La chica de dos razas

Capitulo 36

- Lo importante ahora es Teresa - dice Miguel mirandome fijamente

- ¿Como lo haremos?- Belen parecia algo nerviosa.

Antes de poder decirles mis dudas veo como estos se ponen tenso y ¿confusos?

Me giro lentamente viendo a dos hombres, este ambiante me resultaba muy incomodo.

- !Mario¡ - grita Miguel enfadado- traidor

- Fer - grita enfadada Belen - deberias estar muerto por lo que hiciste

Belen comenzo a cambiar, sus ojos, rojos como la sangre y unos colmillos saliendo de sus labios.

¿Quien era ella?

Miro de reojo a Miguel, este habia vuelto a su forma de lobo.

No entendia nada de lo que pasaba

Miro a los dos hombres, uno de ellos tambien se convirtio en un gran lobo mientras que el otro tenia las mismas caracteristicas que Belen.

Estos en un instante comenzaron a pelear unos contra otros. Ver esto me hacia sentir triste y a la vez enfadada...personas que no conozco me hacen sentir un sentimiento tan confuso...

Mario y el otro lobo comenzaron a intentar morderse o matarse mientras que Belen y el otro se golpeaban con fuerza...

No queria seguir viendo esto.

Cada patada o mordisco que se daban, por alguna razon me dolian, tenia que parar esto.

Sentia que algo inundaba todo mi cuerpo, solo pensaba en una cosa, parar esta dichosa pelea sin sentido.

Mi cuerpo comenzo a dolerme pero no le di importancia. Me acerque a ese pequeño campo de batalla sintiendome cada vez con mas fuerza hasta estar en medio de estos.

- !Parar¡- grite con todas mis fuerzas

Mire a los cuatro los cuales estaban quietos, mirandome con asombro

- Dejar de pelear no me gusta que lo hagais...aunque no os conozca de nada...no se porque no quiero que os lastimeis

Miguel y el otro hombre volvieron a ser humanos mientras que Belen y el otro volvieron a la normalidad.

El poder que antes me invadia seguia creciendo, tenia la sensacion de que esto me habia pasado antes, pero ¿cuando?

Mire el cielo con nostalgia, la luna ya estaba encima nuestro, brillando mas que nunca.

Despues de ver por unos segundos, un dolor indescriptible en mi pecho y cabeza comenzo a incrementarse en mi.

Mis gritos no salian, lo unico que podia hacer era aguantar.

- Teresa, tu... - escuche decir a Belen

- Ayuda...- pude decir antes de caer de rodillas, el dolor seguia creciendo.

Los cuatro se acercaron a mi con rapidez, me llamaban pero sus voces se distorsionaban, sus siluetas se iban haciendo mas borrosas y finalmente toda mi vision se quedo en la oscuridad.

- Despierta - escucho como un susurro - es hora de irnos

Miro confusa la escena delante mia, ¿donde estaba?

- Mama, quiero dormir un poco mas...- una niña sonriente aparecía de entre las mantas.

- Tenemos que irnos - una mujer muy hermosa que al parecer es madre de la pequeña intentaba levantarla

Esa mujer me resultaba familiar, ese cabello ondulado y negro con su piel blanquecina y ojos con el color del mar...

La niña se levantó y comenzó a vestirse con la ayuda de su madre.

Pocos segundos después y sin saber como me encontraba en el bosque junto a la madre y a la niña y un hombre.

- Cariño, ¿que vamos a hacer? -  la madre parecía asustada, abrazaba a la niña con desesperación.

- Hay que escondernos -  dice el hombre abrazando tanto a la madre como a la niña a la vez.

Estos corrieron mientras yo les seguía, ¿no saben que estoy aquí?

Estos se escondieron en una cueva,  la niña no paraba de llorar y la madre intentaba tranquilizarlo mientras que el padre vigilaba.

Pocos segundos después escucho aullidos y gritos.

- Todo estará bien - dice el hombre

Las lágrimas comenzaron a brotar de mi,  no entendía el porque.

El hombre corrió hacia la mujer y la abrazo,  susurrando en su oido- os quiero

Miro con horror la escena que estaba enfrente mía,  un hombre que entró en la cueva,  atravesó con una de sus manos el pecho del hombre mientras que la mujer dejaba a la niña y intentaba ayudar a su esposo.

Pero tuvo el mismo destino que el hombre, la otra mano del hombre atravesó el estómago de la mujer viendo brotar sangre de sus heridas y bocas.

El hombre los soltó con brusquedad en el suelo,  dirigiéndose a la niña.

- Eres mía -  dijo con voz profunda el asesino.

La niña miro con odio al hombre,  comenzó a gritar y por alguna razón  el otro hombre se arrodilló de dolor.

La niña tan inocente de antes no estaba,  sus ojos cambiaron a un color negro,  esta se acercó al hombre y este comenzó a vomitar sangre.

- Basta -  hablo la madre abrazando a la niña -  Tranquila Teresa,  todo estará bien,  lo mejor será que nos olvides,  que olvides todo esto.

- No quiero olvidaros -  la niña comenzó a llorar mientras abrazaba a su madre

Espera... ¿Dijo Teresa?  Estoy muy confusa

- Hazlo cariño -  dijo el hombre arrastrandose hacia las dos

Tanto el padre como la madre de la niña comenzaron a recitar unas palabras en un idioma que desconozco luego todo se volvió oscuro.