Querido Eros

L A B O D A

Este es un segundo epilogo para relatar la boda de Lucy y como los personajes siguieron comportándose. Quiero que quede claro que esto paso dos meses  después de que Gwen y Eros se conocieron, ya que Eros fue invocado en Febrero 14 y la boda de Lucy se celebraría dos meses después, entonces Gwendolyn si bien ya esta comprometida con Eros (eso paso en Marzo) no se casaran hasta después de la boda de Lucy. 

Les digo todo esto porque no quiero confusiones ni que me anden diciendo que no tiene sentido mi novela, porque si la tiene. 

Espero que este capitulo extra (y el ultimo de esta novela, se los juro) sea de su agrado, los amo! 

Punto de vista de Gwendolyn. 

- ¡Lucy, por ultima vez, no! No puedes comerte ese pastel hasta después de la boda - le prácticamente gruñí a mi mejor amiga que miraba con una mezcla de ansiedad y deseo al pastel de tres leches que habían dejado unos meseros en nuestro cuarto de hotel que mas bien parecía un campo minado con vestidos, zapatos, maquillaje, pétalos de flores (no me pregunten porque, ni quien las trajo, en este punto de mi día ya no me importaba en lo absoluto) creo que vi una papa frita tirada en un cojín cuando entre pero decidí no comentar sobre ella. El punto es que el sitio era un desastre con niveles nucleares y Lucy estaba tan nerviosa por la boda que se celebraría en treinta minutos, con mas de cuatrocientos invitados (ni idea de como invitaron a tantos, pero hey, mis próximas nupcias prometían tener a los invitados mas influyentes del Olimpo, así que, ¿quién soy yo para juzgar?) que lo único que podía pensar era en comerse el pastel de apariencia divina, al que yo tambien le había echado el ojo para ser completamente sincera. 

- Estoy tan nerviosa, Gwenny... - se quejo Lucy haciéndome un puchero de lo mas adorable y entornando los ojos hacia la ventana - estoy segura que pueden oler mi miedo. 

Esta vez tuve que bufar. Llevo encerrada con una histérica y apunto de casarse Lucy, que tal parece se convierte en todo un perico y no puede mantenerse  quieta por mas de cinco minutos. Era como ver a un Chihuahua bajo los efectos de un RedBull. Que fue gracioso en su momento, pero después de casi cinco horas en su compañía me sentía a  apunto de espolvorearle un Xanax en su próxima champaña, por el buen de la sociedad... y por el suyo tambien, porque unos cuantos minutos mas en su presencia  hiperactiva  y una de las dos iba a salir mal parada...y no iba a ser yo. 

- No seas ridícula, nos aseguramos de decirles que se limaran los caninos ante de venir y que tenían prohibido comerse a los novios. 

Lucy relajo un poco los hombros y me guiño el ojo, mostrándose mas como ella misma. 

- Entonces te sugiero andar con cuidado, tu eres parte del menú. 

Sonreí mostrando los dientes mientras me acercaba a arreglar el tocado de su cabello y esparcir la cola del vestido para evitar que lo pisaran. Eramos tres damas de honor y yo era la que iba a frente, gracias a mi eterna amistad con la novia Chihuahua. 

- Te ves hermosa, Lucy. - La elogiaron las otras dos, ambas eran compañeras de la firma de abogados en donde trabajaba Lucy y fieles a su perfil profesional tenia un porte recto y hablaban con confianza, no es que me gustaran mucho los abogados, pero Lucy era fiel a sus principios y jamas se haría migas con alguien que aborreciera solo por conseguir status social. 

- Espera a que Lucas te vea... ¡se va infartar! 

Tenían razón. El vestido era descubierto de los hombros y con un corsé liso blanco estilo princesa, no tenía tul pero tenía suficiente volumen para no verse caído y se ceñía a su cintura de una manera espectacular, dejando clara la forma de reloj de arena en su cuerpo.  Su cabello estaba recogido con un moño y dejando libres unos mechones claros y el velo... el velo le daba magia al vestido, creando una apariencia angelical que contrastaba perfecto con la silueta atractiva del vestido. Se veía para quitar el hipo y a  Lucas le iban a crecer ojos solo para admirarla mejor.