Capítulo 8

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—Sin mencionar que fuiste tú quien se lanzó primero...nos vemos, si es que me llamas —dijo esto último con un tono de frialdad, sin importancia, no sabía cómo y porqué mi pecho se sentía distinto, no era yo, tenía angustia.

El fin de semana se volvía largo, veía como los agujas del reloj avanzaban lento como si quisieran atormentarme, mordía mi labio con fuerza, estaba desesperado, no entendía como es que seguía pensando en ese chico alto, aún más por querer saber que estaba haciendo en estos momentos, quizás jugando con otros chicos, o quizás no.

Cierto, había mencionado si lo llamaba podía tal vez llegar a mi, pero no lo haría, la angustia me carcomia por dentro, quería acabar con esto, quería terminar con el estúpido sonido de mis latidos, sentía que podría estallar.

Mi mamá entró en mi habitación sonriendo, con una bandeja en mano y las píldoras de siempre junto a un frío vaso de agua.

—Tómalo con cuidado,  cariño –sonreía pero le entristecía verme tomar píldoras, siendo que podía ser un niño normal y sin problemas, pero no.

Salió cerrando la puerta con cariño,  me recosté esperando que las píldoras hicieran efecto, pero en cambio estas me mantenían aún despierto, miraba como el techo blanco jugaba con mi mentalidad, convirtiendo esas pequeñas grietas en quizás autos voladores.

Si, seguía siendo un niño soñador.

El techo blanco se comenzaba a tornar a un negro leve mientras que de este salían pequeños puntos brillantes como estrellas, en cuánto un cohete apareció sonreí al ver que este daba vueltas en círculos sin dirección exacta, como yo, el sonido de la puerta cerrarse y el de un motor prenderse me dejaba claro que otra vez mi madre salía a una de sus "reuniones".

Marqué a Jimin, pero este no respondía, era comprensible que estuviera dormido, eran cerca de las 2 de la mañana y yo aún sin poder consolidar el sueño,  pensando en...en él.

—¡JungKook! –el vidrio de mi ventana se llenaba de piedrecillas amenazando con explotar, una tras de otra golpeando aún más fuerte el vidrio.

Caminé hacia el vidrio, sonreí al verlo sonriendo y torpemente acariciando su nuca al verme furioso, comenzó a subir por la escalera de mi patio.

—Es demasiado fácil entrar a tu casa, podrían incluso matarte, cualquier maniático puede entrar.

—Tú eres él que se escabulle en casas ajenas.

—Vine a verte, no a escabullirme,  además tu me llamaste.

—¿Yo? –estaba seguro que no había ni siquiera enviado un mensaje, por temor, pero estaba contento que el estuviera en mi pieza.

—Me llamaste desde aquí –tocó mi frente con su dedo índice– Los dementes tenemos un intercomunicador instalado desde la primera sesión de pastillas.

—No seas bromista...

—¿No me crees? –negué con mi cabeza y crucé mis brazos negándome a su afirmación.

—Intenta pensar en algo, lo adivinaré –que más podría salir de mi cabeza en estos momentos que no fuera él, mis pensamientos eran totalmente de él.

—No podrás adivinar –sonreí al ver que su rostro se mostraba sombrío.

Creyendo en que no podría adivinar ni siquiera acercarse a la respuesta, este cambió mi pensar empujándome a la cama de espalda y posicionándose encima, mientras acercaba sus labios a los míos.

—¿Qué demonios haces?.

—Adivino...sientes que vas a enloquecer, cada vez que me acerco de esta manera.

Incluso el verte me hace enloquecer...

—Es fácil saber en que piensas mientras esos ojos me den la respuesta,  podría leerte igual que un libro y resolverte como un problema de matemáticas, así de sencillo es esto.

Sin soltar aún mi mano la entrelaza con la suya en un fuerte apretón.

—¿Puedo pedirte un favor? –este se mostró sorprendido a mi pregunta.

—Lo que quieras.

—¿Puedes dormir conmigo esta noche? –lo sé, sonaba totalmente extraño pero necesitaba tenerlo, creía que si me despedía de él esta noche no podría dormir sin su presencia, menos sabiendo que se encontraría con otras personas en esta larga noche.

—Claro...

Y así fue como tuve a Taehyung a mi lado durante toda la velada mientras que él dormía mis ojos no podían cerrarse pero ese sentimiento de comodidad llenaba este ser, pensar que podía estar durmiendo, en cambio me mantenía viendo este rostro perfectamente simétrico.

—¿Porqué no duermes? –me asustó escuchar su voz adormilada.

—No puedo.

Me acercó a él en un abrazo, podía escuchar como sus latidos se profundizaban en su pecho como sus grandes manos acariciaban mi cabellera y como esa respiración serena podía producirme tanta calidez.

No funcionará...

Poco a poco mis ojos comenzaban a cerrarse como si sus caricias fueran milagrosas comencé a tener sueño, no como antes que por medio de píldoras podía caer en un profundo sueño, las manos milagrosas calmaban mi sistema nervioso liberando cualquier nudo en mi, podía dormir en el pecho de Taehyung como si nada, calmado.

Duerme bien, príncipe.

INSOMNIO [VKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora