Capitulo 50

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Senti ese puñal como ardia en mis adentros, pero no era el momento para darme por vencida. Mis deseos de vivir y acabar con esto fueron mas fuertes que mis heridas. A mi espalda se encontraban Miguel, Belen y Andres, cada uno con odio, mientras que Andres empuñaba la daga que anteriormente me habia atravesada.

Escupi sangre, mientras sostenia mi pecho, deberia de levar algo ese puñal, mi vision comenzaba a emborronarse, y mis fuerzas se desvanecian. Respire hondo y grite, de rabia, de tristeza, de  odio, de desesperacion, todo en un fuerte y simple grito.

Mi mente se torno oscura, mi vision comenzo a mejorarse cada vez mas, mis latidos se iban apagando y mi sed de sangre aumentaba por cada segundo que pasaba.

Sin saber como tenia agarrados por el cuello a Eros y Hermis, mientras con fuerza intentaban soltarse, mas era en vano, solo un poco mas, un simple apreton mas para que su traquea se rompa y todo esto se acabe, solo un poco mas.

Miro  sus rostros una vez mas, ¿sonrisas? ¿se estaban burlando de mrota

Gruñi enfadada, antes de saber del porque de sus horribles sonrisas, una mandibula, que se encontraba mordiendome la cuello y una mano que traspasaba mi pecho hicieron de mi agarre mas debil, dejando desmayados por falta de aire a Eros y Hermis.

Un gran grito hizo que todo dolor volviera a mi, grite, arrastre, agonize de dolor, antes de ver a Miguel y Belen manchados con mi sangre, con sus caras de horros

- No, no, no ,no...- se repetian una y otra vez

Todos los que peleaban anteriormente, se encontraban quietos, confusos, veo que  todo esto de la batalla era un simple teatro manejado por esos dos, solo tenia que acabar con ellos dos, solo un poco mas.

Mire mi mano ensangrentada mientras la Luna comenzaba a irse del cielo y el amanecer llegaba, si ello mueren, sera un nuevo dia para todos, un buen dia.

Rei un poco por mi ignorancia y idea de ver un futuro con alguien que me habia traicionado, imaginar una vida normal siendo yo un mounstruo, todo parecia perfecto en mi sueño...

No habia tiempo para imaginar, con las últimas fuerzas que me quedaban, aunque aun me parecia increible el hecho simple de poder levantarme hacia los dos alfas de cada raza. Sin dudarlo corte sus cabezas con un simple moviemiento, manchando su sangre negra la piedra grisacea.

Por fin todo habia acabado, todos serian libres de hacer lo que quieran...

- Papa, mama ahora ire  a veros - mire el cielo, el que antes odiaba ahora solo me trasmitia calma,  una gran calma.

- Teresa - senti unos brazos cogerme, mire al rostro borroso del ser que me retenia, sin duda era Ricardo

Escupi un poco de sangre mientras intentaba manterme despierta- perdon por...no ir a buscaros - le dedico una sonrisa, pero no veo su expresion, todo es tan opaco en estos momentos.

- No voy a dejar que te mueras, aun tenemos mucho que hacer juntos - escucho a mi lado a Víctor, con la voz totalmente rota

- Es mejor así - Poco a poco sentía mi cuerpo mucho ma sliviano sin fuerzas de nada, ni siquiera para sonreir

- No, Teresa, yo no quise...- las voces de Belén y Miguel se hicieron de repente presentes, llegando a un punto de asustatme

- Por fin...volvéis a la...normalidad, me debéis...una fiesta...de...cumpl-no pude acabar la frase, mi vida llega a su fin, ¿enserio moriré tan joven? Me hubiese gustado llegar a crecer mas, tener problemas con el trabajo, ganarte tu propio dinero, poder ser algo en el planeta, veo que no lo conseguiré.

Sus voces se escuchan muy distorsionadas y sus cuerpo totalmente opcaos, al punto de ver todo oscuro.

El lado bueno de esto es que veré a mis padres, quizás exista algún cielo o infierno para los fe nuestra raza, o quizás reencarne en algún insecto como dicen algunos, seria gracioso, seria la pulga que mas molestaría a todos...así seria yo...

La chica de dos razasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora