~Desesperación~

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Estaba muy confusa, Belen estaba con ellos y con solo fijarme pude ver que era uno de ellos, un vampiro. Porque las dos personas mas importantes en mi vida no me dijeron tal secreto, ¿no confían en mi? o sera que nunca fui su amiga y solo quisieron destruirme...como en mi sueño la que yo creía pesadilla.
Todo en mi daba vueltas, me empezaba a doler la cabeza y a subir mi temperatura, mis latidos cada vez eran mas rápidos. Di pequeños pasos a atrás, algunas miradas eran para Mario pero la mirada de Belen se clavaba en mi, era como un puñal que se insertaba en lo mas profundo de mi ser. Quise huir de allí , pero un gran dolor en mi pecho hizo que gritara, dirigiendo todas las miradas en mi, incluida la de Mario. Veía todo borroso y mi cuerpo parecía romperse, mire a Mario con terror, no sabia que me pasaba.

Fue en ese momento que paso, mis huesos crujieron haciendo que me tirar al suelo del dolor, comencé a crecer y uno de mis ojos empezó a ver en dos simples color, el negro y el blanco, en el que también estaba el gris, su intermedio, pero me era raro ver con un ojo así y con el otro normal o mas bien mejorado ¿Qué me había pasado?, pude ver en la cara de todos sorpresa pero tres de ellas se formar a una de preocupación.

Estaba totalmente asustada, lo único que hice fue, correr, huir de aquel lugar. Quería estar sola pero eso era imposible, solo corría y corría. Pose mi vista hacia abajo y pude darme cuenta de que no corría a dos pies, si no a cuatro patas. Esta no era yo, no lo era. No se cuanto corrí pero lo único que se es como acabe en la casa de mi tía, la veía ahi a lo lejos, y solo se me ocurrió una cosa, entrar. Intente ir a mi habitación ya que deje la puerta del patio abierta y para mi suerte pude entrar. Cuando empecé a ver todo, mi vista se clavo en el espejo, era un lobo, con el pelaje blanco puro. Me fije mas en mis ojos y uno lo tenia rojo y otro verde, ¿Por qué ?

Camine hasta un rincón de mi cuarto y comencé a llorar, todo lo que tenia guardado salió de mi, no sabia si los pequeños quejidos de el lobo eran también míos lo único que se, es que por dentro mi alma se estaba rompiendo en muchos pedazos.

No se cuanto tiempo paso solo se que para entonces, se había echo de noches y pude escuchar abrirse la puerta y la voz de mi tía llamándome .
Escuchaba los pasos mas fuertes y cada vez mas cerca hasta que abrió mi puerta y me vio, esta se asusto pero solo me miraba, pero no era una mirada de asco, si no de sorpresa y preocupación. Esta se acerco a mi y su mano se acerco a mi hocico, tenia miedo pero me llene de confianza y acerque mi hocico hasta su mano, notaba su calidez y eso me hacia feliz, esta me abrazo y comenzó a acariciarme dulcemente. Estuvimos mucho tiempo asi, hasta que ella comenzó a hablar

- Teresa, eres tu,¿verdad?

Yo solo la mire y asenti, tenia miedo, y si ahora ¿ella también me abandonaba?. Me apegue mas a ella, si mi tia se quería ir, por lo menos quería sentir su calidez un poco mas.

- Debes de estar asustada- dijo mi tia con una tristeza en su voz- tranquila, yo estoy contigo.

Aquellas palabras me tocaron el alma, toda mi preocupación se disipo con mi transformación, volviendo a ser humana. Abrace a mi tía por un buen rato mientras lloraba en silencio, al cabo de unos minutos mire de reojo mi cuerpo y en efecto, estaba desnuda.

- Esto...tía, ¿me puedo ir a cambiar?

Mi tía solo me vio sorprendida y asientio entre una risa, me levante con cuidado y sentí un gran mareo pero no deje que mi tía viera mi estado, solo le sonreí y fui a coger mi ropa para luego ir al baño. Me mire al espejo y efectivamente, era humana, pero ya no se si llamarme humana, estaba muy confusa aun. Me bañe y me puse una simple camisa de color verde oscuro y unos pantalones de pijama de color negro, seque mi pelo y me hice un moño, salí del baño y mi tía ya no estaba en mi cuarto, me diriji al salon y allí estaba ella sentada, mirando al suelo

- Tia, ¿Qué te pasa?

- Veras...les dije a tus padres de lo que te pasaba y...yo...de verdad que lo siento..no quise

Mi tia empezó a llorar, no tenia idea el porque, solo quise consolarla aunque no tenia el derecho de hacerlo ya que estaba tan mal como ella pero no quería ver su cara de tristeza la verdad era algo que me molestaba, la quería tanto que no quería ver ni una sola lagrima en ella, solo ver su sonrisa dulce y poder verla feliz

- Tia, ¿Por qué estas así?

- Yo...por mi...mi culpa...tus padres...a ti

- ¿Qué pasa con mis padres?

- Te...odian

Realmente esas palabras no me hirieron, yo ya lo sabia, desde hace mucho que lo sabia, lo de mi cambio solo era una escusa, lo único que me ha dolido es que mi tía se haya puesto así, ella no sabe por lo que tuve que pasar con ellos, tampoco la culpo.

- No te preocupes tía, estoy acostumbrada, deja de llorar, no me gusta verte así

Mi tía solo me miro apenada y un tanto preocupada, creo que se el porque pero este no era el momento de decírselo, tenia que ver a Mario, lo deje allí solo, no quería huir, estaba confusa, no sabia que me había pasado, pero lo primero es ir a verle.

- Solo descansa tía, se que estas cansada del trabajo, mañana hablamos ahora me tengo que ir a ver a alguien

- Solo espero que te cuides

- Claro tía, te lo prometo, volveré y te hablare de todo lo que me quieras preguntar, porque supongo que tienes muchas preguntas- ella solo asintió- bueno tía, ve a dormir, mas tarde vuelvo

Me vestí con un simple camisón blanco y mi ropa interior y fui corriendo hasta aquella casa, adentrándome en el bosque, mi temperatura volvió a aumentar, mas o menos sabia lo que pasaría, no se, es algo intuitivo, corrí entre los arboles buscando con la mirada a algún lobo o casa que me pueda guiar, hasta que después de unos cuantos minutos, a lo lejos, pude distinguir una manda de lobos, y estaban haciendo algo o mas bien protegiendo algo, me apresure y en el primero que pensé fue en Mario, no quería que le pasase nada por haberme ido.



La chica de dos razasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora