~Sin confianza~

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Esperaba mi muerte por el que venia, pero esos pasos dejaron de escucharse y solo pude notar una gran calidez envolverme. De un momento para otro pude moverme, levantando enseguida y mirando que era aquella calidez que antes me envolvia, dos siluetas comenzaron  a brillar, poco a poco fue atenuándose, dejándose ver a dos personas, un hombre apuesto y una mujer hermosa, se acercaban a mi con una gran sonrisa, deteniéndose en frente mía.

- Como has crecido- dice aquel hombre tan apuesto y el cual me miraba con cariño.

- Cariño, estas tan hermosa, ojala pudiésemos estar contigo ahora, pero nos es imposible, teníamos un mensaje para ti.

- ¿Quién sois?

- Te conocemos desde que naciste, fui la segunda en cogerte en brazos y el fue el primero, tu padre, me hubiera gustado estar contigo, se que una madre tiene que ayudar a su hija en momentos así.

- ¿Papa, mama?

- Así es

- Yo...

- No tenemos mucho tiempo cariño, el mensaje para ti es que tengas cuidado, tu tendrás que tomar decisiones muy importantes y sobre todo difíciles, no dejes que la pureza de tu corazón desaparezca, nosotros siempre estaremos protegiéndote, aunque no lo creas nosotros estamos viéndote- dijo entregándome mi collar

- Tiene razón tu padre, espero que nos perdones por haberte dejado sola.

- No os preocupéis, se que me protegisteis, y os doy las gracias por ellos, solo quería- digo mientras unas cuantas lagrimas salen de mis ojos- solo quiero que estéis conmigo aunque solo sea por unos segundos mas.

- Siempre estaremos contigo- dijo tocando mi padre el collar- estamos dentro y siempre alado de tu corazón, no olvides eso.

Mis padres me abrazaron sintiendo su calidez que tanto añoraba desde el día que nací, esa calidez que siempre estuvo presente en todo mi ser. Les abrace fuertemente mientras sus cuerpos se desvanecían.

- Te queremos hija, ten siempre presente eso, nosotros siempre estaremos ahi- dijo señalando mi madre mi pecho- en tu corazón.

Disfrute cada segundo de su calidez, mientras esta se disipaba y yo miraba sus sonrisas desvanecidas en el aire, insertándose de nuevo en mi collar, apreté mi tesoro contra mi pecho y me lo puse con cuidado- tenéis razón, no estoy sola- digo mientras miro el collar- yo también os quiero.

Vuelvo a sentir un gran mareo, mientras intento abrir mis ojos de nuevo, estaba tirada en el suelo, escuchaba los pasos de lo que me acechaba, me levante con dureza y vi a una de esas personas que me acorralo, un vampiro.

- Esto sera fácil- dijo este acercándose a mi con rapidez

Lo esquive con facilidad y con una sonrisa victoriosa fui a por el, con mucha rapidez, agilidad y fuerza, agarre con mi mano derecha el cuello de este haciendo que su sangre brotase por el filo de mis uñas, sintiendo su piel gélida y su sangre casi inexistente, le mire una ultima vez mas y susurre en su oído- no me hubiese gustado hacerte esto, pero tu lo pediste- dije antes de arrancarle el cuello de cuajo y dejando caer su cuerpo de hielo al suelo.

Camine por cualquier sitio, dejando a tras el cuerpo de aquel hombre, tenia que pensar en que hacer. Lo primero seria informarme de mis enemigos pero...¿ quien es mi enemigo?


La chica de dos razasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora