CAPÍTULO 16

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-¿Qué ocurre?-El terror deslumbraba en sus ojos.

-La pesadilla, ha sido la peor.-Lloré.-Estoy empezando a pensar que el chico de mi pesadilla es Alex Wilson, mi ex novio. Sé que todo lo que sueño un día se hará realidad. Brian, tengo miedo.-Me escondí en su pecho.

-Tranquila, yo estaré aquí siempre para protegerte. No permitiré que te pase nada, te lo prometo mi vida.

-Danielle.-Dijo el doctor entrando por la puerta.-La fiebre te bajó, parece ser que estas mucho mejor.-Sonrió.- ¿Vas a un psicólogo?-Asentí.-Bien, dale este papel.

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-Y en ese momento, me di cuenta de que yo había estado enamorada de ese chico y de que creí todas sus mentiras. Todo eso solo me hace llegar a una persona.

-¿Brian?-Preguntó Bárbara.

-¿Qué? ¡No!-Reí.- Me hace pensar que es mi ex novio, Alex Wilson, el que tanto daño me hizo, tengo la sensación de que va a volver...

-Está bien, si vuelve a aparecer me lo dices. ¿Si?-Asentí.-Ya te puedes marchar.-Me levanté.

-¡Ah! El médico me dio esto para ti.

Le entregué el papel y salí de allí. Brian me esperaba a la salida de la consulta con una sonrisa en su rostro. Se encontraba esplendido.

-¿Qué tal preciosa?-Posó sus labios en mi mejilla.

-Muy bien, Brian.-Sonreí.

Acarició mi mano lentamente y acercó sus labios a mi oído para susurrar algo en el.

-En casa hay una sorpresa.-Eso hizo que se me erizara la piel por completo a lo que él sonrió.

El camino a casa fue muy silencioso. Yo miraba todos y cada uno de los detalles de las calles de Madrid ya que nunca me había fijado en ellas. Siempre estaban llenas de gente y no había ningún día que pudieras pasar sin que alguien te diera un empujón.

En cambio, en mi pequeño pueblo de Sevilla, todo era mucho más fácil, tranquilo y relajado.

Al llegar a casa Brian tapó mis ojos y noté como abría la puerta despacio. Tiempo después mis ojos estuvieron liberados.

-¿Christian? ¡Christian!-Dije y me tiré a sus brazos.

-¡Pequeña!-Me correspondió el abrazo.

Era la mejor sorpresa del mundo. Que Christian estuviera bien de su enfermedad y hubiera salido intacto, era lo mejor que podría pasarnos.

A los pocos segundos me percaté de la presencia de mi madre en la sala. ¿Qué hacía ella aquí? Recordé lo que papá me dijo cuando nos íbamos a marchar. "Cundo encontremos un trabajo estable para ella en Madrid, vendrá con nosotros."

-Mamá...-Susurré.

Ella solamente se limitó a abrazarme. Un silencio extraño inundó el salón.

La verdad, no quería tener a mi madre aquí, ella nos hizo pasar un infierno que no se me olvidará jamás.

Solamente tenía tres años, cuando mi madre nos abandonó para marcharse con Dominic Blake, un gran empresario con mucho más dinero que mi padre.

Nunca entendí la causa por la cual mi madre nos había dejado. Bueno, en cierto modo si. Ese hombre era millonario, por así decirlo y le podía dar todo lo que ella siempre había deseado. Pero no todo es de color de rosa.

Un día, mi madre, llegó desaliñada, con todas sus maletas en las manos y las lágrimas recorrían su rostro.

Aquel gran hombre, de tanto dinero, había engañado a mi madre, con sus cuatro secretarias. Aunque aceptamos que viviera con nosotros, ya que es mi madre y la ex mujer de mi padre, nuestra relación nunca volverá a ser como antes.

En el momento, en el que pensé que mi vida no podía ir a peor, una voz interrumpió mis pensamientos.

-Hola.-Una voz masculina retumbó a mis espaldas.

Ni una lágrima más. {Dreams1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora