debía hacer.
No había forma de que le contara a Eros mi pequeño intercambio de palabras con Afrodita, eso solo lo molestaría, ademas, no era como si yo pudiera hablar sobre ello. Por otro lado... quería saber mas sobre el pasado de Eros, quería saber quien era Psique.
Entre a la casa y coloqué las llaves en el gran tazón de la entrada. El olor a canela me invadió entera y tuve que quedarme parada por unos minutos, cerré los ojos e inhale hondo. Era como si la esencia de Eros flotara libre por cada rincón de la casa.
- ¡Ya llegué! - salude levantando la voz para hacerme oír. La cabeza de Eros se asomó por las escaleras, estaba envuelto en una toalla y por las vistas de su cabello húmedo, se había bañado.
- Hola, nena. - me saludo bajando bien quitado de la pena, sus músculos y entradas se presumieron preciosamente pero el apenas pareció notarlo, su sonrisa, sin embargo, decía otra cosa.
- Eh... hola. - respondí quedándome parada en mi lugar, si pudiera manifestar mis deseos con el poder de mi mente... esa toalla hubiera desaparecido tan rápido como un gato frente a la posibilidad de un baño de espuma.
- ¿Lista para nuestro entrenamiento? - me preguntó acercándose un poco mas hacia mi, yo retrocedí sintiendo los colores subir a mis mejillas.
- Creo que primero deberías cambiarte.
- ¿Te molesto? tus ojos dicen otra cosa. - me informo con coquetería, pero eso solo me hizo recordar a su madre y lo espeluznante de nuestro encuentro, mi sonrisa se congelo en su lugar y Eros frunció en ceño extrañado. - ¿esta todo bien?
- Yo...
El se acercó a mi unos pasos y de repente sus ojos flamearon.
- Hueles a sexo, Gwendolyn. - su tono era para cortar hielo, y su sonrisa había desaparecido de su expresión, sus ojos me miraron fulminantes, en busca de una explicación. pero... ¿Cómo podía yo explicar algo que de lo que no podía hablar?
- No es lo que crees - dije desesperada, dando un paso hacia el, pero me miro con la cara contusionada por el asco evitando que diera otro paso mas.
- No me interesa, Gwendolyn.
Hizo aparecer como por arte de magia unos pantalones y una camisa negra haciendo que la toalla fuera olvidada y con ella su actitud coqueta. sentí frío al verlo tan distante, pero parecía cerrado a que yo le explicara, y eso comenzaba a molestarme. ¿Ni siquiera iba a pedirme una explicación? ¿Tan poco confiaba en mi?
- Bueno. - acepté a regañadientes. Comencé a caminar a la cocina pero de repente me detuve.
Yo no había echo nada mal. Su madre era una mujer neurótica que no sabía como marcar la linea entre la vida privada de su hijo y sus putos asuntos. Yo no tenía nada que ver en esa pelea.
Creí que éramos lo suficiente amigos como para confiar el uno en el otro, me sentía indignada por su acusación. ¿yo oler a sexo? ¡si era prácticamente virgen, chingada madre!
- Eres un idiota. - le dije molesta. El me miró con un gesto de aparente aburrimiento, pero no me lo trague, estaba furioso, y no tenia derecho a estarlo, yo por otro lado...
- ¿Ah, si? Soy idiota, claro. - aceptó caminando hacia mi de nuevo, su arrebato le estaba costado mantener su apariencia real bajo control y sus ojos se estaban volviendo dorados mas que azules. - pero por creer que eras inocente, que había encontrado a una... - se calló de repente y dijo con cuidado - ...amiga que valiera la pena conservar. Una mujer digna de admiración. Pero resultaste ser la peor. - su voz se alzó al decir la ultima frase - eres igual que Psique.
- Si confiaras en mi... - comencé intentando calmarnos a ambos, pero el no estaba dispuesto a escuchar, me arrincono contra la pared y siguió hablando como si yo no tuviera voz ni voto en la situación.
- No me hagas reír, Gwendolyn. - escupió ponzoñoso. - todas ustedes son iguales: mismas excusas, mismos motivos, mismas manipulaciones. Sin duda sigues soltera, eres una puta, solo te abres de piernas a cualquier hombre y luego finges ser una puritana, ¿pues sabes que? - yo sentí las lagrimas querer salir de mis ojos, pero las contuve bajando la cabeza y pestañeando con rapidez, el no me lo permitió y su gesto se endureció al verme en ese estado, no se quien era este hombre, pero no era Eros, no el que yo había conocido y comenzado a querer. - ¿sabes que? - repitió molesto, haciéndome levantar la mirada. - No tengo porque respetarte, ya no mas. Haré mi trabajo porque es algo que debo hacer, pero para el final del mes, me ire, y ninguno de los dos recordara que algún día se conoció.
- No hagas esto, Eros... - murmuré asustada y herida hasta el alma. Si tan solo me dejara explicarme, si tan solo creyera en mi, si no estuviera tan lastimado por su ex esposa, la tal Psique de verdad lo había jodido. - déjame explicarte... - intenté por ultima vez, pero el se estaba alejando de mi, era como si aquel hilo que nos había unido durante estos últimos días se estuviera estirando al punto de tensarse, mi corazón dolía por cada paso que daba hacia la puerta de entrada.
- Estate lista el viernes a las ocho de la noche. - sus ojos me recorrieron con un asco que me hizo gimotear de dolor pero el no tuvo compasión y masculló antes de salir - quiero terminar con esto lo antes posible.
¡WOOW! ¿Que mal se pone no creen?
JUJUJU seré mala, lo se. Sorry, no me odien :3 Eso es todo por hoy! nos leeremos la próxima semana, que pasen un bonito día !!
Besos, Swan2Black <3
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Querido Eros
ChickLit••• C O M P L E T A D A ••• - ¿No sabes quien soy? - se señalo con un deje ofendido en la voz al tiempo que me miraba con descarado deseo. - Soy Eros, Dios del sexo y del amor, y por todo este mes... todo tuyo. Derechos reservados. Di NO al plag...