—Entra antes que sea de noche –dije sin ánimos levantándome con cuidado de no rozar con su brazo herido.
—Entraré en cuanto el sol se esconda.
—Está bien –le contesté seco y con expresión sombría mientras que el solo se limitó a mirar de reojo como me alejaba.
Caminé tranquilo por la sala de estar, casi cavando mi propio sendero en el piso de tantas vueltas que ya había dado alrededor de la habitación. Me hubiera gustado que sus palabras hayan sido un "si" o un "podemos hacerlo" pero en cambio recibí una negación de su parte quitándome las pocas esperanzas que comenzaba a tener.
—¿Empezaremos esta noche, no?.
—Ahora mismo no está listo, ni siquiera tiene ganas de hacerlo.
El anciano soltó un suspiro agarrando su sien para luego hablar.
—Asegúrate que sea esta noche, es su última oportunidad.
Asentí, me dejé caer en el gran sillón que daba con la ventana del patio donde él seguía estando. Lo observé por unos segundos luego recordé nuestra conversación que tuvimos hace un rato.
—¿Has oído? –dije en un susurro para mi mismo que en realidad iba dirigido a él, levanté bien mi mirada y observé como el asentía lento acompañado de un suspiro, claramente yo no podía oír su respiración pero a juzgar de su gesto pude deducir que el estaba liberando una gran cantidad de aire contenido en ese suspiro.
Cargué mi cabeza hacía atrás, luego de un largo momento de silencio volví mi mirada a su espalda.
—Supongo que sigues pensando lo mismo –contrario a su pasada reacción alzó sus hombros en señal de inseguridad– ¿Has cambiado de parecer? –pregunté ya un poco con voz normal tranquila pero igual de baja.
El no se movió, ni siquiera respondió mi pregunta, parecía que trataba de ignorarme. Cerré mis ojos a su indiferencia, mi cabeza dolía un poco causándome un malestar también un tipo de pitido resonaba en mis oídos, este se detuvo ahora el sonido se convertía en una voz, su voz.
—Aún hay tiempo para que la noche caiga, tú... ¿Me harías cambiar de opinión?.
Abrí mis ojos mirando en dirección de la ventana, trataba de ubicar su silueta hasta que mis ojos fueron cubiertos por sus manos frías.
—He oído decir que las personas de manos frías tienen un corazón cálido.
—¿Quieres comprobarlo? –ahora me miraba de frente, se acercó un poco sosteniéndose de uno de los reposabrazos evitando que cayera sobre mi, solo se acercó lo suficiente como para que yo pudiera extender mi brazo.
Mi mano se posaba en su pecho, nuevamente manteníamos el contacto visual, corté la distancia con un beso.
—¿Ahora que piensas? –hice un gesto haciendo referencia a lo ya hablado.
Suspiró y observó el vacío a su lado para luego regresar su mirada a mi.
—¿Todos nuestros días serán de esta manera?.
—Todos los malditos días del año.
Él rió y asintió de manera enérgica.
—Cuida esos gestos tuyos que acabarás mal –me limité a sonreír y bajar mi mirada.
—Hyung.
—¿Y eso?. Nunca antes me habías llamado de esa manera –igual que el me sorprendí al oírme llamarlo de esa forma, siempre fuimos conscientes de nuestra diferencia de edad pero aún así nos hablábamos de manera informal, incluso ese día que nos conocimos, donde me referí a el con un "tú" en vez de un "usted", a el no parecía incomodarle por eso a partir de ese momento solo seguimos a nuestra manera sin honoríficos– ¿Qué pasa?.
—Mañana...¿Podemos ir a ver el mar?. Esta vez como dos seres humanos...
Asintió nuevamente.
La noche ya había caído y todo ya estaba listo, en un lado mi abuelo ayudaba a Taehyung a recostarse en el piso mientras que yo seguía sin saber que hacer, solo me movía en ocasiones que mi abuelo me indicaba hacerlo y nada más que eso.
—Jungkook, puedes recostarte a un lado de Taehyung –en la tarde mi abuelo me había mostrado una fotografía sacado de un libro antiguo en donde dos personas descansaban uno a lado de otro solo que en posiciones contrarias uno con los pies a un lado de la cabeza de su acompañante mientras se sostenían sus manos juntas tocando solo sus dedos, seguí las instrucciones y solo imité la imagen. Antes que pudiera estirar mi mano el ya estaba sosteniendo la mía, aunque solo alcanzábamos a rozar nuestros dedos era suficiente.
Mi abuelo encendió una vela, amarilla y otra roja, pasó una de ellas sobre mi cabeza para luego hacer lo mismo con él, nos pidió que cerráramos nuestro ojos, obedecimos y en cosa de segundos yo había caído en un sueño.
—¡Jungkook, no te vayas! ¡Estoy aquí!. No me dejes –logré escuchar la voz de la mujer llamándome de nuevo de manera eufórica.
—Jungkook...–la voz de Taehyung también era clara, incluso su mano sosteniendo la mía seguía siendo muy real.
—Doctor, lo perdemos –dijo está vez una voz distinta, totalmente nueva.
Abrí mis ojos encontrándome con la luz de un foco de hospital, volvía a escuchar voces, miré a mi lado observando que la voz de la chica era la de una enfermera acompañada de un doctor, miré a otro lado esta vez era claramente Taehyung sosteniendo mi mano la cual estaba cubierta de artefactos médicos, detrás de el una mujer llorando a mares, aunque pudiera ver lo que pasaba en ese momento ningún rostro me era totalmente claro, a excepción de el todos los demás rostros estaban borrosos, volví a pestañear esperando que de esta manera mi vista mejorara pero en cambio ya no miraba el techo del hospital ahora era la sala de estar.
—No te detengas, está funcionando –oí de parte de mi abuelo mientras me obligaba a cerrar mis ojos.
El grito de la mujer mayor hizo que volviera a abrir mis ojos regresando a la escena del hospital.
—No hay de que preocuparse, su cuerpo reacciona de esta manera a veces, puede mover sus dedos e incluso abrir un tanto sus ojos...
—¿Acaso no ve que está despertando?. ¡¿Se llama a usted mismo un doctor?! –gritó Taehyung mirandolo de manera ruda al "doctor" ubicado a mi lado.
—Yoongi-ssi, usted prometió que nos ayudaría...
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INSOMNIO [VKook]
Fiksi PenggemarJungKook no logra consolidar el sueño, la imagen de un chico le viene a la cabeza dejándolo dudar de su identidad; se recuesta antes de dormir pensando en ese chico y en como logró aparecer en sus más profundos pensamientos.