XVIII

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Aquí les dejo el siguiente capitulo!! debo advertirles que tiene contenido que puede ser considerado fuerte para menores edad, así que considérense sobre aviso. Disfruten de del capitulo!! 

"shoot for the moon, even if you miss, you'll land among the stars"

En mi vida había pensado que perdería mi virginidad con un Dios griego... y debo confesar que tuve bastante tiempo para divagar al respecto.

Tal parece ni siquiera una imaginación como la mía podía predecir que esto podía llegar a pasarme.

No que me estuviera quejando, claro.

Después de mi afirmativa, Eros había sonreído mostrando aquella sonrisa torcida que me hacia temblar de placer, musitó algo en Griego antiguo y  había hecho aparecer de la nada una camioneta negra con sus respectivas llaves. Quisiera decir que me sorprendí ante ese despliegue de poder, pero para entonces ya había visto como Eros era capaz de hacer aparecer y desaparecer objetos, así que solo sacudí la cabeza murmurando lo surreal que me parecía todo y acepté la mano de Eros para ayudarme a subir al carro.

 El camino  de regreso a casa fue en silencio, ambos enfrascados en nuestros pensamientos. Miré por la ventana recargando mi cabeza hacia un lado, preguntándome en como me estaba atreviendo a hacer esto. ¿De verdad sería capaz de acostarme con Eros y buscar al amor de mi vida mientras? digo, no es como que mi futura pareja vaya a ser virgen, de verdad que lo dudaba, y me parecía injusto que yo debía seguir siéndolo, eso no me hacia una puta, ¿verdad?

Eche una ojeada al banquete de músculos que estaba sentado a mi lado y la boca se me hizo agua.

Al diablo, me dije, la que no es puta no disfruta.

- Ya casi llegamos. - me dijo serio. Yo gruñí en respuesta, nerviosa por lo que estaba por pasar entre nosotros. No tenia nada de experiencia mas lo que había leído en novelas eróticas, ¿Cómo iba a seguirle la corriente? ¡Dios! iba a hacer el ridiculo de mi vida.

- Antes que nada, debemos aclarar algunas reglas. - me dijo estacionando el carro. Apagó el motor y me miró por entre sus pestañas espesas, yo asentí intentando aparentar profesionalidad, y le rogué a Dios que el gesto me saliera bien.

- Deberíamos de entrar, tengo frío. - respondí intentando ganar algo de tiempo, el me miró por unos instantes y al final asintió.

- De acuerdo.

Se bajó primero y caminó para abrirme la puerta, me alegre que aun con su baja opinión de mi en ese momento siguiera preocupándose por tratarme como una dama, aunque el ya hubiera dejado claro que me pensaba como una mujer fácil.

Me di cuenta que estaba bastante enojada con el y eso me dio fuerzas suficientes para jugar el papel que el me había puesto y caminar con toda la altanería del mundo hasta la puerta, el me siguió con gesto duro y cerró la puerta con seguro.

Me acerqué a mi sala y me senté con vanidad femenina, intentando destilar la misma sensualidad que una Diosa, para mi recompensa vi como se le dilataban las pupilas a Eros. Contuve la respiración, podía hacer esto, de verdad que si. ¿no?

- ¿Cuales son tus términos? - pregunté. Mientras mas rápido terminaremos con esta parte, menos incomoda me sentiría yo.

- Esto es solo sexo, Gwendolyn. - dijo tomándome la mano y haciendo pequeños círculos como caricias por la parte interna de mi muñeca. - No nos relacionaremos de manera romántica. Me encargaré de mantenerte satisfecha siempre, y tu harás lo mismo por mi. Ademas, esto no va cambiar nuestro objetivo principal: encontrar al amor de tu vida. - me miró de arriba a abajo y se relamió los labios, yo intente tragar pero tenia un nudo en la garganta y lo califiqué como misión imposible. - Tercera y ultima condición: Durante el tiempo que estemos involucrados, no verás a nadie mas.

Querido ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora