~Nuevos miembros~

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Corrí hacia a ellos y observe que estaban viendo con intriga a algo o alguien, estuve a escasos pasos cuando todos los lobos  voltearon a verme desafiantes, hasta que vieron quien era y se relajaron, en aquel circulo pude ver a aquel anciano y a dos lobos, mas bien dos crías de lobos, bueno que aun así parecen ya dos lobos adultos mas o menos, me acerque a el y nada mas verme el anciano se acerco a mi y me abrazo

- Teresa, menos mal que estas bien

- Esto...señor

- Me llamo Eros, soy el alfa de esta humilde manada

Bueno, ahora por lo menos se que tiene nombre, estaba un tanto cansada de no saber los nombres de quien me rodea, en ese momento recordé a Mario

- Señor Eros, ¿sabe donde esta Mario?

Eros aulló y entre todos los lobos apareció uno de pelaje negro  y ojos verdes, en ese momento lo supe, era Mario, le abrace con fuerza y susurre en su oreja- lo siento por haberme ido, estaba muy confusa- este a los pocos segundos comenzó a empequeñecer y para mi mal suerte estaba desnudo así que solo cerré los ojos y me voltee- esto...podrías ponerte algo de ropa...- le dije un poco avergonzada

El se rio en mi espalda se levanto y le dieron algo que yo no veía ya que seguía con los ojos cerrados, toco mi hombro y pude verle, realmente estaba tonificado, sus músculos bien trabajados y formados, no se si fue un instinto o el deseo de hacerlo, pero mi mano mas bien mi dedo índice se poso por sus pectorales, pose mi mano entera y note sus latidos, los cuales empezaban a ser mas rápidos ¿estaba nervioso? En ese momento me di cuenta de lo que estaba haciendo y quite mi mano con suavidad

- Perdona- dije un poco nerviosa

- N-no te preocupes- dijo poniéndose una mano en la nuca

Yo desvié la mirada hasta los dos "cachorros"- ¿Quiénes son?-

- Son los nuevos miembros de la manada, pero están asustados, es su primera transformación, son solo unos niños, por eso solo les rodeamos- dijo Eros  pasando su mano por su barba blanca

Me puse a pensar, yo creo, que realmente, que te acorralen unos extraños no ayuda en nada a ponerte mejor o relajarte si quiera. Me acerque al oído de Mario y le dije lo que opinaba y por lo que se ve el estaba de acuerdo haciendo que todos se alejen, yo me comencé a acercar poco a poco, con una sonrisa en mi rostro.

Estos no se que pensaron pero se pusieron en  modo ataque, estaba un tanto confusa ya que yo antes estaba igual que ellos pero no podia mostrarme débil, tenia que hacerles ver que la transformación que ahora sufren es solo un paso para lo que les viene encima, me acerque a ellos y me agache un poco para estar a su altura, por lo que se ve uno defendía a otro, mas o menos al pequeño, yo le mire sonriente y acerque mi mano pero este acabo mordiéndome, haciendo que mi mano sangre.

Los demás no se dieron cuenta, lo que di gracias, no quería que se preocuparan por mi, limpie la sangre y volví ha hacer el mismo gesto pero con la otra mano, consiguiendo lo mismo pero aun mas fuerte el mordisco, provocando una mueca de dolor en mi rostro. Los de la manda seguía sin verlo ya que estaba de espaldas y tapaba mis manos, yo solo limpie la sangre, la cual brotaba ya que sus pequeños dientes afilados se clavaron profundamente en mi mano.

Espante cualquier dolor agitando mi cabeza con fuerza y volví a sonreír, acercando mis dos manos lastimadas. El que protegía al pequeño cachorro me miro confuso  este olio mi mano para luego lamerla, a los pocos minutos el pequeño cachorro que antes protegía hizo lo mismo con la otra mano libre. Después de estar a mi lado y haber parado de lamer mis manos se acurrucaron a mi lado y después de aquello comenzaron a convertirse en humanos, mire con asombro ya que solo eran unos niños, de aproximadamente unos 5 o 6 años el chico era mas mayor tendría unos 8 años pero en cambio la pequeña estaba segura que tendría entre 5 o 6, por lo que podia percibir eran hermanos. Los dos se quedaron dormidos en mi regazo, los cargue en mis brazos ya que no pesaban tanto, todos posaron sus miradas en mi y en los niños, Eros me miro aliviado y me hizo una seña para que le siguiera, haciendo le caso, llegando a la pequeña casa, pero aun así yo seguía diciéndole pequeña cuando era bastante grande, pero bueno. Deje a los niños en una pequeña cama, juntos, y me dirji al salon, mi cara se torno a una de sorpresa ya que me estaban esperando, Miguel, Mario, Eros y dos chicos mas que para mi desconocía sus nombre, y por lo que pude ver estaban esperándome a que vieniese, ¿Qué me querían decir?


La chica de dos razasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora