~Reencuentros~

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El sonido de la puerta hizo que mi sueño, se desvaneciera ¿ quien seria a estas horas?, espera, ¿ que hora es?. Mire la hora la cual era las 10 de la mañana, vuelvo a ver la hora y arqueo mi ceja- se nota que hoy he dormido de mas

Miro mi puerta la cual accede al patio y si desde mi cuarto se puede ir al patio, y la puerta de cristal, me gusta la verdad. Lo miro detenidamente y veo a alguien de pie en ella, mirando me fijamente, bostezo y me doy unas palmaditas en la cara para poder despertarme, aunque era inútil, tenia sueño. Me levanto y dejo ver mi ropa interior negra, ya que yo duermo solo en ropa interior, me es mas cómodo. Voy directa a la puerta del cristal y miro de mas de cerca a la persona que estaba esperando, lo miro detenidamente y mis ojos se abres como platos - Mario- digo aun mas con sueño y entre un bostezo

- Buenos días, perezosa- dijo el entre una risa

Abrí la puerta y le deje entrar ya que afuera hacia frio, este se sienta en el sillón de mi cuarto y me mira de arriba a bajo- sabes que estas en ropa interior- dijo el con una mirada lasciva

Me miro de reojo y asiento, la verdad no tenia vergüenza de enseñarlo, eso si era en ropa interior, si es desnuda ya es otra cosa.- Ahora vuelo- digo cogiendo ropa de mi armario y  yendo al baño

- Es la primera vez que veo a una chica reaccionar así- dijo Mario desde el otro lado de la puerta

- ¿Cuántas mujeres has visto?

- Muchas

- Impresionante, el lado pervertido sale a la luz- digo entre risas

No se que hizo Mario pero me gustaría ver su cara ahora mismo, salgo del baño en 5 minutos lista con una camisa blanca suelta y unas mallas verdes con unas bambas verdes oscuros y toques blancos, mi pelo recogido con una coleta y ya esta, no me gusta maquillarme la verdad.

- Bueno señor pervertido ¿ quiere desayunar?- digo haciendo una reverencia

- Pues ahora que lo dices- dijo el mientras sus tripas rujían- unas tortitas

- Ahora mismo

Preparo las tortitas mientras Mario mira mi casa- Ya están- digo un poco gritando para que este me escuchara

Comenzamos a desayunar y a reírnos de lo que hablábamos, luego me dijo que íbamos a pasear, yo solo acepte y cogí mis llaves ya que el móvil no me hacia falta, caminamos un rato y luego paramos en una especie de saliente, mire cuanto media la profundidad y la verdad era impresionante, no se veía el fondo, aunque también me daba la sensación que no tenia que acercarme allí

- Teresa, ¿ cuando es tu cumpleaños?- dijo Mario mirando el paisaje un tanto serio

- Esto...mañana o era pasado mañana, no me acuerdo- dije confusa y poniéndome una mano en la nuca

- ¿ No te acuerdas  de tu cumpleaños?

- Lo siento, es que no me gusta recordar lo, prefiero...no hacer lo

Cuando menciono mi cumpleaños todo mi mundo se vino a bajo, desde la muerte de mis abuelos me siento muy mal, no quiero celebrar lo, ya que mi abuela y abuelo murieron en ese día y delante de mis ojos. Aun recuerdo el sonido del hospital y el sonar de sus corazones latentes en unas pantallas, y el dejar de escucharlo.

- Creo...que lo sabe Miguel...- dije con voz triste, no quería volver a llorar se los prometí.

- Vamos a verlo

Empezamos a caminar pero al rato Mario se puso tenso, parece que haya sentido algo y ese algo no le haya gustado. Miraba por todos lados, no sabia que pasaba hasta que mi mirada se poso en el, ya que este, en segundos, se convierto en un gran lobo frente mía, el lobo de pelo negro y ojos verdes. Mire asombrada toda su silueta, era realmente hermoso. Pero toda mi admiración se acabo, ya que, al girarme a ver que pasaba vi a cuatro personas, y una de ellas me sonaba, era aquel chico que me salvo. ¿Qué hacia aquí?, pero, parece tapar a alguien. Intente ver a ese alguien pero el ladrido de Mario hizo que me pusiera tensa, es como si me ordenase que no me mueva.

- Es ella- dijo el chico que me salvo

- ¿Estas seguro?, aunque viendo a ese perro sarnoso...protegiéndola- dijo una chica de pelo rubio y con los ojos rojos- debes de estar en lo cierto.

El solo le miro amenazante y esta agacho la cabeza, los cuatro saltaron, mejor dicho los cinco ya que la persona que estaba a su espalda se dejo ver, mi cara se torno a una de asombro y temor a la vez

-¿B-Belen?


La chica de dos razasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora