—¿Y ahora a donde vas? –gritó Taehyung al darse cuenta que cruzaba la puerta.
—Voy en busca de mis cosas, vengo enseguida tu descansa, mi abuelo te ayudará. O eso espero –dije lo último en un susurro callando preocupación.
Llegué a casa, recogí algunas prendas y las metí a una mochila, también un reproductor de música y audífonos. Estaba por salir pero sentía que algo me faltaba así que regresé a mi cuarto y revisé todo pensando que al momento de verlo me sentiría mejor.
Registré de allí para acá buscando quien sabe que hasta que algo me llamó la atención, el libro que había encontrado estaba abierto en par sobre mi almohadón, lo cogi y comencé leyendo la fecha.
—Esto ya es un poco antiguo —seguí leyendo hasta encontrar un nombre en esa página que resaltaba, mi nombre estaba escrito en letra cursiva y ennegrecida a más no poder, totalmente marcada a través de esa hoja en blanco en mitad del libro.
Voltee la hoja encontrándome que no todo el libro estaba en blanco a partir de mi nombre ya había escritura en ella, parecía ser una especie de diario.
(...) Nuestro primer encuentro fue muy extraño y hasta totalmente inesperado. Verlo allí todo débil me hizo sentir pena por él, no podía dejarlo morir de frío en medio de una calle tan solitaria como la de ese día, debía hacer algo rápido. (...)
Era pleno día de invierno, con un café en mano caminaba con mi otra mano en el bolsillo bebiendo de a sorbos por las calles más solitarias que en mi vida había visto, era una tarde demasiado solitaria incluso para mi quien siente tener todo.
El abrigo que vestía comenzaba a serme ya una carga con tanto café caliente que bebía, empezaba a calentar mi interior y a sofocarme de la calor. Me detuve ya en medio de la calle aflojando algunos botones de esta calurosa capa que llevaba. Casi boto el café que sostenía gracias a que recibí un empujón por la espalda, me volteo y me encuentro con un chico mal herido, con golpes horribles recorriendo su cuerpo y además muriendo de frío.
—¿Podrías...ayudarme?.
Su voz era como la imaginé guiandome por su apariencia ruda, una voz tosca y muy gruesa pero tranquilizadora que incluso sonaba como un niño.
Lo llevé conmigo a mi departamento, lo curé y abrigue como era debido, lucía tan vulnerable ante cualquier ojo, pues lo estaba, estaba muy mal.
Al tratar de quitarle la chaqueta de cuero que vestía liberó un fuerte gruñido, salté del susto y retrocedi un poco al ver como se levantaba con fuerza.
—¿Y tú? –dijo llevándome de espaldas hasta tocar la pared.
—¿Y-Yo qué?.
—¿Quién eres? –me sorprendió de repente besándome en los labios, nada más con un roce y dejándose caer sobre mi caímos al mismo tiempo, yo sostiendolo y él completamente dormido.
Se ha forzado demasiado al querer levantarse de esa manera, pensé. Aún seguía siendo muy joven como para andar involucrado en problemas de pleitos, seguro iba a mi instituto, o quizás sea mi compañero de grado, no lo sé, nunca me fijo en los demás. Yo solo miro en una dirección y es a la de mi profesor SeokJin.
—Debe ser hora de llamarlo...¿Dónde estará mi teléfono?.
Revisé mis bolsillos y hasta los del abrigo grande que vestía hace un rato pero nada, también revisé la entrada quizás lo dejé junto a las llaves, pero tampoco estaba. Escuché de nuevo su gruñido y miré en su dirección, el teléfono estaba en la cómoda a unos centímetros de su rostro. Claro debí haberlo dejado allí cuando lo recosté, dije para mi mismo.
—Así que aquí estabas –tomé el teléfono y marqué a su número, al primer llamado no contestó al segundo tampoco, miré mi reloj de mano, eran las nueve de la noche seguro estaría dando clases diurnas. Suspiré.
—¿Tanto lo extrañas? –me giré encontrándome con su mirada, la cuál solo mantenía un ojo medio abierto y el otro cerrado– Siento lo de antes, no fue mi intención caer sobre ti.
—No hay problema...solo fue un descuido –asintió e hice lo mismo.
—No esperaba que me ayudaras, la verdad creí que me dejarías en la calle.
—Como mi deber de ciudadano no pude hacer vista gorda a tu estado.
—¿No es por que te haya gustado? –bufé un poco.
—No seas tan engreído que con esa cara que tienes ahora no me haces ni cosquillas.
—Vale retiro lo dicho, ya verás cuando me recupere. Puedo ser muy apuesto sabes.
—Oh si claro que lo creo.
—Eres bueno –me sorprendió que de repente hablara sin broma y con sinceridad.
—Trato de serlo. No me gusta ser malo.
—¿Con malo...a que te refieres?.
—Bueno, a esas personas que van de pleito en pleito, o robando, siendo irrespetuosa sin educación...
—¿Alguien como yo?.
—No digo que tu seas mala persona, solo describo un estereotipo de la persona que no me gustaría llegar a ser.
—Uhm, ya veo, ¿Quieres ser como el maestro Seokjin, no?.
—¿Cómo lo conoces?.
—Asisto contigo a clases...por alguna extraña razón me siento ofendido.
—Seokjin es buena persona claramente, me gustaría llegar a ser alguien como él.
—Ahora entiendo, quieres ser esa buena persona que SeokJin merece a su lado, ¿No?. Como un perrito, fiel a su amo.
—No lo malinterpretes, él y yo solo llevamos una relación de maestro y alumno.
—Mira qué relación la de ustedes, que enviarse mensajes de textos con corazones no es más que una señal de respeto, pero que cursileria.
—¿Revisaste mi teléfono? –de repente el teléfono sonó y él se acercó y lo retiró de mis manos en un golpe a mi brazo.
—Ignora ese aparato y mírame –lo miré directo a los ojos, temblando por dentro– ¿No puedes convertirte en alguien como yo y estar a mi lado? En cambio yo seré ese perro fiel a su amo.
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Oli lokis XDDDDDDDDDDDD
¿Que para cuando nuevo cap?
Para k kieres saber eso? Jaja saludos.
Ya okey eso estuvo muy repetido XDDDDDDDDDDDD.
Les traje este cap con amor y con mucho esfuerzo de mi para ustedes porqué se que sufren al no ver un capitulo nuevo ;-; pero ya está ya lo subí y pronto estará el otro...eso espero.
Por si las dudas luego de que JungKook lee ese fragmento, la historia hace memoria o más bien interpreta o vuelve a ese momento. Ya? Okey? Para que no se pierdan tanto ajbdbsnsnsnannansjs adiós.
Ya nos leemos~
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INSOMNIO [VKook]
FanfictionJungKook no logra consolidar el sueño, la imagen de un chico le viene a la cabeza dejándolo dudar de su identidad; se recuesta antes de dormir pensando en ese chico y en como logró aparecer en sus más profundos pensamientos.