Ni una lágrima más. {Dreams1}

CAPÍTULO 29

Miré a Christian con los ojos llorosos y él enseguida reaccionó.

-Chicos, me voy a llevar a Danielle a casa, creo que debería descansar.-Dijo ayudándome a levantarme.

-¿Qué? ¿Alguien me va a contar lo que ha pasado?-Escuché decir a Katia a lo lejos.

Caminamos juntos hacia casa mientras miles de lágrimas recorrían mi rostro decaído.

-¿Qué pasa princesa?-Me dijo Christian cogiéndome de la cintura.

-Chris, que no puedo, en serio.-Sollocé.

-Elle, tu sabes como estas tú, pero no puedes imaginarte como esta él.

-¿Qué?

-A la mañana siguiente no recordaba nada, por la noche lo encontré y yo llevé a casa por eso despertó en su habitación. Quería ir a buscarte para salir, porque no recordaba nada, en cuanto se lo expliqué, se derrumbó a mis pies. Desde entonces, yo diría que está peor que tu.

Lo que debe de estar sufriendo... Pero no, esto se acabó y se acabó para siempre. Ya nada volverá a ser lo mismo, nada.

Se acabó esta historia que un día fue perfecta.

{...}

-No Samantha, no. ¿Cómo me voy a ir contigo? No, no.-Respondí cansada.

-¡Pero allí estarías mucho mejor! ¡Recuperarías tu vida de siempre! Tu vida de antes. Y te olvidarías de él.

-Pero Sam, tengo mi vida hecha aquí. Mis amigos, mi familia, además, de aquí a que tú te vayas queda mucho.-Dije dando un poco de razón al asunto.-Oye, ¿Mañana vienes al instituto con nosotros?

-Si, mi madre habló con los profesores del centro y me dejaron terminar el trimestre aquí.

-Pues en este trimestre me lo pienso y antes de que te vayas te daré una respuesta. ¿Vale?-Ella asintió.

-Bueno, ahora me voy a dormir que ya es tarde.-Dijo divertida.

Apagué la luz y me dormí.

{...}

-Nada volverá a ser lo mismo, Brian. No me supliques más.

-Por favor, estaba alcoholizado. ¡No fui yo el que se tomó todas esas copas!

-Entonces, ¿Cómo estabas bebido?-Pregunté obvia.

-Porque...yo...

-Lo que pensaba.-Dije alejándome.

-¡No! ¡Espera! ¡Fue él!

-¿Quién?

Abrí los ojos rápidamente, la cabeza me daba vueltas y no sabía muy bien donde me encontraba.

Mi despertador acababa de sonar.

-Buenos días.-Sam se desperezó.

-Buenos días, Samantha.-Dije riendo por la cara tan divertida que había puesto.

-¿De qué te ríes capulla?-Me lanzó un cojín.