La chica de dos razas

Tanto tiempo...

Observo cada rincon del bosque, miro por los lados, buscando alguna pista de Andrés, algo que me diga donde esta.

Pero todo era en vano, no tenia nada, su olor ya no estaba, sus huellas borradas y alguna pista de el...no encontrada.

Subo al árbol mas alto, mirando a mi alrededor, encontrando algo entre la colina, a las afueras de la ciudad.

Salto de árbol en árbol, acortando la distancia entre el rastro que encontré.

Bajo al suelo y camino sin prisa, ahora estoy en territorio enemigo, en territorio humano.

La gente parecía tener prisa, con sus jadeos, sus molestias y sobretodo sus olores.

Eran olores muy extraños que nunca llegue a sentir cuando creí...que pertenecía a este lugar.

Niños corriendo, madres gritando, esos sonidos demasiado fuertes. Me hacían doler los oídos.

No tenia mas opción que correr.

Con pasos ligeros pero veloces, recorrí la mitad de la ciudad en segundos.

La gente empezó a mirarme, estaba empezando a llamar la atención.

Después de varios murmullos, el grito de una mujer hizo que buscasen el acontecimiento que aclamaba la chica.

- Cuidado! - la mujer grito, esperando el impacto que yo miraba a cámara lenta.

Un chico, casi de mi misma edad, parecía esperar el golpee que recibiría de el camión, parecía...como si de verdad quisiese que le golpease.

En ese lapsus de tiempo, corrí a su lado sin que la gente le diese tiempo a mirar.

Cojo al chico por su cintura delgada, llevándolo conmigo aun callejón, oscuro y a la vez acogedor.

Miro al chico parecía no tener vida, esa mirada, esa expresión...las odiaba.

- Querías suicidarte, verdad?

- Como lo sabes?

- Tu cara lo dice todo

- Porque me has salvado?

- No lo se, impulso quizá...

- Que impulso de mierda...

- Me gustaría darte la razón, pero ver con mis propios ojos como alguien muere...no me gustaría la verdad.

Aunque dijese eso, sabia que en un tiempo muy cercano tendría que vivir en mi propia piel aquello...

- Ven

- A don-

Antes de que el chico terminase su frase, yo ya lo había cogido en mi hombro y llevado lejos de la ciudad, cerca del rastro que antes buscaba.

- Veras, chico, no se porque querías suicidarte pero lo único que te tengo que decir es que no es tan fácil dejar todo atras

- No me entiendes, tu no entiendes por lo que he pasado

- Ni lo entenderé, es imposible hacerlo, pero todo el mundo tiene problemas y tu no eres la excepción, lo único que tienes que hacer es afrontarlo...o intentarlo

- Para que servirá hacerlo...igual seguiré solo y sin nadie

- Todo el mundo esta solo, pero nosotros mismos elegimos si querer estarlo o no

- Eso...

- Así que deja esa mierda de suicidarte y simplemente, vive lo que tengas que vivir.

- Porque tengo que hacerte caso?

- Porque sabes que tengo razón.

- Yo...

Un olor vino a mi, tan fuerte y a la vez familiar, en unos pocos segundos quien producía aquello estaría en nuestro lado y sabia que hacer, destruirlo.