Después de haber enterrado a mi tia, mire por unos segundos el paisaje desolado de una casa destruida. Estaba entre furiosa y deprimida, ¿porque ella estuvo en medio de este problema? Solo se me ocurria una respuesta, era yo. En mi cabeza rondaban tantas preguntas pero algunas...no me hubiesen gustado pensar.
Mire por ultima vez mi antiguo hogar, despues de mirarlo fui donde Andres se encontraba, sentado en una rama de un arbol cualquiera. Me acerque a el y con rapidez subi a la rama, poniendo a su lado.
- Ya...- dije con tristeza, susurrando.
- Bueno... Tenemos que ira un sitio...mejor dicho a dos.
- ¿Donde?
- Ya lo veras.
Estaba un poco deprimida, no me apetecia hacer nada, pero no queria que Andres estuviera implicado en mis sentimientos.
Comenzamos a caminar, para luego correr. ¿Tanta prisa tenia? Estuve todo el rato mirando al suelo, pensando en muchas cosas. Poco a poco empezaba a escuchar mas pasos a mi alrededor, olores que identificaba perfectamente. Eran lobos. Mire a los lados, observando cada parte del paisaje a mis lados, vi unas sombras correr.- Andres...- dije poniéndome a su lado aun corriendo. ¿Por qué no paraba?Este me miro y cogiéndome del brazo paro en seco. Le mire entre asustada y nerviosa, ¿iba a dejar que ellos me tuviesen? Mire como los lobos se acercaban a nosotros, lobos enormes con distintos colores, pero entre esos colores destacaban dos, de un pelaje negro y brillante. Estos se pusieron enfrente nuestra mientras que los demás nos rodeaban en un circulo. No había escapatoria.
- Vengo en son de paz, tranquilos. Ademas, voy con ella asi que no hagáis nada de lo que os podáis arrepentir.
Le mire sorprendida, ¿los conocía? Un lobo de pelaje negro y ojos marrones se acerco a mi, con cautela. Este inclino su cabeza mientras me miraba atento. No quería que se me acercase.
Me junte a Andres mientras miraba furiosa a todos los lobos que me rodeaban. El lobo hizo un gesto. Parece que Andres lo comprendió ya que empezó a caminar, cogiéndome de la mano y guiándome. Caminamos rodeados de los lobos, llegando a la casa en la que antes estaba, de la que me había escapado.
Entre casi a la fuerza ya que intente huir pero el agarre de Andres fue incrementando, al punto de hacerme bastante daño. El lobo que antes se acerco a mi, desapareció. En ese momento escuche pisadas, unas mas rápidas que otras. Hasta que finalmente tres personas aparecieron frente nuestra. El alfa de la manada, Mario y Miguel.
- ¿Sabes a que venido?- dijo Andres firmemente
- Me hago una idea, pero sentaros si queréis, creo que tardáramos bastante en acabar con esta conversación- dijo el alfa mirando a Andres y a mi fijamente.
Sentía la mirada de Miguel sobre mi, ese sentimiento de pena que hacia mucho que no recordaba y menos de el. Le mire por unos segundos. Estaba a punto de llorar, tenia un nudo en la garganta y sentía como mis ojos se llenaban de lagrimas. Me limpie rápidamente y respire hondo.
- Ella no se quedara con vosotros.- dijo Andres finalmente, rompiendo el silencio tan incomodo en el que estábamos.
- ¿Porque?- dijo Mario apretando su mano derecha, formando un puño.
- Lo primero, ella no es un objeto y segundo todo lo que ella puede hacer, no lo podréis manejar. Para eso estoy yo, no hace falta mas. Ya os la arreglareis con vuestra batalla inútil que tendréis con los chupasangre, ella no participara.
En ese momento vi como Mario y Miguel se quedaban sin habla pero el alfa hablo.- ¿Quién eres tu para ella?
- Soy su protector.
- ¿Quién lo decidió?
- Sus padres.
El alfa se masajeo su barba mientras miraba atentamente la ventana.- Entonces, sabes que nosotros no somos los únicos que queremos su poder, ¿verdad?
El asintió para luego decir- Los vampiros también lo quieren y no lo tendrán.- dijo Andres mientras me volvía a agarrar de mi mano.- En este momento sois enemigos, y no dejare que os acerquéis a ella.
Este me llevo a la salida, no me puse a ello. No quise hacerlo. Volvimos a caminar mientras escuchaba a las personas hablar y algún lobo vernos, mientras gruñía entre dientes. Volvimos a correr, sabia que pasaría ahora.
Los lobos empezaron a perseguirnos, y Andres no corría tanto como pensaba, vi como los lobos empezaban a acercarse, mientras cerraban sus mandíbulas, haciendo un fuerte ruido con sus dientes. En ese momento saque mi lado vampiro, ¿Cómo lo se?, fácil, mi vista mejoro de nuevo y mi velocidad empezó a incrementar y con ello, a bajar mis pulsaciones. Con ello sabia que ahora no era humana. Cargue a Andres a mi espalda, viendo delante mía el acantilado que separaba los dos clanes. Cogí velocidad y con un gran salto sobrepase el territorio, cayendo perfectamente. Pare en seco, dejando a Andres en el suelo con cuidado, mire al otro lado a los lobos que se quedaban quietos, en ese momento vi una mirada conocida, Miguel. Este era un lobo, de ojos marrones y pelaje negro, me miraba con tristeza, en ese momento lo supe. Para mi y para el, era un adios.
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La chica de dos razas
WerewolfUna guerra entre las dos razas mas peligrosas que haya pisado nuestra amada Tierra. Dos jóvenes rompiendo reglas y un monstruo nacido de aquellas personas. Una persona con una misión desde que nació. Una masacre se acerca. Una gran guerra se avecina...